Pensiones

La brecha de género en las pensiones: las mujeres cobran un 30% menos y se jubilan diez meses más tarde para intentar elevar su prestación

Mientras ellos cobran de media 1.719 euros al mes, ellas ingresan apenas 1.196,5 euros, solo ligeramente por encima del SMI, que actualmente asciende a 1.184 euros

MADRID, 06/08/2025.- Fotografía de archivo tomada en octubre de 2023 que muestra a un grupo de mujeres que descansa en la plaza Mayor de Madrid. España suma al día casi 220 personas a la nómina de jubilados, una cada aproximadamente siete minutos, que amplían de forma continua un colectivo cada vez de mayor edad, ya por encima de los 75 años de media, y que presenta grandes diferencias en los distintos territorios. EFE/Mariscal
Un grupo de jubiladas en la Plaza Mayor (Madrid) MARISCALAgencia EFE

Partir de salarios más bajos por sufrir mayor parcialidad, temporalidad, más paro y jornadas reducidas para asumir la carga de los cuidados hace que las mujeres lleguen a la meta de la jubilación con una pensión media un 30,4% inferior a la de los hombres, según el Barómetro de las Pensiones que elabora el Instituto Santalucía, con datos actualizados a abril de 2025. En concreto, mientras ellos cobran de media 1.719 euros al mes, ellas ingresan apenas 1.196,5 euros, solo ligeramente por encima del SMI, que actualmente asciende a 1.184 euros.

Aunque en los últimos años las mujeres han logrado importantes mejoras, "aún están lejos de alcanzar una situación de igualdad porque la raíz del problema está en las diferencias de género que todavía existen en el mercado laboral que, con el tiempo, acaban trasladándose a las pensiones", señala el Instituto Santalucía.

Pese a la brecha que presentan en la pensión media de jubilación, la distancia entre mujeres y hombres se reduce "de forma considerable", hasta el 17,5%, entre las nuevas altas de jubilación, casi 36 puntos porcentuales menos que en 2005, cuando la diferencia era del 53,10%. En el caso de todas las pensiones en vigor, la brecha de género en las cuantías ha caído del 39,10% en 2005 a ese 30,40%.

Esto refleja, según el Instituto, "una clara tendencia a la convergencia" gracias a la mayor incorporación de la mujer al mercado laboral, la reducción de la brecha salarial (15,7% en 2023, según datos del INE) y las medidas correctoras del sistema de pensiones (integración de lagunas, complemento a mínimos, complemento por brecha de género, entre otras).

En detalle, desde el año 2006, la tasa de actividad de las mujeres (entre 16 y 64 años) ha crecido 12 puntos porcentuales, situándose en el 73,2%, y el número de mujeres afiliadas a la Seguridad Social ha aumentado en 2,5 millones hasta alcanzar los 10,1 millones en 2025. A pesar de ello, en la actualidad la tasa de actividad femenina sigue siendo 6 puntos porcentuales. inferior a la masculina y por cada 100 hombres afiliados solo hay 90 mujeres.

El informe pone también de manifiesto que, de media, las mujeres se jubilan 10 meses más tarde que los hombres. Sin embargo, esta no es la tendencia habitual en Europa. Según los datos de Eurostat del año 2023, en la mayoría de los países de la UE la edad efectiva de jubilación de los hombres es más alta que en las mujeres y solo hay dos países donde la diferencia entre mujeres y hombres es mayor que en España: Italia (1 año) y Chipre (0,9 años).

La tendencia en España responde en muchos casos, según el Instituto, a carreras laborales más cortas e irregulares debido a interrupciones vinculadas al cuidado de hijos o familiares que obligan a retrasar el acceso a la pensión para mejorar la cuantía de su pensión. Además, las mujeres tienen más dificultades para cumplir los requisitos de acceso a la jubilación anticipada.

En este sentido, en el año 2023 hubo 46.023 solicitudes de excedencias para el cuidado de hijos y familiares, de las cuales el 84,4% fueron de mujeres. La brecha en las pensiones de las mujeres también deriva de la discriminación laboral durante la carrera activa, cobrando menores salarios que los hombres por el mismo trabajo, la segregación ocupacional (el empleo femenino se concentra en sectores y ocupaciones con salarios más bajos) y la mayor presencia femenina en los contratos más precarios: el 56% del trabajo temporal y el 75% del empleo a tiempo parcial es ocupado por mujeres.

Los mecanismos de transmisión de esas desigualdades laborales hacia el sistema de pensiones son dos. Por un lado, las mujeres inactivas o que no han generado el periodo mínimo de cotización (15 años) carecen de derecho a percibir una pensión contributiva de jubilación, de modo que solo pueden optar a otro tipo de prestaciones cuyos importes son mucho más bajos, como la pensión de viudedad o la prestación no contributiva de jubilación (el 72% de los beneficiarios de estas pensiones son mujeres). Por otro lado, las mujeres que sí acumulan el tiempo de cotización necesario para acceder a la pensión contributiva de jubilación perciben pensiones cuyos importes son notablemente inferiores a las masculinas debido a que sus bases de cotización (equivalente aproximado al salario) son más bajas y acumulan carreras de cotización más cortas debido al abandono del empleo en edades asociadas con la maternidad y el cuidado de los hijos o la necesidad de atender a familiares dependientes.

El estudio señala, además, que el 17,6% (2,9 puntos más que en 2005) de las mujeres pensionistas perciben más de una pensión, frente al 3,5% (son dos décimas más que en 2005) de los hombres, generalmente combinando jubilación y viudedad. "Esta diferencia responde tanto a la mayor esperanza de vida femenina como a la creciente presencia de mujeres con derecho a una pensión contributiva propia", apunta el informe.

De acuerdo con los autores del estudio, para que las mujeres alcancen una situación de igualdad en materia de pensiones es "imprescindible" cerrar la brecha salarial y lograr un reparto más equilibrado de los cuidados de hijos y familiares dependientes, de modo que no sean sólo las mujeres quienes vean interrumpidas sus carreras laborales y, en consecuencia, sus pensiones.

"Aunque los datos muestran que las mujeres han avanzado en el acceso y la cuantía de las pensiones de jubilación, la situación de desventaja es todavía una realidad. El origen de este problema se encuentra en las importantes diferencias de género que tradicionalmente han existido en el mercado laboral y que todavía continúan a pesar de los avances logrados en las últimas décadas", ha destacado José Manuel Jiménez Rodríguez, director del Instituto Santalucía.