Economía
El bono español se comporta de récord
Su rendimiento se sitúa en mínimos históricos debido, sobre todo, a la política expansiva del BCE y a la potente recuperación económica
El bono español a 10 años ha tenido un comportamiento histórico en estos últimos siete ejercicios. El primero de agosto de 2012 su rendimiento se situó en el 6,72%, por lo que los inversores en la deuda de nuestro país exigían un rendimiento elevado para comprar. Sin embargo, ahora se coloca en su mínimo desde que se iniciaron los registros, por debajo del 0,1%. Es decir, adquirir deuda española es más atractivo que nunca.
Este descenso se debe a dos razones fundamentales. En primer lugar, las políticas establecidas por el Banco Central Europeo (BCE) para salir de la crisis. La compra de bonos por parte de la institución, sobre todo de los países periféricos como el nuestro, hizo «subir fuerte los precios y bajar las rentabilidades de todos esos bonos. Gracias a ello, pasamos de sufrir una prima de riesgo frente a la rentabilidad del bono alemán de 638 puntos básicos (pb) (6,38%), en Julio de 2012, a apenas 200 pb (2%) solo un año más tarde. La continuación de esas compras, con la política de «Quantitative Easing» aplicada por el BCE, ha hecho que hoy, esa diferencia con Alemania, se haya reducido hasta los 75 pb (0,75%), por encima de la rentabilidad que ofrece el bono alemán a 10 años ( -0,50% actualmente)», apunta el profesor del Master en Bolsa y Mercados Financieros del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), Luis Fernando Utrera.
En segundo lugar, cabe señalar que la recuperación económica experimentada por nuestro país, creciendo por encima de la media europea. Ese hecho, junto a la reducción del déficit público hasta cumplir con los objetivos marcados por la Unión Europea ha saneado nuestras cuentas hasta lograr la confianza de los inversores más conservadores, los que tienen más aversión al riesgo. El único reto pendiente, señala Utrera, es «que la deuda sobre PIB también se reduzca, aunque esto será bastante arduo». Pero hay que trabajar en ello porque se trata de la meta impuesta por el BCE a la economía española, y debemos mantener contenta a la máxima institución bancaria europea teniendo en cuenta que se trata del mayor inversor en bonos españoles, poseyendo alrededor de 217.000 millones de euros, casi un 23% del total. Le sigue la banca nacional con un 16%, el capital asiático con un 11% y las aseguradores con un 10%. Precisamente, la entrada de una gran cantidad de moneda asiática y barata a nuestro país también ha sido uno de los motivos de la acelerada reducción del rendimiento del bono.
Así, España ha adelantado a Italia (nuestro principal competidor por el similar tamaño de su economía y de su volumen de emisiones), una nación que gozaba de más confianza para los inversores. Los problemas políticos y económicos que ha atravesado el país transalpino, sin duda, han favorecido al bono español. Un buen indicador es la primera de riesgo. Mientras en 2012 la de Italia era inferior a los 100 puntos básicos y la de España era seis veces mayor, a día de hoy la nuestra es inferior en unos 70 puntos básicos. Sin olvidar que otros estados que antes de la crisis podían resultar atractivos para los inversores no han recuperado su interés, como Grecia, cuando nuestra economía sí lo ha hecho.
Mirando a nuestros vecinos, otra causa del rendimiento de nuestros bonos se halla en Alemania. Históricamente ha sido el destino preferido de los inversores que compran bonos. No obstante, el rendimiento de los mismos en la nación germana se sitúa en negativo, algo que no interesa para nada a los compradores, que buscan alternativas como España. Lógicamente, también se debe tener en cuenta el riesgo de un Brexit sin acuerdo, que crea una situación de incertidumbre en Reino Unido. Así, solo los bonos franceses y los portugueses pueden competir con los españoles en cuanto al interés que generan.
Ralentización
La ralentización económica (con la reciente revisión a la baja del crecimiento de nuestro país) debería haber aumentado de nuevo el rendimiento del bono español. Sin embargo, ha sucedido justo lo contrario gracias a los anuncios del BCE de recuperar un mayor ritmo de compra de bonos. «La certeza de que va a mantener por unos años esta política ultraexpansiva, ha animado a esos inversores a considerar razonables rentabilidades que, en otras circunstancias, serían inaceptables», comenta Utrera. Además, la rentabilidad del bono jugará un papel importante en las políticas que implante el gobierno que salga de los comicios del 10 de noviembre. Utrera manifiesta que «ahora tenemos unas elecciones a la puerta. Que los partidos de gobierno promuevan políticas de contención del nivel de deuda y favorezcan el crecimiento o no, dependerá el comportamiento de la rentabilidad del bono y que la prima de riesgo se reduzca o se amplíe. No olvidemos el caso de Italia». Los inversores españoles y el sector financiero tienen suficientes motivos para ir a votar.
El riesgo de los niveles negativos
La entrada del bono español a niveles negativos está cerca y es bastante probable. Así, entraríamos en una situación inédita en la historia en el mercado de deuda nacional. Las posibilidades serán más certeras sobre todo mientras no contemos con un Ejecutivo que tenga las capacidades para contener con políticas la bajada del rendimiento. En cualquier caso, sería conveniente que no se situase en negativo para no ahuyentar la confianza de los inversores que tanto ha costado atraer de nuevo.
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