El bitcoin también se desploma

Sufre la mayor caída del mes: su cotización desciende un 13,2% en apenas dos días situándose por debajo de la barrera psicológica de los 10.000 dólares

El bitcoin vive en una constante remontada a medio gas. La más longeva de las criptodivisas está atravesando otra semana complicada. La cotización del bitcoin descendió ayer un 5,5%, una bajada que se une al desplome del 7,7% del día anterior, cuando se situó por debajo de los 10.000 dólares por primera vez desde el uno de agosto.

La crecida experimentada a principios de agosto parecía avalar a los «criptoentusiastas» que llegaron a hablar del bitcoin como un valor refugio a la altura del oro o del yen japonés. Al no estar sujetas a ninguna realidad comercial, estas divisas parecen ser totalmente inmunes a las sacudidas de la guerra comercial entre China y Estados Unidos. La bajada de tipos de la Fed y la depreciación del yuan chino aupó al bitcoin como respuesta a las tensiones geopolíticas. Al mismo tiempo, con las principales divisas depreciándose, el bitcoin se benefició de un repunte más que notable. Sin embargo, el desconocimiento que rodea a su vinculación con los mercados hace que sea prácticamente imposible encontrar una explicación a sus subidas y bajadas.

Apostar por estos activos se ha convertido en un acto de fe debido a su inestabilidad y falta de seguridad. Pese a que al cierre de esta edición se volvió a situar por encima de los 10.000 dólares, su valor coquetea constantemente con esta barrera psicológica. Su cotización llegó a hundirse ayer hasta los 9.573 dólares, frente a los 11.512 con los que iniciaba la semana, lo supone una caída de casi el 17%. Esta fluctuación parece apenas insignificante comparada con la enorme brecha que llegó alcanzar entre su valor más alto de 2019, 12.996 dólares, y su valor más bajo, 3.216 dólares. En esta caída, el bitcoin se llevó por delante a otras de las mayores criptomonedas, como Ethereum y Ripple's XRP. La primera de ellas sufrió un descenso del 18% respecto a su cotización de este lunes. Por su parte, Ripple's XRP cayó un 17%.

El bitcoin incomoda. Al estar fuera del sistema, su uso debilita el control sobre las políticas financieras y monetarias que tienen ahora los estados. Su funcionamiento consiste, básicamente, en una cadena de bloques o «blockchain» en el que los usuarios son los nodos y el registro de las transacciones cifradas son los bloques. Este «dinero» con el que podemos hacer todo tipo de transacciones se almacena en carteras digitales en la nube. La principal diferencia con otros métodos de pago online es la eliminación de los intermediarios: los bancos.

Pese a que su sistema de cifrado proclame ser seguro, la oposición de diversos organismos ha hecho mella sobre su reputación. Trump inició el mes pasado la ofensiva contra las criptodivisas. En Twitter, aseguraba que el bitcoin no es dinero y que su desregulación puede servir como herramienta para prácticas delicitivas como el blanqueo o el narcotráfico. A este acoso se sumó el Senado estadounidense que rechazó el proyecto «Libra» de Facebook. El G-7 no se quedó atrás y exigió a Mark Zuckerberg, fundador de la red social, una regulación estricta de su nueva criptodivisa para evitar fraudes.