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El FMI pide más tiempo para que España ajuste sus cuentas

Christine Lagarde
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«No puede haber una consolidación fiscal tan fuerte con el paro en el 25%», dice la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.

El Gobierno español no está solo en sus pretensiones de flexibilizar los objetivos de déficit y enterrar o, al menos, guardar en el baúl del olvido hasta 2016 el sacrosanto objetivo germano de la austeridad. No está solo, porque a España la apoya un peso pesado de la Unión, léase Francia con su presidente François Hollande a la cabeza. Pero también porque fue el propio Fondo Monetario Internacional quien, por boca de su directora general gerente, Christine Lagarde, sugirió ayer en Washington que España necesita un ajuste fiscal más suave del que se diseñó en Bruselas bajo el mandato de Berlín si lo que se pretende es evitar que la economía española se haga el «harakiri», agudizando la depresión y ralentizando la salida de la crisis que, tanto el Gobierno de Rajoy como el propio FMI vaticinan para el último trimestre del presente año.

El quorum es tal que parece claro que las negociaciones que mantiene el Ejecutivo con Bruselas tienen opciones de resultar fructíferas. Como adelantó LA RAZÓN, el Gobierno trabaja para que el objetivo de déficit del presente año se quede entre el 5,5% y el 6% (en lugar del 4,5% acordado) y se retrase dos años la meta final del 3% (hasta 2016).

La declaración de Lagarde cobra aún más significado porque sus palabras fueron escuchadas por en el marco de la jornada previa a la reunión de primavera que comienza hoy entre el FMI y el Banco Mundial.

«Creemos que, dada la situación, con el índice de desempleo del 25% actualmente, es claramente necesario realizar una consolidación fiscal, pero no de carácter tan fuerte como fue planeado en un principio», dijo Lagarde en referencia a la situación de España. En este sentido, subrayó que España «necesita más tiempo» para realizar los ajustes fiscales para no estrangular su débil recuperación. El FMI rectificó esta semana a la baja sus previsiones para la evolución de la economía española, cuyos cálculos prevén una contracción de 1,6% del PIB en 2013 y una vuelta al crecimiento de 0,7% en 2014.

En su informe de «Vigilancia Fiscal», el organismo internacional afirmó que el déficit de España en 2012 fue del 10,3%, debido sobre todo al impacto del rescate financiero, y situó el de 2013 en un 6,6%. El economista del FMI Philip Gerson remarcó durante la presentación el pasado martes del informe fiscal global que España ya había realizado «un gran ajuste a lo largo de 2012». Gerson indicó que, aunque es «obvio» que España debe seguir reduciendo su déficit, «necesita hacerlo a un ritmo gradual», que permita simultanear la reducción de la deuda y del déficit con la introducción de estímulos en la economía.

La política del FMI se ha centrado en sus últimas recomendaciones en pedir a los países de la eurozona y el resto de economías avanzadas sometidas a ajustes en sus cuentas que eviten ceñirse exclusivamente a los criterios de austeridad y reducción del déficit para volcarse en las reformas estructurales necesarias para dinamizar la economía, ganar competitividad y cuota exportadora y crear empleo.

Lagarde avanzó ayer que más de 200 ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales analizarán desde hoy los riesgos a los que se enfrenta la tibia recuperación global. La responsable del FMI subrayó que «la recuperación a tres velocidades no es suficiente», y reiteró que es necesaria «una economía global que avance a plena velocidad», a lo que añadió que, dadas las «fuertes interconexiones» en la economía global, «una recuperación desigual no es la más saludable». El FMI pronostica que la economía global crezca un 3,3% este año, con los países emergentes a la cabeza, EE UU en segundo lugar y Japón y, sobre todo, la zona euro en el vagón de cola, como consecuencia de los severos ajustes fiscales.