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Entrevista

Carlos Torres: «En la OPA no habrá ganadores ni perdedores, esto no es una guerra»

El intento de tomar el control del Sabadell entra esta semana en su recta final. El presidente del BBVA está «convencido» de su éxito, pero los accionistas tienen la última palabra

Entrevista con Carlos Torres, presidente del BBVA Alberto R. RoldánLa Razón

El presidente del BBVA, Carlos Torres, en la semana decisiva de la OPA sobre el Sabadell, está convencido de que la operación será un éxito. La respuesta, en apenas unos días.

La OPA, dicen en el Sabadell, es todo un culebrón. ¿Cuándo va a terminar de verdad?

El periodo de aceptación termina el viernes y luego conoceremos los resultados dos días después.

Los responsables del Sabadell afirman que el BBVA no alcanzará el 50%.

Queda poco tiempo para verlo. El proceso ha sido largo, pero no por elección, sino porque obtener las casi treinta autorizaciones regulatorias necesarias ha llevado más tiempo del deseado. La buena noticia es que estamos en la fase final: ahora son los accionistas, los verdaderos propietarios, quienes deben decidir libremente si acuden o no a la oferta.

Todos hablan de los accionistas, pero en un banco con millones de títulos, ¿quién tiene realmente el poder de decisión: los accionistas o los directivos?

Los accionistas, sin duda. Cada accionista del Sabadell tiene ante sí una gran oportunidad y debe decidir de forma individual si acepta la oferta. No es una decisión colectiva que arrastre a los demás: cada propietario elige libremente. La respuesta es muy clara: cada accionista es soberano sobre sus acciones, puede canjearlas o no hacerlo.

«Puedo afirmar categóricamente que no habrá una segunda OPA a un precio distinto»

¿Y los grandes inversores institucionales, incluidos los fondos de inversión?

En este caso, los accionistas han mostrado su apoyo. No de manera unánime, pero sí una abrumadora mayoría de los inversores institucionales y profesionales consideran la oferta muy atractiva. Los inversores institucionales suponen entre un 25% y un 30% del capital y la mayoría respalda la oferta. No es unanimidad, pero sí una mayoría muy amplia.

¿Y el inversor mexicano David Martínez, principal accionista individual del Sabadell?

El señor Martínez es efectivamente el mayor accionista individual de Banco Sabadell. Ha manifestado públicamente –incluso por escrito– su intención de acudir a la oferta.

¿Podría incorporarse en el futuro al Consejo del BBVA?

No, porque para ser consejero dominical en BBVA se requiere al menos una participación del 15% del capital, y su participación es mucho menor.

En caso de que el BBVA salga victorioso en la OPA, ¿habrá ganadores y perdedores?

No, en absoluto. Esto no es una guerra. Desde el primer momento, nuestro planteamiento ha sido constructivo. Hace un año y medio propusimos una fusión basada en la integración de equipos, la meritocracia, la coexistencia de marcas donde sea comercialmente relevante. Ese sigue siendo nuestro plan: unir dos entidades en su mejor momento para crear un banco más fuerte.

Si alcanzan solo entre el 30% y el 50% del capital, ¿mejorarán la oferta?

Estamos convencidos de que superaremos el 50%. En el improbable caso de no alcanzarlo, la oferta no tendría éxito salvo que decidiéramos renunciar a esa condición, algo que está dentro de nuestras facultades. Si renunciáramos, la ley nos obligaría a lanzar una oferta obligatoria en efectivo al mismo precio que la actual. Pero no tendríamos ningún incentivo para hacerlo a un precio superior, por lo que puedo afirmar categóricamente que no habría una segunda OPA a un precio distinto.

Pero usted dijo que nunca se mejoraría la oferta anterior.

Y, efectivamente, esta es una oferta obligatoria, no voluntaria. No tenemos intención ni incentivo para mejorarla.

Entrevista con Carlos Torres, presidente del banco BBVA. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.Alberto R. RoldánFotógrafos

En el Banco Sabadell dicen que «pueden comprar el banco, pero no el alma». ¿Tienen los bancos alma?

