El consuelo del pobre: vivir como un súper rico es cada vez más caro

Vivir como un multimillonario es difícil. De hecho, es cada vez más caro. Al consuelo de ese 99% de la población que no vive en la opulencia más absoluta le ha puesto cifras la revista Forbes, que ha concluido que los precios de los productos de máximo lujo han subido un 4,9%, por encima, por ejemplo, del IPC general de Estados Unidos, que fue del 3,2%.

Desde hace más de cuarenta años, Forbes mide la cesta de bienes y servicios de ultra lujo para calcular el Índice anual del Coste de Vida Extremadamente Bien –Cost of Living Extremely Well Index– (CLEWI, por sus siglas en inglés), un fiel barómetro del precio del estilo de vida de un multimillonario.

En el año 2023 recién concluido, el CLEWI subió un 4,9%, algo menos que la media anual del 5,1% de las últimas cuatro décadas pero por encima de la mayoría de los índices de inflación de todo el mundo. Eso sí, hay un matiz no muy apto para envidiosos: el CLEWI subió un 7% en 2022 y un 10,1% en 2021. 2023, por tanto, no ha sido tan malo para los multimillonarios.

Forbes pone algunos ejemplos concretos de las “penalidades” de los ricos. Una cena de tres platos para cuarenta personas servida por Ridgewells of Maryland se ha incrementado un 9% en el último año por culpa del aumento de las materias primas y la mano de obra.

Suben los yates, los pianos, el Rolls Royce y el psiquiatra

Los pianos son ahora un 9,5% más caros, los yates a motor un 21%, las escopetas deportivas un 7,4% y los zapatos de alto standing se han encarecido un 10 por ciento.

También es más empinada la lista de la compra para las camisas de vestir (7,1%), la hora en la sauna (+12,9%) o la pista de tenis (9,1%)... o el psiquiatra, que ha subido un 5,3% la consulta.

Tampoco llegan buenas noticias para los aficionados a los coches de lujo: el Rolls Royce Phantom 2021 con distancia entre ejes extendida ha subido un 7%, hasta dejar su precio en 583.000 dólares.

El caviar y los purasangre se mantienen

Entre los bienes que menos han subido están las entradas a la Ópera de Nueva York (+2,1%), los caballos purasangre (1,2%), los bolsos de Chanel (2%) o el caviar (el kilo de Petrossian Special Reserve Ossetra, California y Nueva York, solo ha subido un 1%).

Respecto a lo que no ha subido, la tarifa por hora de un socio de un bufete de abogados de Nueva York para hablar de planificación patrimonial, que se ha mantenido estable en 1.250 dólares.

Y una última explicación a por qué los ricos nunca lloran, al menos en cuestión de dinero: durante las cuatro décadas que Forbes ha elaborado el CLEWI, el precio de la vida de ultralujo ha superado a la inflación, pero ha crecido mucho más despacio que la fortuna de los 400 miembros de Forbes.