París
El euro «barato» impulsará la recuperación en 2015
El actual tipo de cambio con el dólar beneficia las exportaciones y hace más atractiva a España como destino turístico
Dieciséis años después de su entrada en funcionamiento como divisa y trece como moneda de once países de la Unión Europea, el euro ha vuelto al punto de partida en su cotización con el dólar. A cierre de la sesión del viernes, el Banco Central Europeo fijó un cambio de 1,1813 dólares, un nivel muy similar al de su primera cotización en los mercados, el 4 de enero de 1999: 1,1789. Desde la segunda mitad del pasado año, el euro ha tomado la cuesta abajo y ha olvidado no sólo los 1,40 dólares que rozó en mayo, sino también los 1,20 a los que se cambiaba a mediados de diciembre.
Para los diecinueve países de la eurozona que comparten la moneda única (Lituania ha sido el último miembro de la UE en incorporarse a su disciplina), la situación cambiaria favorece sus intereses económicos en unos momentos en los que se pone en duda la reactivación de la región. Un euro «barato» hace más competitivas las economías, al facilitar sus exportaciones, máxime teniendo en cuenta que el petróleo, el principal componente de las importaciones de los países europeos, se ha abaratado en un 55% desde mediados de 2014.
El euro está negociando en mínimos desde hace casi una década. Los principales analistas creen que el suelo de la moneda única está aún por llegar. Christopher Dembik, economista de Saxo bank París, habla de «una depreciación más profunda y prolongada, hacia niveles de los 1,15 dólares».
Desde su creación, el euro ha mantenido un cambio medio de 1,2252 dólares, según datos del Banco Central Europeo. Fijada su paridad inicial en 1,16, el euro marcó su máximo histórico el 15 de julio de 2008 al cerrar en 1,5990 dólares. Tres meses antes, en abril, llegó a sobrepasar la barrera de los 1,60 dólares durante parte de la sesión, aunque finalmente no pudiera vencer la resistencia de una frontera psicológica a la que nunca más se ha acercado tras el estallido de la crisis de Lehman Brothers, en septiembre de ese mismo año. Su suelo lo alcanzó en octubre de 2000, cuando ni siquiera había cumplido su segundo año en los mercados de divisas: 0,8252 dólares.
Caminos diferentes
¿Qué está sucediendo en los mercados? Los malos datos económicos de los países de la eurozona, suavizados en parte por las estadísticas del tercer trimestre en alguna gran economía del área y el riesgo de salida de Grecia de la unión monetaria (duda que ni mucho menos ha sido despejada hasta la fecha) han hecho que los inversores estén perdiendo la confianza en el euro y trasladando sus posiciones hacia el dólar, a la espera de un futuro movimiento alcista de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Y es que ambas economías, la de la eurozona y la de EE UU llevan varios años sin acompasar el ritmo de sus actuaciones en política monetaria. La FED anunció con tiempo suficiente la retirada de estímulos a su economía que se produjo en octubre de 2014. Todo lo contrario está haciendo el BCE, que lanza continuamente mensajes de que estudia poner en marcha una compra masiva de bonos soberanos, aunque no cifra su magnitud (se habla de 500.000 millones de euros) ni qué activos y con qué calificación serán objeto de su atención. Tanto la eurozona como EE UU mantienen el precio del dinero muy próximo al cero por ciento, lo que resta atractivo a la especulación.
El euro barato va a impulsar las economías más exportadoras de la zona euro, con Alemania como principal beneficiaria, al ser el país que más vende a países que no comparten la moneda única. A España la situación también le beneficia ahora que las ventas al exterior están marcando máximos históricos. A cambio de esta ganancia de competitividad, un dólar apreciado encarece las importaciones. A España no le afectará tanto esta situación. El 20% de las importaciones españolas son petróleo y el desplome de su precio le puede ahorrar a nuestra economía más de 1.000 millones de euros mensuales. Alrededor de la mitad de nuestras importaciones aproximadamente procede de la zona euro. El otro gran beneficiado de la situación cambiaria será el turismo, que apunta a otro año de récord.
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