Empresas

El Gobierno busca blindar las empresas españolas estratégicas

El apetito por las firmas españolas se dispara y con ello el temor del Ejecutivo a perder la españolidad de las mismas.

Giovanni Castelluci, consejero delegado de Atlantia, y Florentino Pérez, presidente de ACS, el jueves pasado, en Madrid
Giovanni Castelluci, consejero delegado de Atlantia, y Florentino Pérez, presidente de ACS, el jueves pasado, en Madridlarazon

El apetito por las firmas españolas se dispara y con ello el temor del Ejecutivo a perder la españolidad de las mismas.

La resolución de la guerra de opas entre el grupo italiano Atlantia y ACS por el control del grupo de infraestructuras Abertis se ha saldado, felizmente, con un acuerdo salomónico entre las empresas oferentes. El Gobierno respira hondo, al menos temporalmente, aunque la preocupación por el futuro de las grandes empresas españolas que cotizan en bolsa, particularmente las que realizan su actividad en sectores estratégicos, sigue latente. Según ha podido saber LA RAZÓN, el Ejecutivo trata de buscar fórmulas legales para impedir las ofertas de compras que se realicen a través de los mercado de valores, como sucede en otros países.

En 2009, el grupo italiano Enel se hizo con el 92% de Endesa tras adquirir a Acciona su 25% del capital a cambio de 8.200 millones. Endesa sigue teniendo su sede social en España. El acuerdo entre Atlantia y Abertis asegura la mayoría accionarial para el grupo italiano, pero la españolidad de los activos del grupo de infraestructuras que estén en territorio nacional está garantizada.

En Francia es casi imposible tomar el control de una empresa estratégica. En Italia, lo mismo. En varias ocasiones, BBVA, la propia Abertis y otras empresas españolas intentaron tomar el control de un banco y de la propia Atlantia, obteniendo el veto de las autoridades italianas.

El Gobierno español teme que la fiebre compradora de empresas continúe, con un mercado de valores muy barato y con empresas importantes del sector energético, sobre todo, a precio de saldo y sin accionistas de referencia. Es el caso de Gas Natural (18.848 millones de valor bursátil). Dos fondos de inversión, GIP y CVC, controlan el 40% del capital, frente al 24% que aún mantiene Criteria Caixa. En Repsol, el 78,3% del capital está cotizando en Bolsa. Caixabank tiene el 9,8% de las acciones y Sacyr, el 8%. Su precio de mercado es 22.133 millones. Hasta Telefónica llegan los tambores de compra. En la presentación de los resultados del pasado año, José María Álvarez-Pallete tuvo que responder a si veía probable una opa. «No la temo. Veo una Telefónica fuerte e independiente». El viernes valía 42.575 millones. Sólo Inditex (80.628 millones) y Banco Santander (87.781 millones) parecen a salvo de la fiebre compradora de empresas españolas.

La buena marcha de la economía, con la previsión de encadenar un decenio de crecimiento en el que confluyen ganancias de competitividad y del mercado exportador, ha disparado un 60% las fusiones y adquisiciones de empresas españolas en un año, según Bloomberg, con 16.000 millones de movimiento, cifras que podrían superar la cota del histórico 2007. Los últimos datos indican que el 95% de las multinacionales extranjeras con intereses en España tiene intención de mantener o aumentar sus inversiones, a lo que hay que añadir el radar de los grandes fondos de capital y de pensiones extranjeros. Entre todos, acaparan más del 40% de la industria española, muy receptiva a la entrada de socios o nuevos propietarios extranjeros. De hecho, tras los alemanes e italianos, los empresarios españoles figuran como los más abiertos a realizar fusiones o adquisiciones de entre los europeos, según la consultora Grant Thornton.

La que será la mayor operación desde 2007 viene precedida de movimientos como la compra en 2016 por 5.760 millones de Quirón Salud por el grupo alemán Helios o la de la también alemana Siemens por el 59% de Gamesa, tercer mayor productor de turbinas eólicas del mundo, por 5.000 millones de euros.