Macroeconomía

Alerta entre los autónomos: sus insolvencias se disparan un 111% en un año

Los economistas advierten de que los concursos de acreedores habrán crecido un 54% en 2024 respecto a niveles precovid

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Cartel liquidación por cierre en un pequeño comercio tradicionallarazonCOCAHI

Alerta roja entre los autónomos y las micropymes por la escalada del número de concursos de acreedores, que han crecido exponencialmente desde 2019. Con datos del tercer trimestre, las insolvencias entre los trabajadores por cuenta propia se han disparado un 111% en el último año, aunque la comparativa con datos de cinco años atrás -a tiempos precovid- asustan aún más, ya que el incremento de los concursos supera el 328%. Así lo determina el Atlas Concursal 2023 presentado hoy por el Consejo General de Economistas (CGE), que avisa de que el colectivo de autónomos es el que experimenta un mayor crecimiento, alcanzado ya el 44% de todos los concursos celebrado en España en 2022.

Por el mismo camino transitan las micropymes -las empresas de menos de 10 trabajadores-, que ocupan el segundo lugar y representan ya el 36% del total, "lo que da muestras de la debilidad del tejido productivo en situación de tensionamiento", apuntó Miguel Romero, presidente del Refor -órgano especializado en materia de insolvencias del CGE-, con especial incidencia en los sectores del comercio, servicios profesionales y construcción, "que acumulan el mayor número de concursos", por ser precisamente los más vinculados a autónomos y micropymes.

Teniendo en cuenta de forma conjunta a autónomos, micropymes y pequeñas empresas, los concursos despegaron entre 2021 y 2022 un 33%, al pasar de 5.984 en 2021 a 7.986 en 2022. Una situación similar a la de los concursos de personas físicas, que aumentaron un 2% en 2022 hasta alcanzar 6.777 procedimientos, desde los 5.429 de 2021, y suponen ya el 42% del total, triplicando los procedimientos desde 2019. Este despegue ha supuesto un "gran cambio" pues en España "el número de concursos de personas físicas era, tradicionalmente, muy reducido en comparación con otros países", ha explicado Javier Santacruz, profesor de Economía, que justifica esta subida exponencial en que que "las personas físicas han sido las más vulnerables a la crisis económica derivada de la pandemia, las tensiones inflacionistas y subidas de tipos de interés, así como a que la nueva normativa ha permitido una mayor exención del crédito público en segunda oportunidad y que la reforma concursal de 2022 la impulsa", ha abundado Romero.

Frente a este incremento, los concursos de sociedades se redujeron un 3,2% en el último trimestre, aunque en términos prepandémicos el incremento fue de un 8,68%. Con estos datos, los economistas prevén que los concursos habrán crecido un 20% este año respecto a 2019, un porcentaje que se disparará hasta el 54% en 2024.

El Atlas determina que el comercio es el sector más afectado por el incremento de los concursos, con 1.197 procedimientos, seguido de servicios profesionales (859); construcción (837); industria y energía (676), y hostelería (588). En el caso del comercio, Romero ha apuntado que "al ser el tejido comercial español muy minorista, sus márgenes son muy reducidos, agravados por la subida de los costes por la concatenación de crisis de los últimos años, lo que ha dejado su margen en el 2% o el 3% máximo, lo que provoca que muchas no puedan aguantar y deciden activar el concurso".

En el caso de la construcción, el aumento se ha debido "al agotamiento de la obra nueva, con un desplazamiento muy claro de la obra nueva a la segunda mano y a la rehabilitación de vivienda". Por tanto, al haber una menor necesidad de empresas activas y, además, haber sufrido especialmente el encarecimiento de la financiación -al ser un sector al que se le exigen mayores garantías- y soportar un incremento de los costes, "ha forzado a muchas de ellas a entrar en concurso", abundó Romero.

Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía han vuelto a ser la comunidades que encabezan el ránking de insolvencias, tras concentrar cerca del 74% del total (6.844 concursos en 2022). Cataluña es la comunidad en la que más concursos se produjeron en relación con el número de empresas (un 0,47%). Las regiones con menor porcentajes de concursos en relación con su número de empresas son La Rioja, con un 0,10%; Extremadura, con un 0,07%; y Ceuta y Melilla, con un 0,05%.

El informe alerta también del elevado número de concursos sin masa -en situación de insolvencia, sin bienes y con deudas que hacen inviable su continuidad-, lo que antes se conocía como "concursos exprés", que suponen en lo que va de año el 81,5% del total, un "dato muy preocupante, ya que al no tener masa estas sociedades están condenadas a la liquidación", advirtió el vicepresidente de Refor, Alejandro Latorre. Pese a ello, España es el segundo país de Europa con menor ratio concursal, ya que sólo 15 de cada 10.000 empresas presentan concurso de acreedores, muy por debajo de la media europea, donde la cifra es de unas 60 de media. Esta diferencia la achaca Latorre a la "abultada economía sumergida que aún persiste", así como al "estigma que todavía se aplica a las empresas que piden el concurso".

Aunque, los economistas valoran los efectos de la moratoria concursal vigente hasta el 30 de junio de 2022, que sirvió para contener el incremento concursal previsto por los efectos de la pandemia, también avisan de que, concluida la moratoria, el número de procedimientos se ha disparado un 30%, y "cabe esperar que siga aumentando por el contexto de desaceleración económica, los elevados tipos de interés, la inflación o el inicio de la devolución de los créditos Covid-19", matizó el secretario técnico del Refor, Alberto Velasco.

Asimismo, el presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, ha advertido que, “de no modificarse la actual redacción de la disposición transitoria primera del Real Decreto que desarrolla la Administración Concursal –por la que solo unos pocos grandes despachos quedarían eximidos de realizar el examen de acceso a la actividad profesional–, podría darse la paradoja de que en los próximos años no se disponga de suficientes profesionales para atender debidamente el número de concursos y reestructuraciones empresariales que se avecinan”.