El FMI alerta de que Francia puede ser el nuevo enfermo de Europa

Francia no está pasando por su mejor momento de la crisis económica, y la última institución que ha «hurgado en la herida» ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI), que vaticina un aumento del desempleo en el país y un exiguo repunte del crecimiento económico en el año 2013. En un informe realizado por el Consejo Ejecutivo del organismo internacional, se pronostica que la creación de empleo seguirá «estancada» y la tasa de paro escalará hasta el 10,6% en 2013, tres décimas más que este año.

Asimismo, vaticina que crecerá cuatro décimas el año que viene. El FMI achaca esta recuperación tan lenta a «la pérdida de competitividad», que está causada en parte por las «débiles condiciones de Europa», por la incierta crisis de la deuda en la eurozona y la consolidación fiscal.

Por otro lado, el organismo también descarta que Francia consiga el objetivo de déficit para el próximo año, fijado en el 3% del PIB, con una desviación de medio punto porcentual. Además, el Fondo anticipa que el Gobierno galo este año logrará una reducción hasta el 4,5%. Por su parte, el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, aseguró ayer que su Gobierno mantiene el objetivo del 3% para 2013, pese al informe del FMI.

Estos datos se encuadran en un contexto en el que el país perdió, el pasado 20 de noviembre, la Triple A (máxima solvencia) por la agencia de calificación Moody's, que se sumaba así a la rebaja que le aplicó Standard&Poor's hace diez meses.

Además, los elevados impuestos a las grandes fortunas aprobados por el presidente francés, François Hollande, están provocando una gran fuga de capitales.

El último caso ha sido el del actor y empresario galo Gerard Depardieu, que decidió trasladar su residencia fiscal al país vecino Bélgica para pagar menos.

En líneas generales, aunque el FMI elogia la «resistencia» de la economía francesa en un contexto como el actual, de grave crisis en la eurozona, recomienda al país que fortifique el crecimiento económico y la estabilidad financiera, que acentúe la competitividad mediante políticas liberalizadoras y reafirme su compromiso con la disciplina fiscal, con el fin de encauzar la recuperación.