Motor
Coches eléctricos a 9.000 euros, la última amenaza china a la industria europea
El desafío chino se acelera, tras crecer un 361% los envíos de coches eléctricos al mercado europeo desde 2021. Además, controlan el 75% del litio y el 90% de las fórmulas químicas
En el vasto horizonte de la industria automotriz, China se alza como un titán imbatible en el sector de los vehículos eléctricos (VE), dejando atrás a gigantes tradicionales como Alemania y Japón. Las transacciones de estos automóviles en el país asiático experimentaron durante 2023 un notable crecimiento del 82%, lo que representa casi el 60% de las adquisiciones globales de estos vehículos revolucionarios. Estos resultados sobrepasan ampliamente las cifras registradas en países como Estados Unidos, Noruega y otras naciones escandinavas, reconocidas como pioneras en la adopción de automóviles libres de emisiones. Y estas cifras pueden multiplicarse con la salida al mercado de nuevos modelos híbridos y electrificados por un precio de salida de menos de 10.000 euros, lo que supone un nuevo paso en la guerra de precios en el sector de automoción del gigante asiático y una amenaza para el sector automovilístico europeo.
Un informe de la Agencia Internacional de Energía revela que más de la mitad de los vehículos de propulsión eléctrica que circulan por las carreteras de todo el mundo se encuentran en la potencia asiática, consolidando su posición como líder indiscutible. En el transcurso del último año, las ventas de VE en la segunda economía mundial registraron un crecimiento anual del 37%, con aproximadamente nueve millones de unidades vendidas y una sólida cuota de mercado del 34%. Determinada a estar a la vanguardia en la revolución de la movilidad sostenible, la nación ha superado incluso sus propias expectativas al establecer una ambiciosa meta de alcanzar una cuota de mercado del 45% para 2027, adelantándose al objetivo inicialmente planeado para 2030.
La segunda economía mundial se ha convertido en un escenario de gran dinamismo y competencia en el sector automotriz. Entre los protagonistas destacados, se encuentran empresas de renombre como BYD, Geely, Chery, BAIC y GAC, cuya presencia y trayectoria han dejado una marca significativa en la industria. El paisaje se enriquece aún más con la presencia de prometedoras startups como Nio, Xpeng, Li Auto, Weltmeister, IM Motors, Hozon y Leap Motor, quienes aportan una dosis adicional de vitalidad. En particular, la marca nacional BYD ha emergido como un jugador ilustre en el competitivo mercado de los vehículos de nueva energía (NEV), al convertirse en el principal vendedor a nivel mundial durante el cuarto trimestre de 2023.
Con un enfoque decidido en la innovación y el desarrollo de tecnologías avanzadas, China se encuentra en una posición privilegiada para seguir liderando la transición hacia la movilidad eléctrica en todo el planeta. Es más, recientemente se ha anotado dos importantes victorias en el despiadado mercado. BYD ha lanzado una nueva versión de su modelo híbrido enchufable, el Qin Plus DM-i, con un precio inferior al de los coches de gasolina más vendidos, como el Lavida de Volkswagen y el Corolla de Toyota. Con un punto de partida en los 79.800 yuanes (9.070 euros), se ha desmarcado con un descuento del 20% en comparación con su predecesor. Pero esto no es todo, pues su autonomía con batería alcanza los 55 kilómetros, un logro digno de admiración.
Asimismo, Huawei Technologies causó sensación con el lanzamiento de su nuevo sistema de carga ultrarrápida en octubre, que permite a este tipo de vehículos recorrer un kilómetro con una sola carga de un segundo. Estos movimientos son testimonio del explosivo crecimiento de la capacidad de producción de baterías eléctricas y de las rápidas innovaciones tecnológicas chinas. Ante la consolidación de los actores locales en el mercado chino y su creciente influencia global, los fabricantes de automóviles internacionales se enfrentan a una ventana de oportunidad crítica para incursionar en este floreciente mercado del país asiático.
Más allá de las fronteras chinas el panorama presenta matices distintos. En Europa, se espera un crecimiento gradual en la adopción de estos vehículos libres de emisiones, aunque a un ritmo más moderado en comparación con años anteriores, proyectándose alrededor de 3.3 millones de unidades para este año. Aprovechando el impulso conquistado el año pasado, los fabricantes de automóviles chinos se están embarcando en una audaz expansión hacia los mercados emergentes, eclipsando a los actores tradicionales y establecidos. No obstante, esta avalancha también plantea desafíos considerables ya que los productores locales se ven presionados a adaptarse, luchando contra la transformación de sus plantas y los retrasos en la producción.
El papel preeminente de China en esta danza de fuerzas se acentúa en la encarnizada batalla que se libra en los dominios europeos, donde la apuesta por un futuro de transporte libre de carbono ha convertido al continente en un campo propicio para la expansión de las marcas chinas en los mercados occidentales. De acuerdo con los datos aduaneros de la Unión Europea, los envíos de VE chinos han experimentado un asombroso incremento del 361% desde el año 2021. A pesar de que los consumidores europeos aún albergan cierta reticencia hacia estas marcas asiáticas, su competitiva propuesta de precios les ha permitido ganar terreno y aumentar su cuota de mercado.
Con todo, la industria automovilística europea –con Stellantis y Mercedes Benz entre los mayores fabricantes– está emprendiendo acciones enérgicas para defenderse del dominio chino en el sector, así como de su control total sobre la cadena de suministro de baterías.
En un esfuerzo por impulsar la producción interna se avecina un dilema para los legisladores europeos ante la perspectiva de millones de vehículos de alta tecnología y bajo costo fabricados por empresas chinas inundando sus mercados. La llegada de esta avalancha de importaciones podría tener consecuencias desastrosas para los fabricantes europeos, y como resultado, están considerando la imposición de aranceles como medida para mitigar los posibles daños.
La Comisión Europea ha iniciado una investigación exhaustiva sobre las presuntas prácticas comerciales desleales llevadas a cabo por los fabricantes chinos, generando preocupación en el ámbito económico. El enfoque principal de esta indagación recae en las cuantiosas subvenciones otorgadas por el régimen comunista a su industria automovilística, lo cual ha generado un debate acerca de la equidad en el comercio internacional. Sin embargo, las autoridades en Pekín se han opuesto firmemente a este análisis, argumentando que constituye un «flagrante comportamiento proteccionista».
Incluso en el caso de que Europa opte por imponer restricciones comerciales adicionales, resulta innegable la interdependencia con respecto a China en lo que respecta al suministro de baterías y el procesamiento de materias primas asociadas. Las entidades chinas poseen una participación significativa en el panorama mundial, controlando aproximadamente el 45% de los derechos de explotación minera y el 70% de la capacidad de refinado del litio, un componente esencial de las baterías eléctricas. Además, ostentan una cuota de mercado del 90% en formulaciones químicas clave para la fabricación de baterías, como el fosfato de hierro y el litio. Un dominio que ha sido respaldado por sustanciales subsidios gubernamentales a lo largo de una década.
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