Empleo
Casi tres millones de trabajadores mueren cada año por accidentes y enfermedades laborales
Una de cada tres lesiones profesionales mortales en todo el mundo se produce entre los trabajadores agrícolas
Los trabajadores en nuestro país pasan ocho horas al día en la oficina, hasta realizar una jornada laboral de 40 horas semanales. La media de horas que una persona trabaja puede variar en función del país en el que nos encontremos, sin embargo, la jornada laboral que repiten de lunes a viernes millones de personas en el mundo ocupa gran parte de su día. Por ello, sufrir un accidente laboral es algo inevitable y que sucede con más frecuencia de la deseada.
Cerca de tres millones de trabajadores mueren cada año debido a accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo que pone en evidencia los desafíos que existen para "salvaguardar la seguridad de los trabajadores en todo el mundo". Concretamente, partiendo de datos de 2019, la organización calcula que 2,93 millones de trabajadores murieron como resultado de factores relacionados con el trabajo, cifra que supera en un 5% la del año 2015 y en más de un 12% la del 2000.
El "considerable" aumento del número absoluto de víctimas mortales relacionadas con el trabajo se debe a varios factores, como el agravamiento de exposiciones desprotegidas a los riesgos profesionales, así como a cambios sociodemográficos. En este sentido, la organización recuerda que la población activa mundial aumentó un 26% entre 2000 y 2019, pasando de 2.750 millones a 3.460 millones de personas. Asimismo, las herramientas de diagnóstico también han mejorado en las dos últimas décadas, por lo que es más fácil que se detecten un mayor número de casos, explica la OIT.
La mayoría de estos fallecimientos, un total de 2,6 millones, se deben a enfermedades profesionales, mientras que las otras 330.000 muertes son consecuencia de accidentes laborales. Las enfermedades circulatorias, las neoplasias malignas y las enfermedades respiratorias son las tres primeras causas de muertes relacionadas con el trabajo, ya que representan más de tres cuartas partes de la mortalidad laboral total.
La agricultura, la construcción, la silvicultura y la pesca y la industria manufacturera son los sectores más peligrosos, con 200.000 lesiones mortales al año, lo que representa el 60% de todas las lesiones profesionales mortales. Una de cada tres lesiones profesionales mortales en todo el mundo se produce entre los trabajadores agrícolas, según el informe.
Asimismo, las muertes laborales se distribuyen de manera desigual en cuestión de género, ya que mueren 51,4 hombres por 100.000 adultos en edad laboral, frente a 17,2 mujeres por 100.000. Por tanto, en lo que respecta a la tasa de mortalidad masculina (108,3 por 100.000 en la población activa), esta es "significativamente superior" a la femenina (48,4 por 100.000).
En cuanto a la distribución regional, Asia y el Pacífico registra la mayor mortalidad relacionada con el trabajo, con un 63% del total mundial, debido al tamaño de su población activa.
395 millones de trabajadores con lesiones laborales
Además de las personas que mueren cada año por accidentes de trabajo o enfermedad laboral, la OIT estima que 395 millones de trabajadores en todo el mundo sufrieron en 2019 lesiones laborales no mortales, perjudicando la salud de los trabajadores y provocando ausencias laborales.
Para impulsar los esfuerzos mundiales destinados a garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable, la OIT ha presentado un nuevo plan, la Estrategia Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo para 2024-2030. "El objetivo es dar prioridad al bienestar de los trabajadores en consonancia con la dedicación de la OIT a la justicia social y la promoción del trabajo decente en todo el mundo", explica la organización.
Economía sumergida: 2.000 millones de trabajadores en el mundo
Actualmente un número cada vez mayor de trabajadores participa en formas atípicas de empleo, en malas condiciones y carentes de protección laboral. En este sentido, alrededor de 2.000 millones de personas trabajan en la economía informal, es decir, más del 60% de la población activa mundial.
Estos trabajadores carecen de unos ingresos estables o regulares y de una protección jurídica o social adecuada. Por tanto, su trabajo queda fuera de la legislación y de la Inspección de Trabajo, "por lo que son prácticamente invisibles en términos de regulación y supervisión" de la seguridad y salud en el trabajo.
El porcentaje de empleo informal entre los trabajadores domésticos duplica al de los demás empleados, un 81,2% frente a 39,7%. El trabajo doméstico está dominado por las mujeres (una de cada doce empleadas trabaja en el servicio doméstico) y estas están expuestas a una amplia forma de riesgos "desde químicos y biológicos hasta físicos y ergonómicos" como largas jornadas laborales o la violencia y el acoso.
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