Banca

Biden descarta rescatar a los inversores de Silicon Valley: «Así es el capitalismo»

La Casa Blanca sale en auxilio de los ahorradores con depósitos, pero deja a su suerte a los accionistas de las entidades afectadas por la crisis bancaria en EE UU

Estados Unidos amanecía este lunes con más preguntas que respuestas, ante la incertidumbre de una grave crisis económica en forma de recesión. ¿Cerrarán más bancos tras la quiebra del Banco Silicon Valley y Banco Signature? ¿Qué medidas urgentes de rescate tomará la Administración? ¿Cómo reaccionarán los mercados financieros ante una posible crisis económica? Y es que la estabilidad del sistema financiero estadounidense se veía fuertemente amenazada desde la repentina quiebra de los dos grandes bancos del país. Tanto así, que el presidente de Estados Unidos decidió dirigirse en directo a la nación a primera hora del lunes para tranquilizar a la población, especialmente a los depositarios de los bancos quebrados.

«Gracias a la acción rápida de mi Administración en los últimos días, los estadounidenses pueden confiar en que el sistema bancario está seguro. Sus ingresos estarán allí cuando los necesiten», prometió Biden desde la Casa Blanca, antes de viajar a California para reunirse con sus socios de AUKUS –la alianza militar entre Australia, el Reino Unido y EE UU–.

Pero, mientras tanto, las bolsas mostraban el caos desatado tras las últimas horas. Si bien Dow Jones se mantuvo ciertamente estable, las acciones de los bancos empezaron a caer en picado. En algunos casos, como el Banco First Republic o Western Alliance Bancorp, las caídas rozaron el 80%. En otros, como Banco de Hawaii Corp, East Western Bancorp o COAMERICA, en torno al 40% y al 55% de descenso.

La secretaria del Tesoro aseguró este domingo, durante una entrevista televisada, haber estado «trabajando todo el fin de semana» con reguladores bancarios para diseñar políticas para abordar la situación. Sin adelantar más detalles, Janet Yellen enfatizó que «el sistema bancario estadounidense es realmente seguro y está bien capitalizado. Es resistente».

Biden, con su inesperada intervención a primera hora del lunes, trató también de frenar el pánico en los mercados que pudiera conllevar a una crisis financiera sin precedentes. En primer lugar, infundiendo tranquilidad a todos aquellos con ingresos en los bancos quebrados, al asegurar desde la Casa Blanca que «estarán protegidos y tendrán acceso a su dinero a partir de hoy». Clientes como pequeñas empresas de todo el país con necesidad de realizar transacciones, pagar nóminas, facturas y permanecer abiertas al público. «Permítanme repetirlo: los contribuyentes no soportarán pérdidas. En cambio, el dinero provendrá de las tarifas que los bancos pagan al Fondo de Seguro de Depósitos», enfatizó Biden.

También anunció que «se despedirá a la dirección de estos bancos»; que los accionistas «no estarán protegidos», alegando que se arriesgaron y «así es como funciona el capitalismo»; y que se llegará al fondo del asunto para averiguar cómo los bancos llegaron a estas circunstancias, para que «los responsables pueden rendir cuentas» y «reducir los riesgos para que no vuelva a suceder».

El Banco Signature de Nueva York, centraba gran parte de su negocio en préstamos inmobiliarios y recientemente había realizado una arriesgada maniobra para ganar ingresos en criptomonedas. Pero este domingo cerró abruptamente sus puertas tras la alerta de los reguladores de que mantener abierta la institución de 24 años de vida podría amenazar los ingresos de bufetes de abogados y compañías inmobiliarias y, con ellos, la estabilidad de todo el sistema financiero. Signature no sobrevivió a la incertidumbre generada por la quiebra del Banco Silicon Valley. Cuando se destapó la noticia, los clientes comerciales de Signature empezaron a mostrar su preocupación ante el riesgo de que sus ingresos corrieran peligro, ya que la mayoría de ellos contaba con más de 250.000 dólares en su cuenta y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) sólo asegura depósitos hasta esa cifra.

El Banco Silicon Valley, por su parte, ocupaba el decimocuarto lugar del listado de grandes bancos estadounidenses. Fundado en 1983 para apoyar a empresas emergentes, financiaba principalmente a compañías tecnológicas que han experimentado recientemente históricos cambios con drásticos recortes de sus plantillas en los últimos meses.

Los cierres de ambas instituciones sacan inevitablemente a la luz la fragilidad de los pequeños y medianos bancos de todo el país, que enfrentan ahora grandes desafíos ante una cartera de clientes todavía más reducida y con miedo a quedarse sin sus ingresos para hacer frente a los gastos.