Macroeconomía

Bruselas avisa a España de la ralentización de la economía pese a elevar tres décimas el crecimiento del PIB

La Comisión Europea eleva al 2,2% el impulso del PIB este año, pero rebaja hasta el 1,9% el crecimiento del primer semestre de 2024

Bruselas ha revisado al alza tres décimas, hasta el 2,2%, la previsión de crecimiento para España este año gracias al buen comportamiento del turismo y el empleo, pero alerta de los síntomas de ralentización que se atisban en el horizonte a partir del otoño y que se prolongarán durante el primer semestre de 2024 por la subida de tipos de interés y su consiguientes repercusiones en el acceso al crédito, la inflación y el menor impulso turístico. Por ello, el crecimiento económico descenderá ligeramente hasta el 1,9% el año que viene, una décima menos de lo calculado en mayo, según las previsiones publicadas este lunes por parte del Ejecutivo comunitario.

Los técnicos comunitarios aseguran que el poder adquisitivo de las familias se va a beneficiar de la moderación de precios y la subidas de los salarios lo que consigue “mitigar parcialmente” la tendencia a la baja del consumo. Además, el menor endeudamiento del sector privado y la solidez de los bancos también conseguirá reducir los riesgos financieros. Asimismo, los fondos europeos post pandemia Next Generation EU contribuirán a apoyar el crecimiento de la inversión en los próximos meses.

Sobre la gran bestia negra de la economía, la inflación, la Comisión Europea asegura que la subida de los precios se moderará al 3,6% en 2023 debido a la continuada desaceleración de los precios energéticos desde el tercer trimestre de 2022. Esta tendencia continuará en 2024 a pesar de que se espera que el Gobierno español retire las medidas de apoyo a la energía puestas en marcha durante los peores momentos de la crisis. De esta forma, Bruselas vaticina que el año que viene la inflación española se moderará hasta el 2,9% -el Banco Central Europeo establece el 2% como su objetivo-. A pesar de este panorama relativamente luminoso, la Comisión también advierte de que la inflación subyacente -aquella que excluye la energía y los alimentos no procesados- “va a declinar más gradualmente” que la general.

Estos vaticinios de la economía española contrastan con el débil crecimiento de la zona euro que, según los cálculos de Bruselas , tan sólo llegará a un alza del 0,8% del PIB, debido al frenazo de la economía alemana que crecerá un raquítico 0,4%. Estos nubarrones provenientes de Berlín son los responsables de que Bruselas haya rebajado sus cálculos para la zona euro en tres décimas respecto a sus vaticinios del mes de mayo. Estas previsiones del Ejecutivo comunitario tan sólo incluyen los datos de las cinco grandes economías de la zona euro y Polonia. España lidera el crecimiento dentro de esta lista, ya que Francia crecerá el 1% mientras que Italia lo hará el 0,9% y Países Bajos el 0,5%, al igual que Polonia. “Los últimos datos confirman que la economía europea evitó la recesión el pasado invierno”, ha asegurado en rueda de prensa el comisario de Economía Paolo Gentiloni. A pesar de esto, el político italiano ha reconocido el estancamiento en el segundo trimestre y “un mayor debilitamiento en los próximos meses”.

En cuanto al capítulo de la inflación, la tendencia es descendente, pero muy por encima de los objetivos de la entidad monetaria. La Comisión Europea vaticina que la zona euro cerrará este año con una inflación del 5,6%, mientras que para el conjunto de los Veintisiete la cifra se situará en el 6,5%. Ante estos vaticinios preocupantes, la presión antes de la cita del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo este jueves es máxima. La entidad monetaria comenzó a subir tipos de interés en julio de 2022 y antes del receso veraniego, su presidenta Christine Lagarde, evitó dar pistas sobre los próximos designios del Eurobanco. Mientras la locomotora europea sortea por la mínima la recesión y el alza de los precios no da tregua y tan sólo baja ligeramente, el Banco Central Europeo puede optar tanto por la senda de seguir subiendo los tipos de interés otro 0,25% como por una pausa que permita ver mejor el panorama. La propia Lagarde también dejó claro que una parada en la subidas no implicaba necesariamente un punto final.