Empresas

Los costes de las pymes crecen el doble que sus ventas

Con la factura energética disparada un 100%, las pequeñas y medianas empresas gastan un 25% más cuando las ventas sólo crecen un 14%. «Estamos congelados», denuncia Cepyme

Una tienda de recuerdos en Madrid
Una tienda de recuerdos en MadridAlberto R. RoldánLa Razón

Las pymes no aguantan más. Llevan siete trimestres consecutivos, desde mediados de 2021 hasta el último trimestre del pasado año, en los que los costes crecen al 25% y las ventas apenas a la mitad, un efecto aún más demoledor si se descuentas los efectos de la inflación. «Entonces las ventas se quedan congeladas», indican fuentes de Cepyme a este diario. A falta de oficializar los datos de cierre del pasado año, el indicador que elabora la patronal del sector correspondiente al tercer trimestre de 2022 mostraba que los costes totales de las pequeñas y medianas empresas habían acelerado su ritmo de crecimiento hasta un 23,3% más en tasa interanual, mientras que la facturación de las empresas se incrementaba un 14,3%.

Este incremento más rápido en los costes que las ventas provoca una reducción de los márgenes de las empresas que redunda, finalmente, en una «menor liquidez y pérdida de competitividad», advierte Cepyme. Descontando el efecto de la inflación, el indicador mostraba un descenso del 1,2% interanual en los volúmenes vendidos por las pymes, lo que rompía la tendencia de recuperación de las ventas que se había iniciado en el segundo trimestre de 2021.

Entre los costes que más están lastrando a las pymes se encuentra el energético, que sigue disparado, con un incremento del 100% (99,8% en el tercer trimestre). Pero además están los costes de los bienes intermedios, que aumentaron un 20,2% en el tercer trimestre, encadenando cuatro trimestres con un ritmo de incremento en torno al 20% interanual, o el precio de los servicios y los costes laborales, disparados también como consecuencia del incremento del Salario Mínimo Interprofesional y el alza de las bases de cotización a la Seguridad Social.

A este respecto, el SMI de 1.000 euros vigente el pasado año equivalía al 65% del salario medio de las empresas pequeñas, al 52,6% de la remuneración de las firmas medianas y al 47,3% del de las grandes compañías.

Hoy, el SMI está ya en 1.080 euros y los datos de los costes laborales no dejan de crecer. El coste por hora trabajada aumentó un 3,6% interanual en el último trimestre de 2022. Según el índice de coste laboral armonizado (ICLA) publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el indicador no subía tanto desde el segundo trimestre de 2020 y suma cinco trimestres al alza. Si se eliminan los efectos estacionales y de calendario, la variación anual del coste por hora fue del 3,3%.

La subida fue mayor para el coste salarial (3,7%) que para el resto de costes (2,2%). Los mayores incrementos anuales del coste por hora trabajada se registraron en la hostelería (7,5%), la administración pública (5,8%) y el sector del suministro de energía (5,5 %). Los menores incrementos se dieron en las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento (0,1%) y en las actividades financieras y de seguros (0,2%), en tanto que el sector de la información y las comunicaciones fue el único que registró un descenso del coste por hora trabajada (1,3%).

Con esta situación, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, advirtió ayer de que la tendencia a la presentación de concursos se mantendrá «de forma elevada». De acuerdo con los últimos datos publicados por la organización, el número de pymes concursadas subió un 23,6% interanual en el cuarto trimestre de 2022, hasta un total de 931 concursos. Pese al repunte experimentado en el último cuarto del año, el ritmo de crecimiento interanual de los concursos entre las pymes se moderó respecto al tercer trimestre de 2022, cuando este indicador se disparó un 87,6%.

A todo esto hay que añadir el mayor endeudamiento, incluso «sobreendeudamiento», así como un empeoramiento de la carga financiera, que supera el 125%. En el origen de esto están los créditos ICO, que «han funcionado» pero han derivado en un mayor endeudamiento de las empresas.