Agricultura

Las contradicciones de Planas

El Gobierno decide bajar los módulos tras anunciar una gran subida de la renta agraria

Luis Planas, durante una sesión de control al gobierno en el Congreso de los Diputados.
Luis Planas, durante una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados Alberto R. RoldánLa Razón

Por un lado, las cifras presentadas por el Ministerio de Agricultura señalan que la renta agraria por ocupado tuvo el año pasado una subida espectacular superior al 18%. Sin embargo, por otro, pocas horas después se aprobaba lo que se ha calificado por el equipo de Luis Planas de histórico paquete de medidas fiscales, en el que se incluye una reducción de los módulos para diferentes cultivos y ciertas zonas. Estas últimas medidas se han justificado por los importantes problemas climatológicos, de cosechas y de precios que tuvieron algunos sectores. Llegados a este punto, surge una gran duda: ¿cómo es posible que en un mismo año coincidan una subida importante de la renta agraria y, por lo tanto, de los ingresos de los agricultores y ganaderos, y al mismo tiempo una bajada de impuestos justificada por los importantes daños provocados por inclemencias meteorológicas y por la evolución de los mercados?

En el BOE del pasado día 19 se publicó la Orden Ministerial con la reducción de los módulos de cara a la declaración del IRPF a realizar este año correspondiente a 2023. Con carácter general, se aprueban recortes en los índices de rendimiento neto para los cereales, leguminosas, olivar, uva para vino, castaña, ganadería extensiva y apicultura. También se incluyen otras reducciones a nivel autonómico, provincial o municipal en distintas producciones, entre las que destacan las aprobadas para los frutales no cítricos. Desde el Ministerio de Agricultura consideran que las bajadas contempladas en esa disposición suponen una rebaja de la base imponible del orden de los 1.750 millones de euros.

Críticas

Como suele ocurrir tras la publicación de esta orden han abundado las críticas. La primera, de carácter general, se refiere a que llega tarde porque hace ya tres semanas que comenzó el periodo para presentar la declaración del IRPF. El segundo grupo de críticas recoge las numerosas quejas planteadas por las organizaciones agrarias por considerar las rebajas insuficientes para algunas actividades o bien porque no se han contemplado beneficios fiscales para otras. Así, desde COAG Andalucía reclaman la inclusión de la leche de cabra en la reducción de módulos, mientras que ASAJA de Jaén cree que el módulo del olivar debería haberse fijado en cero. Desde la Comunidad Valenciana denuncian las diferencias entre municipios colindantes en las reducciones para los cítricos.

Pocos días antes de este anuncio de la rebaja de módulos, el equipo de Luis Planas publicó la segunda previsión de la renta agraria de 2023, que experimentó un incremento por ocupado del 18,3% respecto a 2022. Mientras tanto, la renta global subió casi el 13%, hasta los 32.400 millones; y el número de activos en el campo bajó el 4,6%, hasta los 811.000 ocupados. El aumento de la renta agraria total se debió a la mejora de los precios de los productos, ya que el volumen producido disminuyó. De acuerdo con los datos de Agricultura, preparados desde la subdirección general de Estadística, al frente de la que se encuentra Andrés Escudero, que depende a su vez del subsecretario, Ernesto Abati García-Manso, en 2023 subieron los precios de todos los productos ganaderos mientras que, en el caso de las producciones vegetales, se redujeron los precios de los cereales y de las llamadas plantas industriales. En lo que respecta a los costes de producción, bajaron la energía, los fertilizantes y los piensos y subieron el resto de los insumos utilizados por los agricultores y ganaderos en su actividad.

Todo lo anterior sucede en vísperas de que el último Pleno del Parlamento Europeo de esta legislatura apruebe las normas para flexibilizar la PAC propuestas por la Comisión Europea y que ya han recibido el visto bueno del Consejo de Ministros de Agricultura. Estos cambios, que se aplicarían con carácter retroactivo a este año, suponen modificaciones en las exigencias de carácter medioambiental puestas en marcha en su día, que fueron uno de los motivos fundamentales de la última oleada de protestas de los agricultores y ganaderos. Los citados cambios fueron aprobados la semana pasada por la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo y se espera que sean ratificados en los próximos días. En caso de que no reciban el visto bueno, se produciría un importante problema porque habría que esperar varios meses hasta que se forme el nuevo Parlamento Europeo.