Los pensionistas cobrarán al menos 15 euros más este año

El Gobierno compensará la desviación de una décima en los precios en 2018, que costará 135 millones de euros.

Las pensiones subirán el 1,7% este año, definitivamente. El Gobierno tendrá que abonar a través de la paga del próximo mes de enero próximo una compensación equivalente a una décima del IPC para compensar el desvío de su propuesta. En julio pasado, el Parlamento aprobó una subida media del 1,6%, a la espera de cómo evolucionara el IPC interanual del mes de diciembre. Ayer, el Ejecutivo sugirió que elegirá la variación del Índice de Precios de Consumo del mes de noviembre como referencia de la inflación media anual para la subida de las pensiones este ejercicio. Opta por noviembre ante la previsión de que el IPC de diciembre sea inferior. De esta manera, el Gobierno hace un gesto de buena voluntad a los jubilados, que se traducirá en una compensación media de 15 euros para el año.

En España hay 9,6 millones de pensiones, que no de pensionistas, toda vez que una persona puede cobrar dos pensiones a la vez siempre que el importe global no supere la pensión máxima. De esta cifra, 5,98 millones corresponden a pensiones de jubilación, 2,3 millones a pensiones de viudedad y el resto a beneficiarios de incapacidad permanente, orfandad o favor familiar.

Precisamente, el Banco de España anunció ayer en su informe trimestral de la economía española que la revalorización de las pensiones en función del IPC y mantener la entrada en vigor del factor de sostenibilidad para 2023 elevaría el gasto un 1,9% del PIB para 2030 y un 3,4% en 2050. En otras palabras, el importe anual de la nómina de las pensiones aumentaría en 22.736 millones en 2030, mientras que para 2050 el gasto total crecería en 40.685 millones. El Banco de España estima que el retraso de la entrada en vigor del factor de sostenibilidad supondrá un aumento del gasto anual en pensiones del 0,1% del PIB en la próxima década y del 0,3% en la siguiente.

Sostenibilidad

El organismo supervisor recordó que la reforma de las pensiones de 2013 introdujo dos mecanismos automáticos de ajuste del gasto. Por un lado, estableció una revalorización máxima de las pensiones del 0,25% anual en situaciones de déficit, y del IPC más un 0,5% cuando se produzca superávit. Por otro lado, introdujo el factor de sostenibilidad, que vincula la pensión a la esperanza de vida, de forma que cuanto más tiempo vivan de media los españoles, menor será la pensión.

El índice de revalorización de las pensiones (IRP) ayudó a «mejorar significativamente la sostenibilidad a largo plazo del sistema», según valora la institución. No obstante, el Banco de España considera que el precio a pagar sería «un descenso progresivo del valor de la pensión media en relación con el del salario medio para compensar los efectos negativos de la evolución de la tasa de dependencia».

En los Presupuestos de 2018 se fijó un aumento del 1,6% para todas las pensiones este año y del 3% para las mínimas y las no contributivas, así como el incremento de la base reguladora de las de viudedad, que pasaron del 52% al 56%. Estas medidas supondrán un gasto de 2.500 millones en 2018 y de 5.300 millones en 2019, según estima el Gobierno.