Macroeconomía

Draghi intenta relanzar la economía con un potente plan de estímulos

Cobrará más a los bancos por guardar su dinero para impulsar el crédito. Se despedirá del BCE con otra «barra libre» de liquidez y una nueva rebaja de su previsión de crecimiento

Mario Draghi termina su mandato en el BCE el próximo 31 de octubre
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Cobrará más a los bancos por guardar su dinero para impulsar el crédito. Se despedirá del BCE con otra «barra libre» de liquidez y una nueva rebaja de su previsión de crecimiento

Más interés a la banca por la liquidez y un nuevo programa de compra de deuda. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, prepara su salida de la entidad monetaria con el despliegue de un amplio paquete de estímulos monetarios que impulse el crecimiento de la eurozona. Draghi quiere despedirse de la forma que llegó a Fráncfort; con la promesa de hacer «todo lo que sea necesario», a pesar de la división de su Consejo de Gobierno, y haciendo uso de «el más difícil todavía» para librar a Europa de la amenaza de una nueva crisis.

Así, el BCE anunció ayer que modificará sus tipos de interés por primera vez desde 2016 recortando 10 puntos básicos el tipo de facilidad de depósito (el dinero que cobra a los bancos por guardar su dinero), hasta situarlo en el -0,5%, al tiempo que dejó el tipo de interés de referencia en el 0%. Para limitar el impacto en las entidades bancarias de este interés negativo, la entidad aseguró que introducirá un «sistema de dos niveles para remunerar las reservas», de forma que una parte del exceso de liquidez de los bancos estará exenta de la tasa de facilidad de depósito. Unos movimientos con los que la entidad vuelve a cambiar sus planes por cuarta vez en 2019. De esta forma, Draghi espera mantener los tipos de interés en su nivel actual «o más bajos» hasta que la institución monetaria vea que las estimaciones de inflación convergen de forma «robusta» con un nivel «suficientemente cercano, pero por debajo del 2%».

Asimismo, el banquero italiano recuperó el programa de compra de bonos que finalizó en diciembre del 2018 y anunció que la entidad comprará deuda por valor de 20.000 millones de euros mensuales desde el 1 de noviembre y durante el tiempo que sea necesario «para reforzar el impacto expansivo de sus tasas de interés». El BCE, que desde marzo de 2015 y hasta finales de 2018 compró deuda pública y privada de la zona del euro por valor de 2,6 billones de euros, dijo que terminará las compras de deuda «poco antes de que comience a subir los tipos de interés». A su vez, seguirá reinvirtiendo, al completo, los pagos principales de la deuda que venza bajo el programa de compra de activos por un periodo de tiempo «prolongado» después del inicio de la subida de tipos. Esto se traduce en que continuará engordando su balance y no lo reducirá hasta dentro de varios años.

Unos movimientos que, una vez más, no sentaron bien en la Casa Blanca. Poco después de conocerse las intenciones de Draghi, Donald Trump criticó la medida del BCE ya que, a su parecer, «perjudica las exportaciones estadounidenses», y aprovechó para cargar de nuevo contra la Reserva Federal estadounidense. «El Banco Central Europeo, actuando rápidamente, reduce las tasas en 10 puntos básicos. Intentan, y tienen éxito, en depreciar el euro frente al fuerte dólar, perjudicando las exportaciones estadounidenses. Y la Fed se sienta, y se sienta y se sienta. ¡Les pagan por pedir dinero prestado, mientras nosotros pagamos intereses!», tuiteó el presidente de Estados Unidos.

Frenazo económico

Por otro lado, el BCE revisó a la baja una décima, hasta el 1,1%, sus previsiones de crecimiento para el 2019. Draghi anunció que prevén que la inflación será este año del 1,2% (frente al 1,3% pronosticado en junio). La entidad también redujo sus pronósticos de crecimiento para el 2020, en dos décimas, hasta el 1,2% pero mantiene sus cálculos para el 2021 de un crecimiento del 1,4%. El BCE revisó a la baja también sus pronósticos de inflación para los próximos dos años y prevé una tasa del 1 % en 2020 y del 1,5% en 2021.