Industria aeronáutica
Boeing cambia de dirección para intentar superar su crisis: el consejero delegado renuncia al cargo y el presidente del consejo no optará a la reelección
La compañía también ha relevado al responsable de aviones comerciales, la división en la que se ha originado su crisis
Boeing cambia de pilotos para intentar enderezar su rumbo. El equipo ejecutivo que ha gobernado la compañía en los últimos años, quizá los más turbulentos de su historia, se echa a un lado. El presidente y director ejecutivo del fabricante aeronáutico americano, Dave Calhoun, ha anunciado hoy su decisión de dejar el cargo de director ejecutivo a finales de 2024, aunque continuará liderando Boeing durante todo el año para "completar el trabajo crítico en curso para estabilizar y posicionar la empresa para el futuro", según ha comunicado la empresa en una nota de prensa.
Calhoun ha enviado una carta a todos los trabajadores de la compañía donde ha indicado que trabajar para ella ha sido "el mayor privilegio de su vida". "Los ojos de todo el mundo están puestos en nosotros y sé que superaremos este momento como una empresa mejor", añade en la misiva. Por ello, ha destacado que seguirán centrados en completar el trabajo iniciado para devolver la estabilidad a la compañía "tras los extraordinarios retos de los últimos cinco años", con la "seguridad y la calidad" al frente.
Junto a la salida de Calhoun, Boeing también ha anunciado que el presidente de la junta, Larry Kellner, ha informado de que no tiene intención de presentarse a la reelección en la próxima reunión anual de accionistas. La junta ha elegido a Steve Mollenkopf para suceder a Kellner como presidente independiente de la junta.
Los cambios en la dirección de Boeing también alcanzan a su división de aviones comerciales, la más problemática en los últimos años pues Stan Deal, presidente y director ejecutivo de Boeing Commercial Airplanes, se retirará de la empresa. Su puesto lo ocupará Stephanie Pope, directora de operaciones de la empresa desde enero.
Crisis
Boeing se encuentra inmersa en una profunda crisis de seguridad y reputación desde finales de 2018, cuando un fallo en dos aviones de su modelo 737 MAX provocaron sendos accidentes en los que murieron cientos de personas. El 29 de octubre de 2018, un 737 Max 8 de la aerolínea Lion Air se estrelló en Indonesia, matando a las 189 personas que viajaban a bordo. A este siniestro le siguió otro de parecida gravedad en marzo de 2019, cuando otro aparato similar de Ethiopian Airlines se estrelló matando a otras 157 personas.
Desde entonces, diversos incidentes han puesto en duda el trabajo en materia de seguridad de Boeing en su producción. El último incidente fue el desprendimiento de una parte del fuselaje de un Max 9 de Air Alaska el pasado 6 de enero, por el que las autoridades de Estados Unidos han abierto una investigación.
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