IPC
Comer, alquilar, conducir, beber y vivir es más caro: una tortilla de patata un 20% más, una chuleta, un 17%, una tostada, un 12%
La inflación no da tregua y vuelve a subir en julio, con los alimentos disparados al 10,8%. El IPC subyacente está en máximos en un año (6,2%). El alquiler o la gasolina está en máximos respecto al año pasado
Los precios continúan sin dar tregua a los hogares españoles. La inflación retomó en julio la senda alcista para situarse en el 2,3%, después de dos capítulos de alivio temporal, después de que en mayo se moderara nueve décimas, hasta el 3,2%, y en junio subiera 1,3 puntos menos que en mayo, hasta el 1,9%, su menor nivel desde marzo de 2021. Pero mayor preocupación causan otros indicadores.
La inflación subyacente –que no incluye alimentos y energía, y es la que marca la evolución de los precios a largo plazo– aumentó hasta el 6,2%, tres décimas más que en junio y casi cuatro puntos por encima de la inflación general. Esta tasa se sitúa por encima de la registrada en el pico julio de 2022 (6,1%), cuando el IPC general se elevó hasta el 10,8%, a nivel récord, lo que evidencia que las familias españolas siguen teniendo que hacer frente a un sustancial encarecimiento de los precios que merma su poder adquisitivo. Aún más si cabe preocupa la inflación de la cesta de la compra, al subir cinco décimas en el último mes, para alcanzar el 10,8%, un incremento que suma ya una inflación acumulada de casi el 31% durante los últimos cuatro años, en aquel añorado mes de julio de 2019.
Como ejemplo de lo que vale comer ahora para una familia, por una chuleta de cerdo tendremos que abonar un 15% más; si preferimos el pescado, nuestro plato nos saldrá un 8,1% más caro; por unas patatas al gusto de cada uno se pagaría casi un 17% más que hace un año; y si queremos desayunar una tostada con mantequilla tendremos que pagar un 12% adicional y añadir otro 17% por la leche. Pero el prototipo de lo que ha subido la cesta de la compra se refleja en la tortilla española, cuya elaboración eleva el coste un 20,4% por encima de 12 meses antes.
Otros dos elementos también nos hacen sospechar que nuestro nivel de vida continúa bajando. Llenar el depósito del coche es un 6,5% más caro que hace un mes y el precio del alquiler de vivienda volvió a registrar una subida del 2,1% en julio en comparación con el mismo mes del año pasado, lo que supone el mayor incremento interanual desde octubre de 2009. Si lo que queremos es comprar, la situación se agrava aún más, tras subir un 6,4% el metro cuadrado.
Pero es en la cesta de la compra en la que los hogares sufren más. Los alimentos básicos llevan un año con subidas de dos dígitos y el paso de los meses solo acrecienta su impulso. Respecto a julio de 2022, el azúcar sigue siendo el producto que más ha subido, un 44,2%, más del doble que el aceite (20,4%). Con precios sin freno también se encuentran la leche (17,7%); las patatas (16,7%); la carne de cerdo (15,8%); otros preparados alimenticios (13,6%); el agua mineral, refrescos y zumos (13,4%), los preparados de legumbres y hortalizas (13%), los huevos (12,8%), los productos lácteos (11,8%); las frutas frescas (11,6%); los cereales y derivados (11,2%) y otras carnes (10,4%). Solo unos cuantos elementos tomaron el sentido contrario y bajaron sus precios, principalmente la electricidad y el gas, frente al aumento recogido en julio del año pasado.
Si los valores se toman en términos mensuales, el IPC también cerró en positivo, tras escalar dos décimas y experimentar una variación del 0,6% desde mayo. En este comportamiento influyeron sobre el resto el encarecimiento del ocio y la cultura en un 3%, por culpa del incremento de precios de los paquetes turísticos, que repercute un 0,242 en el IPC general. Junto a ello, la alimentación creció el 0,8%, con una repercusión de 0,153. Este comportamiento es debido, principalmente, al aumento de los precios de la fruta (8,8%) y, en menor medida del aceite (3,4%) y el pescado y marisco (1,2%). Solo tuvieron una bajada significativa las legumbres y hortalizas (-3,9%). Otro destacable descenso lo protagonizó el grupo de vestido y calzado, con una caída de precios del -9,7%, gracias a la campaña de rebajas de verano. En la próxima actualización, este apartado volverá a positivo.
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