Finanzas
Deutsche Bank dispara las alarmas pero se resiste a pedir el rescate
El consejero delegado de la entidad niega que solicitase un rescate del Gobierno alemán.
«Me daría vergüenza si tuviéramos que aceptar la ayuda del Gobierno», señaló el entonces presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, en 2008. Eran otros tiempos, cuando sus acciones costaban diez veces más. Ahora, y con los títulos en mínimos históricos, los mercados no paran de especular sobre un posible plan de rescate para el mayor banco de Alemania y, lo peor, las puertas de la cancillería no sólo están cerradas, sino que desde el Gobierno se insiste en que no habrá ayudas públicas. A un año de las elecciones generales, la canciller Angela Merkel parece tener claro no querer inmiscuirse en un tema que a día de hoy nadie sabe qué dimensión podría tomar y que hace temblar a las bolsas europeas. Por si quedasen dudas, un portavoz del Ministerio de Finanzas dejó ayer claro que Berlín «no prepara plan de salvación alguno». Un mensaje con el que el Ejecutivo trató de salir al paso de las informaciones emitidas por el periódico «Die Zeit», que apuntan a que en caso de «emergencia extrema», el Estado podría hacerse con una participación de hasta el 25% del Deutsche Bank, lo que supondría un desembolso de unos 3.800 millones de euros. «La noticia está equivocada», dijo el Ministerio de Finanzas en un comunicado. También, el presidente del Deutsche Bank, John Cryan, descartó en una entrevista la posibilidad de recibir ayudas. «La situación es mejor de cómo se percibe desde fuera», aseguró ayer. Para la prensa alemana el futuro del Deutsche Bank se tiñe de oscuro por mucho que el martes consiguiera algo de oxígeno tras alcanzar un acuerdo para vender su negocio británico de seguros, Abbey Life, por 1.085 millones de euros a Phoenix Life Holdings.
Una nimiedad para un gigante que, aunque cumple con los requisitos reglamentarios, lastra una débil capitalización, y lo que es peor, está perdiendo a pasos agigantados ante sus numerosas demandas pendientes y la incertidumbre que proyectan la multa de 14.000 millones de dólares impuesta por Estados Unidos. Commerzbank o NordLB son otras dos entidades que están en el punto de mira de los inversores por no haber hecho los deberes que se dictaron una vez explotó la burbuja financiera. Algunas entidades germanas redujeron entonces sus presupuestos aunque, con el diagnóstico en la mano, parece que no lo suficiente. Motivo de más para que tome fuerza una posible fusión entre Commerzbank y Deutsche Bank.
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