Opinión

Bodas, bautizos y fusiones bancarias

La operación entre BBVA y Banco Sabadell es una película no acaba aquí, es una serie con nuevas entregas

El BCE está de celebración ya que uno de sus ahijados, el BBVA, ha pedido matrimonio a Sabadell, rodilla en suelo y con un anillo de compromiso que lleva engarzada una interesante prima del 30% y aunque la novia, no dado el “si quiero”, todo apunta a que, al ser un matrimonio de conveniencia, el enlace quedará sellado si la dote se paga en efectivo y su valor supera los 11.500 millones de euros ofrecidos. Una boda VIP que costará unos 1.450 millones por la reestructuración, que conllevará cierres de oficinas y reducción de plantilla, algo asociado a las sinergias derivadas de las redundancias en este tipo de operaciones.

Y parece que a la segunda va la vencida, pues se trata de un amor platónico que viene de lejos, pues no es la primera vez que Sabadell es cortejada por BBVA que en 2020 ya le tiró la caña, aunque fue más un amor pasajero de verano que no se pudo consolidar por la situación del Sabadell. Pero ahora, al igual que hizo Pigmalión con Galatea, en los últimos 3 años, los directivos de Sabadell lo han transformado en una entidad saneada y atractiva preparada para dar el paso.

Y como muchas parejas, una vez publicadas las amonestaciones en la CNMV, comienzan los preparativos. Por ahora falta por determinar, donde van a establecer su nido de amor y si la novia perderá su apellido de soltera, algo que no parece gustar a la familia de ella. También falta por saber cuántas de las damas de honor de Sabadell se sentarán en la mesa de los novios en la que sólo quedan 3 asientos libres. La culpa la tiene la ecuación de canje.

Neobancos

De confirmarse, la entidad resultante se convertirá en la segunda del mercado español por volumen de activos tras el Santander con cuotas de mercado cercanas al 24% tanto en depósitos como en préstamos. Sin embargo, en este mercado, no sólo hay bodas, también hay bautizos porque cada vez nacen más neobancos junto a las grandes tecnológicas que son más eficientes en costes y servicios y que suponen una gran amenaza competitiva para la banca tradicional por su amplia base global de clientes y su escala.

Aún queda por ver qué ocurrirá con las entidades de tamaño medio, pues el mapa bancario comienza a polarizarse y si no quieren perder el tren, no les queda otra que coger el ramo de la novia e imitar a sus hermanos mayores, bien con la posible unión por absorción Santander-Bankinter que sería una boda familiar compartiendo el mismo linaje, o bien protagonizar una relación poliamorosa mediante la unión, de al menos cuatro entidades, liderada por Bankinter o Unicaja.

Hace tiempo que empezó el baile de las fusiones, alentadas por el BCE que hace de alcahuete buscando fortalecer el sistema financiero su conjunto. Además, este proceso de concentración mejora la eficiencia y rentabilidad al generar sinergias y reducir costes operativos junto a una supervisión más efectiva del sector, en un entorno caracterizado por rápidos cambios tecnológicos y la necesidad de invertir en su transformación digital para aumentar su rentabilidad.

Esta película no acaba aquí pues es una serie de la que están por llegar nuevas temporadas protagonizadas por intentos de fusiones y adquisiciones trasnacionales con desencuentros amorosos, intrigas y traiciones, amores no correspondidos que tendrán que convenir su unión, si o si, igual que ocurría hace siglos con los matrimonios acordados entre reinos, para mantener la estabilidad del sistema, sobrevivir a futuras crisis financieras, los riesgos sistémicos, el dinero digital o los nuevos entrantes, pero especialmente los grandes bloques geopolíticos y sus entidades financieras.