Manifestaciones

La cólera del campo toma Bruselas: un millar de tractores, hogueras y una estatua calcinada

Los agricultores protestan ante el Parlamento Europeo para exigir precios justos, menor burocracia y los mismos requisitos a las importaciones

Los agricultores han tomado el barrio europeo. La cólera del campo francés se ha extendido a todas las latitudes europeas y las asociaciones agrícolas han aprovechado la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete para colapsar la capital comunitaria. Desde Portugal a Suecia. Norte y sur del club comunitario unidos en el descontento.

Las nacionalidades cambian, pero las protestas son muy parecidas. Los agricultores europeos claman por mejores salarios – consideran tener poco margen de negociación en al cadena de fijación de precios-; por las políticas europeas a favor del medioambiente y por los acuerdos de libre comercio con terceros países que, en su opinión, suponen competencia desleal ya que estos productos agrícolas no cumplen los mismos requisitos que los europeos. Las asociaciones agrícolas españolas también se han unido a la manifestación de un millar de tractores. Aunque en ciertos puntos, el carácter era festivo y pacífico, en otros la policía belga tuvo que intervenir.

Varios agricultores concentrados ante la sede del Parlamento Europeo, en la plaza de Luxemburgo, prendieron varias piras de fuego ante el cordón policial y también derribaron y quemaron la estatua de John Cockerill, símbolo de la industria belga. Esto obligó a la policía belga a utilizar manguera para tratar de apagar los fuegos. A pesar de esto, la hoguera en el centro de la plaza siguió ardiendo hasta entrada la tarde. Además, algunos manifestantes lanzaron huevos contra la fachada del Parlamento.

El propósito era que el ruido no tapara el mensaje, aunque es difícil saber si lo han conseguido. En representación española, ha acudido la asociación agricultores y ganaderos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en respuesta a la llamada a la movilización europea en Bruselas, enviada el lunes por la Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC), "con el fin de impulsar cambios concretos para los agricultores a las puertas de los responsables políticos europeos". Asimismo, también acudieron a las protestas representantes de Asaja.

Para COAG, Bruselas peca de incoherencia "al no exigir las mismas condiciones a las importaciones”, lo que constituye una de las causas principales del descontento de los agricultores”. Los agricultores de ECVC y COAG también han subrayado que no han acudido a Bruselas "destruir nada, sino a traer propuestas concretas para el futuro de la alimentación y la agricultura en Europa".

Al término de la cumbre europea, Von der Leyen mantuvo una reunión con representantes de las asociaciones agrarias europeas, incluida la española Asaja, así como con el primer ministro belga, Alexander De Croo, y su homólogo neerlandés, Marc Rutte, para abordar la situación del sector. La presidenta de la Comisión Europea dijo, tras esa cita, que fue "un encuentro constructivo", en el que se habló de las medidas que se pueden adoptar a corto, medio y largo plazo, y subrayó que lo importante es encontrar "soluciones comunes".

José María Castilla, representante de Asaja en Bruselas, señaló que fue "una sorpresa grata" haber recibido la invitación para hablar y que, pese al inicial escepticismo sobre el nuevo diálogo que la Comisión quiere entablar con el sector, ahora tiene la impresión de que "hay una nueva corriente, un nuevo aire" y que serán "capaces de aprovechar esta nueva oportunidad".