
Incendios
El apoyo aéreo contra los incendios, en peligro: los pilotos están agotando las horas de vuelo que tienen autorizadas
Las empresas de extinción aérea advierten de que no podrán operar en unos días

Los medios aéreos están siendo fundamentales para combatir las decenas de incendios que todavía permanecen activos en España, algunos de los cuales, como el de la Jarilla, están teniendo unos efectos devastadores. Pero este crucial elemento para combatir las llamas corre el riesgo de verse debilitado en los próximos días por la extremada virulencia y gravedad de incendios como el extremeño dado que algunos pilotos de los helicópteros e hidroaviones que combaten estos días los incendios están al borde de agotar las horas de vuelo que tienen autorizadas, tal y como advierten desde la Asociación de Trabajos Aéreos y de Emergencias (Ataire).
Como explica Dámaso Castejón, secretario general de Ataire, los pilotos tienen limitadas sus horas de vuelo a un máximo de ocho diarias y 80 en 28 días. Después, tienen que guardar un periodo de descanso de un mínimo de ocho días para poder volver a pilotar uno de los aparatos.
En una campaña de incendios normal como la vivida el año pasado o los anteriores esta limitación horaria es suficiente. «Pero este año, con tantos incendios graves y todos a la vez, tenemos a todos los pilotos volando a la vez», explica Castejón.
Esta circunstancia está impidiendo a las compañías organizar turnos de refresco para las tripulaciones y está llevando a que muchos pilotos estén en riesgo de no poder volar en breve porque están muy cerca de agotar las 80 horas que tienen autorizadas. «A lo mejor hay gente que no va a poder volar en dos días porque no le queden horas», avisa Castejón.
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea busca una solución extraordinaria a la problemática
Para evitar que algún medio aéreo se tenga que quedar en tierra por falta de pilotos, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, está buscando una solución extraordinaria. Aunque la propuesta que ha trasladado a Ataire de incrementar las horas de vuelo de los pilotos a 90 o 100 no convence a la asociación. En su opinión, se trata de una «patada adelante» porque, como advierte Castejón, todavía queda por delante el mes de septiembre, en el que se siguen produciendo incendios. Y si se agotan las horas de vuelo incluso ampliando su límite, el mes que viene volverá a haber dificultades de pilotos.
Para ofrecer una solución integral, desde Ataire proponen medidas más contundentes, pero a la vez de carácter extraordinario y temporal que permitan responder a una situación excepcional como la que se vive en la actualidad.
La primera sería la de poner el contador a 0 para que así los pilotos se puedan reenganchar a las tareas de extinción una vez agotadas sus 80 horas.
La segunda es todavía más contundente y sería imitar la vía portuguesa. El país vecino también está viviendo un verano complicado, por lo que ha habilitado a los pilotos a volar sin límites mediante un decreto que lo autoriza si hay una emergencia nacional por incendios. Los condicionantes para hacerlo son que el piloto lo acepte de forma voluntaria y que pase un examen de fatiga para comprobar que se encuentra en condiciones óptimas para pilotar.

En la actualidad, el operativo contra incendios forestales cuenta en España con unos 250 o 260 medios aéreos, que son operados en su mayoría por compañías privadas -apenas una quincena son públicos- que son contratadas por las administraciones.
Castejón considera que, a pesar de las dificultades que puedan estar teniendo ahora con las horas de vuelo de los pilotos por el extraordinario número de incendios que se está registrando, España no está infradotada en medios aéreos para combatir los incendios forestales. Otra cuestión, advierte, es que en los próximos años se pueda perder capacidad por la competencia de otros países. Como detalla Castejón, Portugal, Italia, Turquía o Grecia están registrando en los últimos años cada vez más incendios y ofrecen contratos mucho más elevados que las administraciones españolas, pagando incluso el doble a las compañías en algunos casos a pesar de tratarse de países que no disponen de más recursos que España, como subraya el secretario general de Ataire. Esta circunstancia está motivando que algunas empresas prefieran contratar en el exterior sus servicios.
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