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Dimiten el presidente de Renfe y la secretaria de Estado de Transportes por el escándalo de los trenes de Cantabria y Asturias

Isaías Táboas e Isabel Pardo de Vera dejan el cargo después de que el presidente de Cantabria exigiera más responsabilidades tras el cese de dos mandos intermedios

El error con las medidas de los trenes de ancho métrico de Cantabria y Asturias se ha cobrado dos piezas mayores. La secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera; y el presidente de Renfe, Isaías Táboas, han dimitido de sus respectivos cargos, según ha confirmado hoy lunes la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), Raquel Sánchez. Ambos serán reemplazadas en sus respectivos cargos por David Lucas y Raül Blanco, que fue destituido como secretario general de Industria tras fracasar en el despliegue del Perte del vehículo eléctrico.

Las renuncias de ambos cargos llegan después de que tanto Renfe como el gestor de infraestructuras, Adif, hubieran relevado de sus cargos a dos mandos intermedios, medida que no satisfizo a las comunidades afectadas, especialmente al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que había exigido a la titular del Mitma, Raquel Sánchez, que depurase responsabilidades a más alto nivel.

Cercanías gratuitos

Las renuncias se producen justamente horas antes de que Sánchez vaya a mantener una reunión con el propio Revilla y el presidente de Asturias, Adrián Barbón, para informarles sobre el estado en que se encuentra el proyecto. En el encuentro, Sánchez ha reiterado que los trenes se empezarán a entregar a partir de 2026, para que entren en servicio en el primer semestre. Según ha explicado la ministra de Transportes, la idea del Gobierno es que en verano esté ya listo el diseño de los nuevos trenes con el llamado método comparativo, para que "a finales de este mismo año o a más tardar a principios de 2024" CAF pueda empezar a fabricarlos.

Sánchez, tras volver a admitir que ha habido un error del que ha asegurado que se ha enterado de forma reciente y que se ha tardado «demasiado tiempo en resolver», dos años; ha anunciado una batería de medidas, plasmadas en un protocolo firmado con los presidentes cántabro y asturiano, enfocadas a paliar en parte el retraso en las entregas de los trenes. Para empezar, el Ministerio de Transportes se ha comprometido a renovar los trenes que ahora mismo tiene la red de ancho métrico cántabra y asturiana para dotarles de mejor accesibilidad y mayor fiabilidad. Además, Sánchez ha anunciado que los servicios de Feve y Cercanías serán gratuitos en ambas comunidades hasta que los nuevos trenes sean entregados, para lo que se transferirán recursos de los Presupuestos; y que se ampliará la contratación, de tal modo que se renovarán 38 trenes en total frente a los 31 inicialmente previstos. El acuerdo también hace referencia a la integración tarifaria de los núcleos de Cercanías en los núcleos de Asturias y Cantabria. De este modo, ambas redes pasarán a formar una única red de servicios en cada uno de los núcleos mencionados, de manera que los viajeros puedan utilizar el mismo título de transporte para viajar indistintamente en las líneas de ancho convencional y ancho métrico. Para vigilar que todos los compromisos se cumplen, se creará la figura de un comisionado encargado de vigilar que así sea.

El origen del problema que le ha costado los puestos a Táboas y Pardo de Vera se remonta a comienzos de 2021. Tras la firma por parte de la operadora pública en diciembre de 2020 del contrato de compra de 31 trenes de ancho métrico y 6 alpinos por 258 millones de euros a CAF que incluía el mantenimiento parcial de la flota durante 15 años, en enero de 2021 se detectó el error de las medidas por parte del fabricante vasco, que lo trasladó de forma inmediata a Renfe. La línea FEVE por la que circulan estos trenes, con túneles más pequeños de lo habitual, impediría que pudieran entrar si se fabricaban de acuerdo a las medidas trasladadas por Renfe a CAF. El fallo fue confirmado por la AESF dos meses después, en marzo. Tras detectarse el problema, las partes implicadas en el proceso, Renfe, CAF y Adif; pasaron a estudiar diferentes soluciones y al final se ha optado por el denominado «método comparativo».

Orden ministerial

Aunque algunas informaciones han apuntado a que este método se eligió ya a finales de 2021, desde Renfe aseguran que «la decisión definitiva del método comparativo se adoptó en enero de 2023». Desde la operadora han sostenido que, al no reconocer la normativa española este método pero sí la europea, no se podía aplicar sin la orden ministerial recién aprobada para ello porque "había un vacío normativo y de cobertura jurídica sobre la aplicación del método comparativo".

La visión de Renfe parece, sin embargo, contraria a la ahora defendida tanto por el Mitma y como por el gestor de las infraestructuras ferroviarias, Adif. El ministerio, al informar de la aprobación de la orden ministerial que reclamaba Renfe, advirtió el pasado sábado de que el método comparativo está recogido en la norma europea y es "compatible con la vigente normativa de gálibos", si bien "ha resuelto incluir de manera explícita la referencia a dicha norma europea". La norma española, recalcaba el Mitma, ya recoge que “el perfil constructivo del vehículo se determinará de modo que se garantice la no interferencia con los obstáculos y en ningún caso podrá apurar el perfil constructivo máximo del gálibo calculado de acuerdo con la metodología definida”. Y añadía que aunque "no se considera imprescindible, el ministerio ha optado por adelantar esta referencia de forma explícita para concretar y detallar la aplicación del método comparativo".

Adif, por su parte, ya aplicó el método comparativo a otro contrato en abril de 2022 sin esperar a la orden ministerial. Para utilizarlo, la compañía, antes de que se presentasen ofertas, adjuntó una nota aclaratoria a un contrato de tres locomotoras licitado dos meses antes para dar esta posibilidad a las empresas licitadoras. El uso de ese método no ha supuesto ningún retraso en ese contrato, cuyos trabajos comenzaron el 28 de noviembre, y Stadler, la empresa que ganó el concurso, va a solicitar un tren de la serie 2700 para usarlo como base para la construcción de las tres nuevas locomotoras.

Para dirimir estas aparentes discrepancias de criterio entre Adif y Renfe y todo lo que ha sucedido con el encargo de los trenes de ancho métrico, el Mitma ha puesto en marcha una auditoría con la que pretende depurar responsabilidades. En todo caso, desde el ministerio que dirige Raquel Sánchez insisten en que «desde el principio se ha reconocido que las partes implicadas en la solución no actuaron con la debida diligencia».

Una vez que la orden ministerial ya está lista, se podrá comenzar con el diseño de los trenes. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, quiere que el modelo esté preparado antes de verano para empezar cuanto antes su fabricación. Su departamento ha anunciado que su intención es que los primeros trenes estén en circulación en el año 2026, dos años después de lo inicialmente previsto por Renfe.