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Conciliación

Conciliar, también en masculino

Casi un tercio de los españoles que fueron padres en 2017 no cogieron la baja de paternidad

«Los padres se muestran cada vez más comprometidos con la crianza de sus hijos»/dreamstime
«Los padres se muestran cada vez más comprometidos con la crianza de sus hijos»/dreamstimelarazon

En 2017, por cada 100 nacimientos que hubo en España, 68 padres cogieron el permiso de paternidad. Es decir, casi un tercio de los españoles que tuvieron un hijo el pasado año rechazó este permiso. Datos como éste dibujan un panorama en el que la conciliación laboral y los cuidados familiares siguen recayendo, en su mayor parte, sobre las mujeres. En este contexto, la UNED ha presentado el proyecto de investigación interuniversitario «Fomento del equilibrio laboral y familiar desde las empresas», a través del cual se han estudiado durante el periodo 2015- 2018 las condiciones familiares y empresariales que permiten a los hombres implicarse en los cuidados de sus hijos.

Teresa Jurado, profesora de la UNED y una de las principales investigadoras del proyecto, afirma que el hecho de que el 68% de los padres cogiera la baja cuando nacieron sus hijos supone un aumento respecto a años anteriores. «Esto en parte se debe a unas políticas que favorecen e impulsan que los hombres sean parte de la crianza, pero también a que los padres cada vez se muestran más comprometidos con los cuidados de sus hijos», señala. Sin embargo, en el hecho de disfrutar o no de la baja por paternidad influye mucho la situación económica de la familia. «Los que menos la cogen son los autónomos, y esto tiene mucho que ver con el régimen al que están adscritos», remarca. Como ellos, los directivos también suelen rechazarla, porque «consideran que no pueden faltar». En este grupo destacan también los trabajadores con contratos eventuales y aquellos cuya pareja no está trabajando. Otro factor que se ha de tener en cuenta es que la brecha entre los que tienen contrato fijo o temporal y aquellos del sector público y privado ha disminuido con el aumento del permiso de paternidad. «De ahí deducimos que se está convirtiendo en una norma social que para ser un buen padre te tienes que coger el permiso de paternidad», señala.

Brecha salarial

El hecho de que sean las mujeres las que, en mayor medida, solicitan reducciones de jornada o días libres para el cuidado de niños o personas dependientes infiere directamente con su situación en el mundo del trabajo. «Esto acaba penalizando a las mujeres y explica, en gran medida, la brecha salarial de género, en sus futuras pensiones y en las posibilidades de promocionar dentro de la empresa», asevera Jurado. «El hecho de cuidar de los niños o de personas dependientes implica, a su vez, atender otras cargas familiares», apunta. Y es que, desde que las madres se han incorporado al mundo laboral tienen más independencia económica, pero a eso se le ha sumado una segunda jornada en el hogar. «Esto precisa de un cambio social, porque las mujeres hemos cambiado mucho más rápido de lo que lo están haciendo los hombres», subraya Jurado. Teresa Díaz de Terán, directora del departamento sociolaboral de Cepyme, se muestra de acuerdo con ella. «La sociedad está cambiando tan rápidamente que se exige una reacción rápida». En este sentido, el director de la Fundación MásFamilia, Roberto Martínez, indica que el hecho de que las empresas fomenten que los padres concilien es un modo de animar, también, la cohesión social. «Es obvio que estamos en un nuevo modelo sociolaboral, en el que las mujeres se han incorporado muy rápidamente al mundo del trabajo, pero el reparto de roles no ha cambiado tanto», apunta. Por este motivo, Martínez es consciente de que, si algo demuestra el estudio de la UNED, es que todavía queda mucho por hacer para que esas responsabilidades cambien.

«Para cambiar las cosas en el ámbito laboral entran tanto las políticas empresariales como el marco regulatorio», señala Jurado. Ejemplo de esto son los países del norte de Europa. «Una de las conclusiones alcanzadas por el estudio es que los padres no se acogen a medidas que reducen sus ingresos», añade. Y es aquí donde intervienen las políticas empresariales. «No podemos dejar la responsabilidad únicamente en las empresas, ya que el hecho de que los hombres asuman como suya la corresponsabilidad es, en gran parte, una cuestión cultural y de medidas por parte de los Estados», explica Díaz de Terán. «Lo de que sean ellas las que, en mayor parte, piden la reducción de jornada, es digno de reflexión», asevera. Para fomentar este cambio social, los expertos coinciden en que serían necesarias más políticas de apoyo a las familias, como el facilitar que todo el mundo tenga acceso a las guarderías o al cuidado de mayores.

Por otra parte, Martínez señala que todo esto requiere un cambio de mentalidad. «Tenemos que saber que garantizar la conciliación no es algo sencillo, ya que todos querríamos trabajar por la mañana, pero ir de compras por la tarde, por ejemplo», dice. «Lo fundamental es trabajar en el liderazgo, ya que no lo podemos cambiar todo a golpe de BOE», explica. «Hay muchos hombres en este país que se encuentran con jefes que no entienden o incluso prohíben la conciliación, que no son capaces de ver que los resultados no tienen que ver con el tiempo que pasa el empleado en la empresa», indica. Por este motivo, Martínez propone una mayor formación a los jefes, empezando por las escuelas de negocios, para que sepan cómo sacar lo mejor de los futuros líderes.

Favorecer la corresponsabilidad

El estudio de la UNED, a la hora de poner en práctica la conciliación responsable, propone cinco medidas fundamentales, de las cuales la primera es que cualquier trabajador o trabajadora debería poder compaginar su trabajo con su vida personal, independientemente de las características de ésta. Con este objetivo, se hace indispensable que la empresa tenga una mentalidad por la cual intente cuidar a su plantilla y mantenerla a largo plazo. Para ello, apuntan que, en el caso de los trabajos que requieran la atención a personas, lo ideal es combinar el trabajo por turnos con las necesidades familiares, así como cambiar el horario laboral para ofrecer jornadas compactas, que es perfectamente factible en muchas empresas. Por último, animan a las compañías a confiar en la tecnología para gestionar el tiempo de forma individualizada.