Italia

El «efecto Berlusconi» desata la tormenta en los mercados europeos

La prima de riesgo italiana se dispara más de un 8% y arrastra a la española, que escala hasta los 425 puntos básicos

Lunes negro
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Italia vivió ayer su particular «lunes negro», su peor sesión en los mercados desde julio, tras el anuncio de que Mario Monti no volverá a presentarse al cargo de primer ministro y de que Silvio Berlusconi luchará en las urnas por ocuparlo. El efecto arrastre de la inestabilidad política transalpina lastró a España, compañero de batallas de la economía italiana en la guerra contra la crisis de deuda, y la prima de riesgo de nuestro país llegó a tocar los 438 puntos básicos por la mañana. Al cierre, descendió hasta los 424,7 puntos, un 2% más que en la víspera. Peor lo pasó la referencia italiana, que acumuló un castigo en los últimos cinco días desconocido desde el pasado mes de abril. Los dos «too big to fail» volvieron a sufrir con fuerza.

El interés del bono transalpino a diez años se disparó un 6,45%, hasta el 4,817%, en una jornada en la que llegó a rozar el 4,9%. Como consecuencia, la prima de riesgo del país se disparó más de un 8%, hasta los 351,1 puntos, para confirmar que los problemas en la tercera economía de la unión europea aún siguen lejos de solucionarse.

De esta oleada de ataques se libró la castigada Grecia, paradójicamente, favorecida por la nueva quita de deuda. El interés del bono a diez años cayó hasta el 13,808%, un nivel desconocido desde abril de 2011, mientras que su prima de riesgo descendió hasta los 1.250 puntos básicos.

El alza de la prima de riesgo fue anunciada desde por la mañana por el Gobierno español. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya advirtió de que la jornada de ayer iba a mostrar cómo los problemas políticos de un país de la zona euro «contagian» al resto de los países, como España. En el Pleno del Senado, Montoro enfatizó al respecto la importancia de contar con un «escudo común» como el que supone el proyecto europeo. De éste, dijo que «no dará marcha atrás por más que muchos insistan».

Por su parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, subrayó que «cuando surgen dudas sobre la estabilidad de un país próximo como Italia, al que también se percibe como vulnerable, inmediatamente nos contagia». Para el titular de Economía, «la ayuda que necesita España es que se eliminen las dudas sobre la irreversibilidad del euro, ya que esto haría «mucho más fácil» la situación de financiación de los mercados de España.

Al respecto, el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, admitió la preocupación del Gobierno, pero consideró, en la misma línea que De Guindos, que esas dudas se disiparían si la zona euro «da un mensaje de irreversibilidad» de la moneda única, poniendo en marcha, por ejemplo, la unión bancaria. «Cualquier persona sensata está preocupada por algún acontecimiento que pueda afectar a la economía de la zona euro y a la economía española en particular».

«La italiana es lo suficientemente importante como para que cualquier incertidumbre que se cierna sobre ella tenga repercusiones sobre toda la zona euro; si han tenido repercusiones los acontecimientos de Grecia, que es un 2% de del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro, con mucha mayor razón estas incertidumbres sobre Italia se pueden repercutir sobre el resto», dijo.

A medida que la sesión fue avanzando, los efectos adversos de las decisiones tanto de Monti como de Berlusconi se fueron atenuando. Ajena a los problemas al otro lado del Atlántico, Wall Street cerró la sesión con un ligero avance del 0,11% animada por el sector tecnológico.

A excepción de Milán, que retrocedió un 2,2%, el resto de plazas europeas aguantaron el tipo con solvencia. El Ibex 35 cerró con una tímida caída del 0,5%, mientras que el resto de grandes parqués del viejo continente avanzaron. París ganó un 0,18%, Fráncfort, un 0,17% y Londres, un 0,12%.

Berlín quiere librar a sus cajas del BCE

El Banco Central Europeo (BCE) sólo supervisaría directamente a los bancos cuyos activos superen los 30.000 millones de euros, mientras que el resto de las entidades quedarían bajo control de las autoridades nacionales. Alemania conseguiría mantener el control de sus cajas y se impondría así a Francia y a España, que reclaman que el BCE asuma el mando de todas. Esto ocurrirá si prosperase la última propuesta que formuló el Gobierno chipriota para tratar de lograr un acuerdo sobre el supervisor bancario único en la reunión del Ecofin que se celebrará mañana.