China

El BCE alerta del impacto «adverso» de la crisis de China en la recuperación

Una mujer pasa por delante del Banco Popular de China en Pekín
Una mujer pasa por delante del Banco Popular de China en Pekínlarazon

El banco central del país efectúa la tercera y última devaluación del yuan y las compras vuelven a los mercados

El Banco de China dio ayer por concluido el ajuste de su moneda tras devaluar por tercer día consecutivo el tipo de cambio del yuan respecto al dólar. La depreciación de un 1,1% se sumó a la de las dos jornadas anteriores, de un 1,86% y un 1,62% respectivamente, y dejó el cambio en 6,401 yuanes por dólar. O, lo que es lo mismo, 0,156 «billetes verdes» por cada unidad de la divisa china.

La devaluación de la divisa, que se enmarca dentro de la reforma del sistema cambiario adoptada por el país, hizo temblar el pasado miércoles a los mercados internacionales y buena parte de ellos cerró la jornada con pérdidas de hasta un 3%. Esta situación, junto a los rumores de que el país podía continuar devaluando su moneda hasta un 10% para evitar la desaceleración de la economía, hizo que la institución financiera anunciara el final del ajuste. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ya percibió a mediados de julio que el problema chino amenazaba con agravarse.

Zhang Xiaohui, ayudante del gobernador del Banco Popular de China (BPOC), declaró a la agencia estatal Xinhua que la reducción de la «brecha» entre el tipo de cambio de referencia fijado por las autoridades y su cotización real en el mercado está «básicamente completada». Según el BPOC, el ajuste se produjo para mejorar su sistema de paridad central, o tipo de cambio fijo, ya que el anterior permitía que en el mercado se produjeran fluctuaciones en el valor del yuan a la alza o a la baja de hasta un máximo del 2%.

Según el organismo, la tasa de referencia adoptada ahora tiene más en cuenta las fuerzas del mercado, tales como la variación de los valores de otras divisas internacionales, su precio al cierre de las sesiones y la oferta y la demanda del propio mercado. Precisamente, el BPOC justificó la reforma alegando que, debido a que la paridad central del yuan se había «desviado» en los últimos meses de las expectativas del mercado, la sobrevaloración de su divisa estaba perjudicando a la economía del país.

Zhang aseguró que el yuan se mantendría «fuerte» a largo plazo, tras haber alcanzado el equilibrio que perseguían, y desechó una depreciación sustancial y continuada. Sin embargo, diversos analistas apuntaron a la devaluación de la moneda como una estrategia del Gobierno chino para hacer más competitivas unas exportaciones que, según los últimos datos, registraron una caída del 8,3% interanual hasta julio.

La desaceleración de la economía china tuvo un papel relevante en el último consejo de Gobierno del BCE. De hecho, las actas de la última reunión (15 y 16 de julio) revelan que el organismo cree que la situación del gigante asiático «podría tener un impacto adverso mayor de lo esperado» en la economía de la zona euro por su importancia en el comercio global. Este factor se agravaría si finalmente EE UU sube los tipos de interés en el corto plazo.

Muchos analistas coincidieron ayer en apuntar que la devaluación podía provocar una bajada de los precios de las exportaciones de China, algo que podría empujar a que los países exportadores de la zona, como Japón, India o Taiwán, comenzaran a devaluar sus monedas para poder competir con el gigante asiático. Sin embargo, según la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s, la medida adoptada por las autoridades chinas «permite una mayor flexibilidad del tipo de cambio, tiene sentido económico y no supone el comienzo de una guerra de divisas o un intento de poner en marcha el crecimiento».

El Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Comisión Europea (CE) también acogieron con agrado la nueva medida adoptada por la que es la segunda economía del planeta, y el FMI calificó la reforma del sistema cambiario como un «buen paso que permite que las fuerzas del mercado tengan un papel más importante en la determinación de la tasa de cambio».

La reforma del sistema de cambio ha supuesto una medida más dentro de todas las reformas económicas que Pekín lleva haciendo en los últimos meses ante los vaivenes que ha sufrido su economía. Esta última ha provocado que el valor de la moneda se sitúe alrededor de un 4,7% por debajo del que tenía el lunes, pero tras la incertidumbre de los dos primeros días, ayer sentó bien en los mercados.

Las Bolsas de la región registraron ganancias: Shanghái subió un 1,76%, Tokio un 0,99%, Hong Kong un 0,6% y Sídney un 0,11%. En Europa, los mercados subieron una media del 1%.

Daños colaterales de la decisión de China

- Impacto en Europa

La desaceleración de la economía china ya produjo preocupación entre los consejeros del BCE a mediados de julio. Las tres devaluaciones del yuan para estimular las exportaciones tendrán efectos en el comercio europeo.

- Tipos en EE UU

La Reserva Federal (Fed) consideró ayer apropiadas las tres devaluaciones del yuan acometidas por China

y reiteró que la subida de tipos de interés en EE UU se producirá «en el futuro próximo» si se mantiene la mejoría económica.

- Volatilidad en bolsa

El mercado reaccionó con pérdidas a las dos primeras devaluaciones del yuan, pero ayer subió. El temor a una guerra de divisas ha perdido fuerza en las últimas horas, aunque los analistas creen que seguirá provocando volatilidad en los índices.