¿Dónde está el dinero de los fondos europeos?

Digo yo (creo que es opinión muy compartida) que ya va siendo hora de que el Gobierno nos cuente, primero, la cantidad total de dinero que ha llegado a España de forma efectiva en el marco de los fondos del Plan de Recuperación, aprobado y puesto en marcha por la Unión Europea (UE) hace ya unos cuantos años.

Después de saber la «pasta» que ha llegado, de la anunciada inicialmente a bombo y platillo por parte de Pedro Sánchez, llega el momento de preguntar por el reparto y la distribución de ese dinero entre el sector público y el privado, así como la distribución por comunidades autónomas.

A continuación, puestos ya a pedir, podrían indicarnos desde La Moncloa, el Ministerio de Economía o el de Hacienda, qué sectores de nuestra economía se han visto beneficiados.

Y así llegaríamos al último eslabón de la cadena, el destinatario final, bien sea una empresa o un autónomo en el sector privado o una institución u organismo en el caso del público. Y ya preciso un poco más, porque me gustaría saber las empresas públicas que se han visto beneficiadas por este «maná europeo» y en cuánto.

Y es que yo no noto que los citados fondos estén llegando a la economía productiva o a pie de calle, de empresa o de autónomo. Y eso que ya ha pasado tiempo.

Recuerdo que los tres objetivos básicos de ese fondo de recuperación eran, expresados de forma muy popular, la mejora de la cadena de abastecimiento sanitaria, para que no nos encontremos otra vez sin mascarillas o sin respiradores, por poner tan solo unos ejemplos de lo que sucedió en marzo y en los meses siguientes de 2020; en segundo lugar, lo que podríamos llamar la digitalización de la economía mediante la incorporación de las nuevas tecnologías; finalmente, todo el componente medioambiental, verde y de lucha contra el cambio climático.

Expresado así, prácticamente la mayor parte de las empresas y de los autónomos deberían poder acogerse a esos planes o Pertes, que dicen se han puesto en marcha. Sin embargo, insisto, sigo sin notarlo a pie de calle y de actividad empresarial. Por eso no queda más remedio que reiterar la pregunta del inicio: ¿dónde está el dinero y, ya puestos, ¿dónde se encuentran las llaves de ese dinero?