El desafío independentista

Colas en las provincias limítrofes: «Queremos saber qué pasa ahora»

Los bancos dicen que no hay fuga de depósitos, pero sí avalancha de petición de información

La actividad bancaria en las provincias limítrofes con Cataluña fue frenética ayer. Las dudas sobre el futuro de sus ahorros desplazaron a pueblos de Huesca y Castellón, fundamentalmente, a decenas de ciudadanos, que cambiaron sus ahorros de entidad por «si acaso»
La actividad bancaria en las provincias limítrofes con Cataluña fue frenética ayer. Las dudas sobre el futuro de sus ahorros desplazaron a pueblos de Huesca y Castellón, fundamentalmente, a decenas de ciudadanos, que cambiaron sus ahorros de entidad por «si acaso»larazon

Los bancos dicen que no hay fuga de depósitos, pero sí avalancha de petición de información.

Las grandes instituciones internacionales, las agencias de rating y los bancos de inversión alertan, porque es su obligación, de los riesgos inherentes a una declaración de independencia por parte de Cataluña, pero nadie cree que se vaya a llevar a cabo. No piensan lo mismo los clientes de los bancos radicados en Cataluña. En su fuero interno están convencidos de que no va a pasar nada, pero ante las dudas, lo mejor es poner a buen recaudo el fruto de muchos años de ahorro y sacrificio. Y para eso nada como trasladar el dinero de una entidad con sede social en Cataluña a otra con domicilio en cualquier otra de las restantes 16 comunidades autónomas.

Ese miedo escénico es lo que hizo que ayer, especialmente, decenas de ciudadanos se presentaran en numerosas oficinas bancarias de Aragón y la Comunidad Valenciana, regiones fronterizas con Cataluña, para salvaguardar su dinero por «temor a perder los ahorros de toda la vida» por tenerlos guardados en una entidad localizada en Cataluña.

El pánico se adueñó de muchos de los habitantes en zonas limítrofes de Cataluña, como Huesca, Zaragoza, Teruel o Castellón. No bastaba que las transacciones se pudieran realizar desde una entidad con oficina en el centro de Barcelona, Gerona, Lérida o Tarragona; había que estar presentes en el banco, pero en Aragón o en la Comunidad Valenciana.

Huesca y castellón

En localidades como Fraga, Binéfar o Barbastro, en Huesca, ayer hubo mucho movimiento en las diferentes entidades bancarias. En muchas de las oficinas se llegaron a producir hasta colas que salían de los establecimientos.

La mayoría repetía hasta la saciedad la falta de confianza en los políticos y la incertidumbre generada tras el referéndum del pasado domingo. Se preguntaban por qué se cambian de sede los dos bancos domiciliados en Cataluña para trasladar sus fondos de pensiones, depósitos a plazo o cuentas corrientes a «sitios más seguros».»No quiero que le pase nada a mi dinero y al de mi familia», comentaba un trabajador.

En la mayoría de los casos fueron operaciones de unos miles de euros, aunque no menudeo. Los ciudadanos piensan que la Generalitat pueda imponer un «corralito», al estilo de Argentina a comienzos de siglo, para evitar la fuga de dinero, sin pensar en si sus ahorros están en entidades cuyos cuarteles generales no son de Cataluña. Y es que para elegir, los ciudadanos cuentan en España con cerca de 22.000 oficinas, de las alrededor de 3.900 están en Cataluña , el 18% del total.

Mientras en los pueblos colindantes de Huesca o Castellón las oficinas bancarias trabajaban a destajo, en Barcelona se respiraba una mayor tranquilidad en el Banco Sabadell (hasta media tarde Caixabank no confirmó la aprobación del cambio de sede a Valencia). Fuentes de la entidad aseguraban que el número de personas que se acercó a una oficina de la enseña a preguntar por la aún confusa situación se había reducido sustancialmente. Sabadell tiene en Cataluña un 16% de su actividad y aunque algunos clientes se sienten «traicionados», la mayoría da por acabada la inseguridad jurídica.