Nuestro propósito en BBVA es claro: acompañar la voluntad de nuestros clientes de llegar más lejos. Eso es lo que define el alma del banco. Nos esforzamos por estar junto a las personas en sus proyectos, sueños, dificultades y aspiraciones, con una mirada optimista y de progreso. Esa vocación de acompañar es, para nosotros, el verdadero alma del BBVA.

Un directivo del banco comentaba que el BBVA ya no es tanto un banco vasco como mexicano o turco. ¿Cuál es hoy su verdadera identidad?

No sé si un banco tiene nacionalidad en su «alma». BBVA es un grupo global con presencia en muchos países muy atractivos, incluido España. Seguimos teniendo nuestra sede social en Bilbao, donde nacimos en 1857, así que en ese sentido seguimos siendo vascos. Pero al mismo tiempo somos de allí donde prestamos servicio. Nuestra fortaleza está en esa diversidad: somos el banco número uno en Europa en rentabilidad y crecimiento, gracias a una presencia geográfica equilibrada, en España, México, Turquía y buena parte de América del Sur. Además, somos el banco que más ha apostado por Cataluña en la última década, y esta operación también refleja esa apuesta por el futuro de ese territorio.

¿Cuál será el futuro del BBVA con y sin el Sabadell?

Juntos, podremos afrontar mejor los grandes retos que tiene la sociedad europea: la inversión en infraestructuras, la transición energética, la defensa y la competitividad tecnológica. Europa necesita bancos más eficientes capaces de financiar ese crecimiento, y la unión de BBVA y Sabadell nos permitiría ser ese banco. Para los accionistas de Sabadell, la fusión supondría un incremento de más del 40% en el beneficio por acción respecto a continuar en solitario. Para los del BBVA, el aumento sería de alrededor del 3%. Si la operación no saliera adelante –algo que vemos poco probable–, BBVA seguiría siendo el banco más rentable y eficiente de Europa, con una rentabilidad prevista del 22% en 2028, un incremento del 15% anual en valor tangible por acción y una remuneración acumulada de 36.000 millones de euros en cuatro años.

"La abrumadora mayoría de los inversores institucionales apoya la oferta»

¿Qué papel ha jugado la política en todo este proceso?

El año pasado hicimos una propuesta de fusión al consejo del Banco Sabadell, pero la filtración de las conversaciones durante la campaña electoral elevó el ruido político y mediático. Eso, sin duda, alargó el proceso. Hemos mantenido contactos con distintos interlocutores, y la operación fue bien recibida en su momento. Pero las circunstancias políticas influyen, y es evidente que aquel contexto condicionó los tiempos de autorización. En cualquier caso, eso ya pertenece al pasado. Hoy estamos en la fase final y el protagonismo corresponde a los accionistas.

Algunos inversores extranjeros se mostraron inquietos por las injerencias políticas. ¿Siguen confiando en España?

Sí, sin duda. Los grandes inversores internacionales confían en España como destino de inversión. El país tiene una economía en crecimiento, una población dinámica y una posición privilegiada en el ámbito energético. Es cierto que no les gustó la lentitud del proceso, como tampoco a nosotros, pero hoy ven la operación como una oportunidad atractiva y sólida.

En resumen, ¿por qué un accionista del Sabadell debería acudir a la OPA del BBVA?

Porque es una oferta tremendamente atractiva. El precio por acción de Banco Sabadell se ha más que duplicado desde el lanzamiento de la OPA, y la operación ofrece una creación de valor conjunta muy significativa. Además, para los clientes –especialmente pymes y autónomos– hemos ofrecido una garantía de crédito a cinco años, algo excepcional en el sector. En definitiva, es una oportunidad única y los accionistas deberían aprovecharla, porque no habrá una nueva oferta y, de haberla, sería en las mismas condiciones y con más retraso.

¿Diría que es «una oferta que no se puede rechazar», como en El Padrino?

[Risas]. No, por supuesto que pueden rechazarla, pero creemos que es una oferta imbatible y una oportunidad que no volverá a presentarse.