Vivienda
Cuatro de cada diez jóvenes sienten ansiedad al no poder acceder a la vivienda
Más de la mitad de los españoles coincide en que una educación financiera de mejor calidad podría ser la solución
Ayer miles de personas acudieron a la manifestación por la situación de la vivienda en nuestro país. Convocada en Madrid por el Sindicato de Inquilinas (que además ha exigido la dimisión de la ministra de vivienda, Isabel Rodríguez), la protesta reunió a algo más de 12.000 personas, según la Delegación del Gobierno, aunque según los convocantes fueron más de 150.000.
Bajo el lema “Bajemos los alquileres”, la marcha quiso poner el foco en la realidad de muchos jóvenes españoles, que no pueden permitirse tener una vivienda propia hasta bien entrada la madurez, una situación que también deteriora su salud mental, ya que el 40% de los menores de 39 años afirma que se siente preocupado, ansioso o deprimido por la imposibilidad de acceder a la vivienda, según se desprende de los datos del informe “El Peso de la Deuda: Implicaciones del endeudamiento en los hogares españoles”, elaborado por BRAVO.
Entre otras inquietudes, el 33% de los encuestados por la compañía también dice sentirse preocupado por la posibilidad de caer en una situación de impago o sobreendeudamiento por tener que financiar la compra de su vivienda. En este sentido, dos de cada tres españoles reconocen haber sufrido algún episodio de ansiedad, estrés, preocupación o insomnio a la hora de pedir un crédito, aunque no sea para invertirlo en el mercado inmobiliario. De hecho, el 74% de los ciudadanos admite haber utilizado algún producto financiero de deuda personal, siendo las tarjetas de crédito el recurso más utilizado (65%).
La precaria situación económica y social que atraviesa nuestro país impulsa a las personas a recurrir cada vez de forma más frecuente a fuentes de financiación como “forma de ahorro o de contención del gasto”, ya que muchos terminan por asumir gastos que no pueden cubrir con sus ingresos. Tanto es así que tres de cada 10 españoles acaban recurriendo a créditos personales por imposibilidad de pagar solo con sus ingresos, mientras que otro 30% afirma que pagar a plazos le hace sentir que gasta menos, lo que provoca una sensación de “falsa seguridad”.
Ante esta situación, un 60% de la ciudadanía coincide en que una mejor educación financiera podría ser la solución, ya que podría ayudar a reducir sus problemas relacionados con las finanzas y los créditos personales, lo que por ende reduciría sus problemas de salud mental, como el estrés, ansiedad, preocupación o insomnio. Asimismo, dos tercios de los encuestados cree que ahorrar o controlar el gasto les ayuda a gestionar su bienestar mental, aunque ocho de cada 10 reconoce que su situación financiera influye directamente en su motivación por realizar actividades, supongan o no un gasto económico.
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