Transporte ferroviario
AVE a La Meca: un año peregrinando a todo trapo
El emblemático corredor gestionado por un consorcio español cumple su primer aniversario con cerca de 800.000 viajeros y un 96% de puntualidad
El emblemático corredor gestionado por un consorcio español cumple su primer aniversario con cerca de 800.000 viajeros y un 96% de puntualidad
Arena y rocas. El desierto, uno de los parajes más hostiles de la Tierra, no ofrece nada reconfortante al viajero. Sólo polvo y calor. Enemigos de la vida... y de las máquinas. Desde hace un año, una de las más sofisticadas, el tren de alta velocidad, une las ciudades santas de Medina y La Meca a través de 450 kilómetros del desierto saudí, que lo somete a situaciones extremas. Este mes se cumple el primer aniversario de la entrada en servicio del conocido como “AVE de los peregrinos”, que gestiona el consorcio español Al Shoula del que forman parte compañías como Renfe, Adif o Talgo, que se encargó también de la construcción de la segunda fase del proyecto, la de la superestructura y los sistemas.
No fue fácil la construcción de este corredor. A las dificultades técnicas propias de un entorno tan poco propicio como el desierto se sumaron otras de tipo contractual que requirieron de intensas negociaciones para su solución. Finalmente, el 11 de octubre de 2018 el tren comenzó su servicio comercial con ocho viajes diarios entre ambas ciudades a una velocidad reducida, 200 kilómetros por hora, los jueves, viernes, sábados y domingos. Desde entonces, y hasta finales de agosto pasado, la infraestructura ha realizado 1.945 servicios en los que ha transportado a 767.000 personas, según datos del consorcio español. Sólo durante el mes de agosto, el de la peregrinación mayor –”Hajj”-, el AVE a La Meca realizó 228 servicios y transportó a 85.596 pasajeros.
El calor y la arena se presumían como los principales desafíos para los trenes Talgo 350 que la compañía española ha fabricado para el AVE a La Meca. Para contrarrestar sus efectos, la compañía ha introducido modificaciones técnicas significativas en su material rodante. La pintura y los recubrimientos son especiales para protegerlo de la arena. Para aislarlo y protegerlo del polvo y las altas temperaturas, Talgo ha incluido también acabados especiales en cajas y ventanas, láminas especiales de poliuretano para proteger el vidrio curvo de la cabina, equipamiento con varios niveles de filtrado en la entrada de aire y sistemas especiales de sellado en las puertas exteriores. Para reducir el desgaste entre la rueda y el carril por la arena, los trenes incorporan unos sopladores que van limpiando el carril con aire. En el interior, destacan los equipos de aire acondicionado de alto rendimiento que cuentan con un sistema de alimentación auxiliar en las dos motrices -locomotoras-. El sistema permite el funcionamiento de la climatización durante al menos dos horas aunque se interrumpa la alimentación de la catenaria.
Las modificaciones introducidas por Talgo y otras como la construcción de muros de 1,8 metros en algunos puntos del trazado han evitado, de momento, percances importantes con las temidas dunas que, como si fueran seres vivos, se mueven al compás del viento. Así lo atestiguan la puntualidad de los servicios: 96% en el global del periodo y 94% en el mes de más actividad, agosto.
Desde hace cuatro semanas, los trenes entre La Meca y Medina no circulan por el aparatoso incendio de la estación de Yeda, que la dejó devastada el pasado 29 de septiembre. En estos momentos, tanto el consorcio español como el encargado de la obra civil y responsable de esta parada trabajan en la construcción de un desvío provisional de 1,5 kilómetros para restablecer el servicio. Para ello, se adelantará la puesta en marcha de la estación de KAIA (aeropuerto), que está al norte de la ciudad.
Está previsto que el servicio se restablezca cuando lo decidan las autoridades saudíes que, en un primer momento, se dieron de plazo un mes para recuperar la actividad del corredor. Cuando los trenes vuelvan a unir la ruta que hizo el profeta Mahoma durante su migración o “hégira”, el consorcio continuará introduciendo mejoras para alcanzar la máxima operatividad, que pasa porque los trenes alcancen los 300 kilómetros por hora. Para ello, está previsto que en los próximos meses Al Shoula introduzca mejoras como trenes en doble composición o nuevos sistemas de señalización para mejorar la operatividad y las prestaciones de la línea.
Para Arabia Saudí, el proyecto de la alta velocidad es crucial en su proyecto de futuro. El país quiere reducir paulatinamente su dependencia del petróleo. En 2030, el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, aspira a atraer a más de 30 millones de peregrinos.
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