45 líneas
El disparate económico del procés
Pese a tener más de un millón de habitantes que Madrid, la otrora región vanguardia del Estado ha sido superada por la región que preside Ayuso
Empobrecimiento, decadencia, deterioro, endeudamiento, mala gestión y corrupción. Son algunas de las palabras que se nos vienen a la cabeza a la hora de encuadrar la economía de Cataluña durante los años del procés. Desde que en 2012 comenzara la deriva independentista, la comunidad está en retroceso, ha dejado de ser el motor económico de España, acumula inseguridad jurídica, falta de libertad para emprender, burocratización, déficits presupuestarios sucesivos, una asfixiante presión y expolio fiscal (hasta 15 impuestos propios, tres veces más que otras autonomías), una deuda disparada (más 85.000, el 33% de su PIB), y peor calidad de vida. Pese a tener más de un millón de habitantes que Madrid, la otrora región vanguardia del Estado ha sido superada por la región que preside Ayuso, que concentra más de la inversión extranjera y asume el papel de liderazgo de la economía con 6.000 euros euros per cápita por encima de Cataluña.
Las políticas hostiles hacia los empresarios, practicadas por una izquierda extrema que condicionó a los gobiernos ( ERC, Comunes, CUP) no han favorecido la vuelta de las más de 8.000 sociedades que huyeron con el procés. La nefasta gestión de los recursos públicos ha terminado afectando a una población fracturada, hastiada de una clase política elefantiásica, incapaz de resolver problemas, apenas preocupada por su bienestar, que se reparte comisiones y observatorios en los que 400 altos cargos cobran más que el presidente del Gobierno.
El resultado del pasado domingo no alimenta el optimismo. La alternativa socialista promete en economía lo mismo. Salvo que Illa se nos revele como un gestor. Que no parece
✕
Accede a tu cuenta para comentar