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Caso Manos Limpias

El juez Silva se resiste a dejar el caso pese a estar recusado

La Razón
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La decisión del titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, Elpidio José Silva, de enviar a prisión sin fianza a Miguel Blesa, ex presidente de Caja Madrid, ha causado una enorme sorpresa en el ámbito judicial, máxime teniendo en cuenta que el juez había sido apartado del caso la semana pasada, después de que la defensa de Blesa solicitase su recusación. A la espera de que la Audiencia Provincial de Madrid resuelva al respecto, Silva argumenta que la recusación afecta únicamente a la investigación de un crédito irregular de 26,6 millones de euros que Caja Madrid, bajo la presidencia de Blesa, concedió al por entonces presidente de la CEOE y dueño del Grupo Marsans, Gerardo Díaz Ferrán. Es esta circunstancia la que ha llevado al juez a seguir practicando diligencias en torno al «caso Blesa», hasta el punto de enviar al ex banquero a prisión sin fianza. Llama la atención esta actitud, cuando incluso se había designado a otro juez –Juan Antonio Toro, titular del Juzgado de Instrucción número 36 de Madrid–. De hecho, la propia defensa de Blesa llegó a pedir ayer la suspensión de la declaración, a pesar de que éste había sido llamado de urgencia por el juez Silva. En este sentido, el entorno de Blesa considera que la actitud de Silva responde a un «encarnizamiento», al tiempo que la califican de «inaceptable» y «profundamente injusta», dando así mayor fuerza a su tesis de una supuesta «enemistad manifiesta» del juez con Blesa. Fuentes jurídicas consultadas por este periódico mostraron también su estupefacción por la decisión de Silva, pues «aunque el caso se componga de dos piezas separadas, el incidente de recusación por enemistad manifiesta debería afectarle en su totalidad, no por partes». Así, explican que la separación del caso en dos piezas es un procedimiento que se emplea para trabajar e investigar más cómodamente, pero «el caso es el mismo, pues las dos piezas penden del mismo procedimiento principal». De esta forma, apuntan que «es un poco extraño que el juez se aparte sólo de parte de la causa», pero que el hecho de que haya podido dictar el ingreso en prisión de Blesa significa que la recusación aún no ha sido resuelta. «Puede ser cuestión de semanas. Si estuviese recusado no habría podido hacer ni decir nada respecto a Blesa». Cabe recordar que, paralelamente a la recusación, el juez Silva tiene más asuntos pendientes, en este caso con el Consejo General del Poder Judicial. El órgano de gobierno de los jueces está investigando al magistrado por dos supuestas faltas disciplinarias muy graves y por otra grave. En el más extremo de los casos, estos expedientes podrían suponer la expulsión de la carrera judicial de Silva, si bien se trataría de un hecho infrecuente dada la naturaleza de sus faltas.