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El BCE advierte al Gobierno de que el impuesto a la banca no debe afectar al crédito

De Guindos ha explicado que en Italia el impuesto se puede reducir si el banco destina parte del beneficio a mejorar su solvencia, dando a entender que esa opción sí cumpliría con la premisa de que estos gravámenes no afecten ni a la solvencia ni al crédito

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, participa en la inauguración del VII Foro Banca organizado por El Economista, este lunes, en Madrid.
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de GuindosDaniel GonzálezAgencia EFE

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha señalado este jueves que la posición de la institución es clara y los impuestos a la banca "no deben afectar ni a la solvencia del sector ni a la concesión del crédito", una advertencia para el Gobierno.

Durante su intervención en un encuentro financiero organizado por Deloitte y Abc y preguntado por el impuesto a la banca impulsado por el Gobierno en España, De Guindos ha señalado que no todos los impuestos al sector son iguales, para citar a renglón seguido el ejemplo de Italia.

En Italia, ha explicado, el impuesto se puede reducir si el banco destina parte del beneficio a mejorar su solvencia, dando a entender que esa opción sí cumpliría con la premisa del BCE de que este tipo de gravámenes no afecten ni a la solvencia ni al crédito.

Sin embargo, en el caso de España ha dicho que no sabe qué pasará, pero en cualquier caso, si hay una modificación al respecto y se aplica un nuevo impuesto al sector, desde el BCE lo analizarán teniendo en cuenta esas dos consideraciones de que no afecte a la solvencia ni al crédito.

Las entidades financieras llevan alertando desde el primer momento que un impuesto específico al sector discrimina y tendrá impacto sobre su capacidad para dar crédito, pues reduce su capital.

Más impuestos y temor a una guerra comercial

Sobre la situación económica de Europa, De Guindos ha explicado que no hay buenas noticias porque la recuperación no se ha producido de la manera que el BCE esperaba, aunque la buena noticia es que la inflación sí se ha reducido sin que el Viejo Continente entrara en recesión.

Sin embargo, ha llamado la atención de que haya habido una recuperación de las rentas con incrementos salariales, unido a la caída de la inflación, y esto no se ha traslado a un mayor consumo.

Su sospecha es que las familias pueden estar descontando que habrá subidas de impuestos para reducir el déficit público y eso les estaría frenando a consumir a pesar de que los precios hayan bajado y hayan ganado poder adquisitivo.

De Guindos ha admitido que la política monetaria "no es todopoderosa" y el objetivo del BCE es la inflación, ya que el crecimiento económico depende de los mercados de bienes y servicios, del mercado laboral, de las reformas estructurales o de la competitividad de cada país.

Es más, ha recordado, existen disparidades en Europa entre distintos países en lo que se refiere a crecimiento económico, ya que, por ejemplo, no es lo mismo si hay un mayor gasto público o un incremento de población por el aumento de la inmigración, como ha sucedido en España.

Por otro lado, De Guindos ha alertado de que el mundo pueda entrar en una "guerra comercial" tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos si opta por imponer aranceles, pues da por hecho que la respuesta del resto de países puede ser hacer lo mismo.

En cuanto a las diferencias de valoración en Bolsa de los bancos europeos frente a los estadounidense, el vicepresidente del BCE ha considerado que en el Viejo Continente son más bajas porque el potencial de crecimiento de la economía es menor, no existe una unión bancaria y, además, está la incertidumbre con los impuestos.

Pero, marcando distancia con la teoría de los banqueros españoles, ha rechazado que esta menor valoración bursátil de las entidades europeas se deba a la regulación.

"Es muy fácil echarle la culpa a la regulación, pero creo que la diferencia de cotización tiene que ver con otros elementos", ha añadido antes de defender la necesidad de avanzar en la integración europea y ensalzar las fusiones transfronterizas.

De Guindos sostiene que los países europeos por sí mismos, por muy grandes que sean, no podrán tener la relevancia de ser jugadores a nivel mundial, por lo que una mayor integración europea es la única salida que ve.