
Empresas
Los concursos de acreedores se disparan un 40% en el último año
Solo en el primer trimestre de 2025 se han incrementando un 18%. Cataluña es la región que más insolvencias ha acumulado, el 27% del total

Los procesos concursales vuelven a dispararse durante el último año. El tejido empresarial registró en marzo un aumento interanual del 40% de las insolvencias empresariales, mientras que en lo que va de año acumulan un incremento del 18% con respecto al mismo periodo de 2024. Así lo ha constatado el último informe de Iberinform, en base a los datos concursales publicados por el BOE, que constata que el comercio es el sector más afectado, con el 25% del total de concursos del primer trimestre, seguido de construcción e inmobiliario (18%), industria manufacturera (13%), servicios a empresa (12%) y hostelería (11%).
Los mayores incrementos en sectores de actividad se han dado en industria extractiva y alojamiento (100%), industria textil (88%), sanidad (81%), comercio al por menor (46%) y comercio de electrónica y TIC (40%); mientras que se han registrado los mayores descensos en los subsectores de metalurgia (-60%) y de industria de electrónica y TIC (-40%).
La concursalidad empresarial se concentra en mayor medida en Cataluña (27% del total), seguida de Madrid (22%), la Comunidad Valenciana (12%) y Andalucía (10%). Los mayores crecimientos en el conjunto de 2025 se han registrado en Extremadura (213%), Murcia (56%), Baleares (54%), Andalucía (38%) y Castilla La Mancha y Asturias (35%). La concursalidad registra las mayores mejorías en Ceuta (-50%), Castilla y León (-41%) y Aragón (-9,4%).
En cuanto al tamaño de las empresas que han incurrido en procedimientos concursales, la mediana empresa ha alcanzado un aumento del 59% durante el primer trimestre. Por antigüedad, las tasas más elevadas de crecimiento se sitúan entre las empresas de 6 a 10 años (30%) y las empresas de más de 25 años (26%).
El informe señala que esta concursalidad empresarial "tiene efectos perturbadores" sobre el tejido productivo. "Cuando una empresa entra en concurso, desencadena una serie de consecuencias como la pérdida de empleos, la interrupción de cadenas de suministro y la disminución de la confianza de los inversores". Además, como proveedores o clientes de otras compañías, las empresas afectadas "pueden llegar a generar un efecto dominó sobre el riesgo de crédito, la liquidez y la solvencia empresarial".
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