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Energía

La CNMC pone patas arriba el gas: plantea "ajustes" ante la caída de demanda

Competencia apunta a los desequilibrios del sistema y a una red "sobredimensionada" para aplicar una vara similar a la que plantea a las eléctricas

Imagen de un gasoducto DreamstimeDreamstime

La regulación del gas en España podría dar un vuelco de acuerdo a la propuesta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que en su informe de evaluación del modelo retributivo del transporte de gas natural y de las plantas de GNL, apunta a un ajuste regulatorio para el periodo 2027-2032 similar al que ya ha planteado para el sistema eléctrico.

El diagnóstico del regulador es claro: el consumo de gas en España ha caído de forma sostenida en los últimos años y la red de transporte, que apenas ha crecido desde 2017, está cada vez más infrautilizada. Esta combinación fuerza a la CNMC a plantear un nuevo modelo retributivo para evitar que los posibles desajustes se trasladen a las tarifas de los consumidores.

Por su parte, el sector gasista pide que el nuevo modelo asegure una "rentabilidad razonable" y alerta de que, de no modificarse en este sentido la retribución, la pérdida de ingresos acumulada a 2032 alcanzaría los 2.405 millones (3.360 millones con el efecto inflacionario).

Las gasistas remarcan que no podrán realizar las inversiones necesarias para asegurar el suministro si no se mejora la tasa de 6,46% que propone el regulador para el marco 2027-2032. Piden revertir las perdidas estimadas por Sedigas, la patronal del sector, de más de 2.400 millones desde 2021 en un momento en el que el gas es crucial en la operación reforzada del sistema eléctrico, entre otros sectores, puesta en marcha por Red Eléctrica desde el apagón del 28 de abril pasado.

El dilema de la demanda

El informe de la CNMC destaca que la demanda de gas se ha reducido de manera continuada, afectando tanto al consumo convencional como al destinado a la generación eléctrica. La caída no responde a factores coyunturales, sino a transformaciones profundas: electrificación de usos finales, mayor penetración renovable, eficiencia energética y un tejido industrial que ha reducido su dependencia del gas.

Esta contracción de la demanda ha achicado el volumen de energía que circula por la red de transporte. La utilización de las infraestructuras se ha ido reduciendo año tras año, hasta el punto de que el volumen de gas transportado por kilómetro de red -un indicador que refleja la eficiencia y carga real del sistema- ha caído drásticamente en la última década. Lo mismo ha ocurrido en las estaciones de regulación y medida (ERM), donde la energía procesada por infraestructura se ha desplomado.

Red sobredimensionada

A pesar de que la red de transporte gasista prácticamente no ha crecido desde 2017, su grado de uso sigue reduciéndose. El origen del sobredimensionamiento se encuentra en la planificación gasista 2008-2016, elaborada con previsiones de demanda que nunca llegaron a materializarse. Aquella etapa impulsó numerosos proyectos diseñados para un escenario de crecimiento constante. La realidad, sin embargo, caminó en dirección contraria.

La CNMC subraya que esta sobreplanificación no fue inocua: generó un déficit que tardó cerca de diez años en absorberse. Aunque el desajuste económico se ha corregido, el desajuste estructural -una red grande para una demanda cada vez menor- sigue plenamente vigente.

Este contexto plantea un dilema de fondo: mantener una red sobredimensionada con costes fijos elevados o adaptarla a un sistema que se encamina hacia un uso del gas más limitado y más puntual.

Desajustes

La CNMC explica que el modelo retributivo vigente, fijado mediante la Circular 8/2020, combina la recuperación de inversiones (RInv), los costes de operación y mantenimiento (O&M) y una serie de incentivos a la eficiencia, productividad, reducción de mermas o mejoras ambientales. Sin embargo, el esquema fue diseñado para unas condiciones de demanda y actividad muy diferentes de las actuales.

El informe evidencia desequilibrios claros: mientras la actividad de transporte presenta un superávit derivado de la estabilidad del modelo, las plantas de regasificación presentan un déficit relevante, porque sus ingresos regulados no cubren los costes reales de operación. La caída de la actividad, unida a la existencia de costes fijos significativos, explica esta divergencia.

El regulador ya ha aplicado ajustes en la retribución del sector para los años 2025 y 2026, una señal de que la senda apunta hacia un marco más ajustado y acorde a la utilización real del sistema.

La CNMC propone que, a partir de 2027, el gas se someta a un modelo retributivo similar al de la electricidad. Esto implicaría mayor exigencia en eficiencia, una retribución más vinculada al uso real de las infraestructuras y una distancia creciente respecto a la lógica del "coste reconocido estable" que caracterizó al sistema en el pasado.

Un marco regulatorio alineado con el eléctrico supone, por tanto, revisar los valores unitarios de inversión, los costes estándar de operación, la vida útil regulatoria de los activos y el conjunto de incentivos aplicados. También obliga a anticipar la evolución futura de la demanda, que previsiblemente seguirá a la baja

Ante este informe de evaluación del modelo retributivo del gas los operadores, administraciones y agentes del sectors podrán presentar alegaciones hasta finales de 2025. Su admisión o no por el regulador serán determinante para definir la forma definitiva del nuevo modelo.