Geopolítica

China pone contra las cuerdas a Occidente tras bloquear las exportaciones de tecnología de procesamiento de tierras raras

Tiene en su poder casi el 60% de la producción mundial de minas de tierras raras, pero cerca del 90% del procesamiento y refinado

Además de las segundas minas de fosfatos más grandes del mundo, el antiguo territorio español tiene un enorme banco pesquero y recursos de gas, petróleo y tierras raras
Además de las segundas minas de fosfatos más grandes del mundo, el antiguo territorio español tiene un enorme banco pesquero y recursos de gas, petróleo y tierras rarasRicardo SalvadorLa Razón

China ha vetado la exportación de algunas tecnologías para procesar elementos de tierras raras con el fin de proteger su seguridad nacional, a medida que se intensifica la carrera por el suministro de minerales críticos. La decisión sigue a la directiva de las autoridades chinas, el mes pasado, a los exportadores de minerales de tierras raras para que informen de las transacciones, y supone además la última escalada de la disputa comercial entre China y Occidente.

El Ministerio de Comercio de Pekín ha prohibido la exportación de tecnologías utilizadas en la extracción y separación de tierras raras y en algunos imanes de estas. De acuerdo con las autoridades, la revisión pretende “crear condiciones favorables para promover la cooperación económica y comercial internacional, salvaguardando al mismo tiempo la seguridad económica y los intereses de desarrollo del país”. No obstante, el anuncio de estos nuevos controles amenaza con tensar aún más las relaciones geopolíticas entre China y Estados Unidos y sus aliados por el control de las cadenas mundiales de suministro de recursos y tecnología.

A medida que la economía china se ha ido desarrollando en las últimas décadas, sus dirigentes han tratado de transformar el país en un actor clave en industrias de importancia estratégica. Para ello, Pekín se ha convertido en el principal proveedor mundial de tierras raras, un conjunto de 17 minerales indispensables para la fabricación de teléfonos inteligentes, vehículos eléctricos, sistemas de armamento militar e innumerables tecnologías avanzadas. Además, el régimen comunista ha demostrado su voluntad de aprovechar su peso en esta industria mundial en pos de sus objetivos políticos, lo que ha hecho saltar las alarmas en numerosos países de primer orden.

Cada vez más, países como Estados Unidos y la Unión Europea, consideran el suministro de estos metales una cuestión de seguridad nacional, sobre todo porque la transición energética mundial está alimentando el temor a una posible escasez. Cabe destacar que el nuevo veto se impuso tras la exigencia por parte de las autoridades chinas este año de permisos adicionales para la exportación de galio, germanio y grafito, unos materiales cuyo suministro controla ampliamente Pekín, y que son clave para la fabricación de tecnología.

El Gobierno chino ha insistido en que la razón principal de estos controles es garantizar la seguridad nacional. No obstante, a juicio de los expertos, se trata de una prueba de que este país pretende reforzar su dominio sobre las cadenas mundiales de suministro de tecnologías limpias para contrarrestar las restricciones comerciales que ha ampliado la administración Biden. Y es que, Washington ha ampliado su control de las ventas de tecnología punta de chips al gigante asiático para obstaculizar el acceso de los fabricantes chinos de baterías y vehículos eléctricos a las generosas subvenciones del gobierno estadounidense.

Aunque la emblemática legislación de Biden y la Ley de Materias Primas Críticas de la Unión Europea prometen desbloquear nuevos fondos para posibles proveedores, la última salva de Pekín subraya los retos técnicos a los que se enfrentan los productores occidentales para desarrollar procesos de refinado que China domina.

Actualmente, China es la principal fuente mundial de tierras raras y, desde hace tiempo, aplica una política de valor añadido local, refinándolas y/o transformándolas en componentes útiles, en lugar de enviar el producto en bruto al extranjero. Según la Agencia Internacional de la Energía, la nación representa alrededor del 60% de la producción mundial de minas de tierras raras, pero cerca del 90% del procesamiento y refinado. Por ello, el país ha desarrollado gran parte de la más avanzada tecnología mundial de procesamiento de tierras raras.

Empresas de recursos de todo el mundo exploran el planeta en busca de yacimientos y se esfuerzan por poner en producción nuevas fuentes. Además, los gobiernos están invirtiendo enormes sumas de dinero con la esperanza de acelerar el desarrollo de los recursos recién descubiertos y garantizar la existencia de refinerías y otros agentes necesarios.

Pero todo ello requiere su tiempo, lo que deja a la segunda economía mundial con una ventaja decisiva para frenar el desarrollo de ciertas industrias más allá de sus fronteras. Y como la producción de energías renovables y el almacenamiento de las mismas son dos industrias que dependen de las tierras raras, China goza de una poderosa posición en un momento en que el planeta trata de avanzar hacia un futuro de emisiones netas cero.