Empleo

«Con un empleo de calidad lograremos un mayor bienestar social y económico»

Carlos Martínez es Presidente de IMF Business School
Carlos Martínez es Presidente de IMF Business Schoollarazon

La digitalización es un hecho que está transformando las empresas españolas y las necesidades del mercado laboral. La exigencia de análisis de la información empresarial exige cada vez perfiles profesionales especializados en el «big data» y su continua formación.

– A pesar de que el año pasado se cerró con más ocupados, por los últimos datos parece que el desempleo aumenta. ¿A qué se debe este retroceso?

– Hasta mediados del 2017 había factores externos que suponían vientos de cola para el crecimiento económico y el empleo, pero algunos de estos factores, con el paso del tiempo, se han convertido en vientos frontales: el encarecimiento de la energía, la inflación (aumento del 2% con salarios estancados y caída del consumo y, por lo tanto, del empleo), la disminución de la confianza de los consumidores y, por supuesto, la inestabilidad política (problemas en Cataluña y aprobación de los presupuestos), etc.

– ¿Por qué no se sigue creando empleo en España como en años anteriores?

– Desde mi punto de vista estamos hablando de una ralentización en la creación de empleo que se ha ido haciendo más patente en 2017. No debemos olvidar que en 2015 el paro disminuyó en 678.000 personas, en 2016 en 541.000 y 2017 se cerró con 471.000 personas menos.

– ¿Qué factores pueden potenciar la creación de empleo en nuestro mercado?

– Varias. Rebaja de las cotizaciones sociales: Actualmente, se sitúa en el entrono del 32%. Sin duda, esta rebaja nos haría ganar competitividad y animaría a las empresas a crear empleos. Mejorar los recursos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE): Todos somos conscientes de que tenemos un Servicio Público de Empleo anticuado, con pocos medios, poco operativo y que genera muy poca confianza a los ciudadanos como referente para conseguir trabajo. El SEPE debería realizar con eficacia una triple función: canalizar las ofertas de trabajo de las empresas, realizar el control y la fiscalización de las ayudas y, por último, ofrecer formación que realmente sea eficaz para que los desempleados encuentren trabajo. Reformar las políticas activas de empleo:Está claro que el modelo de formación para desempleados ha sido un auténtico fracaso. Se debe imponer otro en el que haya una estrecha colaboración público-privada donde sean las empresas las que ofrezcan los cursos adaptados a sus necesidades, fundamentalmente a través de la formación dual. Apoyar a sectores que ayuden a cambiar el modelo productivo: Debemos superar el modelo económico basado únicamente en el ladrillo y el turismo. Tenemos que apostar por sectores que sean capaces de crear puestos de trabajo estables y cualificados como en salud, tecnología o educación. Mantener el crecimiento del PIB: Hay una relación mucho más directa de lo que podemos pensar entre el crecimiento del PIB y la creación de empleo. Fin del empleo sumergido: ¿Por qué no planteamos la desaparición del dinero en efectivo? Acabaríamos en gran medida con el trabajo sumergido, la corrupción y el fraude fiscal. Medidas especiales para jóvenes y parados de larga duración: Se trata de dos colectivos especialmente castigados por la crisis. Además, en muchas ocasiones, son perfiles que no tienen competencias profesionales demandadas por el mercado, esto hace que haya que trabajar intensamente en su formación.

– ¿El aumento de los salarios y el factor estacional son determinantes en la creación de empleo?

– El factor estacional evidentemente tiene impacto en la creación de empleo. En cuanto a los salarios, es importante destacar que llevamos 10 años sin subir salarios. Sin subidas salariales, tendremos menos consumo y, por lo tanto, menos empleo. Tenemos un modelo económico donde predominan las empresas dedicadas al turismo, cuya actividad se concentra especialmente en la temporada estival. El problema lo tenemos cuando llega la estación de otoño y la destrucción de empleo es una constante. El Gobierno debería hacer un esfuerzo por diversificar nuestra estructura productiva, primando sectores (como el tecnológico) donde la creación de empleo sea estable y se mantenga en el tiempo.

– ¿Qué valoración tiene en este momento el mercado laboral?

– Llevamos creando empleo de forma importante desde hace cinco años, pero el que se crea es de poca calidad y está mal pagado. Esperemos que, conforme el paro se vaya reduciendo y haya menor oferta laboral en el mercado, los salarios y la estabilidad vayan aumentando gradualmente con el fin de fidelizar a los trabajadores. El problema lo tenemos en los trabajos poco cualificados.

– ¿Es el momento de adecuar la reforma laboral a la situación actual?

– En primer lugar, debemos introducir reformas que se ajusten a la realidad de las demandas, principalmente relacionadas con la flexibilidad. Observamos nuevos modelos de relaciones laborales (fundamentalmente en empresas tecnológicas): Cabify, Deliveroo, Uber, etc., donde realmente no existe un encaje con nuestra actual legislación. En segundo lugar, debemos seguir trabajando en la simplificación de las modalidades de contratación y, sobre todo, en las complejidades a las que las empresas se enfrentan a la hora de aplicar posibles bonificaciones. Por último, tenemos que hacer esfuerzos porque los colectivos más vulnerables (parados de larga duración y jóvenes) se incorporen al mercado de trabajo.

– ¿En 2018 cuántos empleos se pueden generar y cómo quedaría la tasa de paro al término del actual ejercicio?

– Para el año 2018 esperamos una ralentización en la creación de empleo que continúe la senda del segundo trimestre de 2017. Todo indica que el PIB crecerá entre un 2% y un 2,5%, y ello arrastrará probablemente a nuestro mercado de trabajo a un menor crecimiento. A pesar de ello, y si no sucede nada excepcional, cerraremos el año con la creación de unos 350.000 puestos de trabajo haciendo que la tasa de desempleo siga reduciéndose y quede en las cercanías del 15%.