Europa

Bruselas

El «otoño caliente» de las cuentas de España en Europa

El parto de una nación
El parto de una naciónlarazon

España vivirá un otoño lleno de exámenes en Europa. Después de haber conseguido en abril pasado aplazar su calendario de déficit hasta 2016 debido a la «difícil situación económica», toca ahora demostrar que los plazos se van cumpliendo. El primer desafío es mantener la cifra de 2013 por debajo del 6,5%. El propio Banco Central Europeo no está seguro de que España pueda cumplir este año, por lo que ha pedido al Gobierno que siga con la agenda reformista. Lo cierto es que no sólo se tiene en cuenta la cifra, también las circunstancias económicas y si el Gobierno ha hecho los esfuerzos suficientes para lograr sus objetivos, independientemente de si al final se consiguen. Precisamente, los estados miembros estudian estos días un cambio en la metodología de cálculo del déficit estructural que, al tomar en cuenta los efectos temporales de la crisis, beneficiará a España.

La Comisión Europea será la responsable de analizar la situación desde el punto de vista técnico. El Consejo de Ministros fijó el plazo del 1 de octubre para que España adopte «medidas eficaces» para cumplir los objetivos presupuestarios revisados en el marco del procedimiento de déficit excesivo. Previamente, el departamento del responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, realizará un informe, que presentará a finales de septiembre. El 15 de octubre, España tendrá que presentar en Bruselas su proyecto de presupuesto para 2014, para el cual se espera que, aunque exista cierta desviación este año, se mantenga el objetivo de quedar por debajo del 5,8% de déficit. Por otra parte, la Comisión publicará sus previsiones económicas para el conjunto de la Unión Europea, incluida España, durante la primera semana de noviembre. De acuerdo a las directrices dadas por el Consejo, la Comisión evaluará el cumplimiento del plan de acción elaborado por el Gobierno de Rajoy y presentará un dictamen sobre los presupuestos de 2014 a mediados de noviembre.

El mandato dado por la UE a España es lograr un déficit del 4,2% en 2015 y del 2,8% en 2016. Dado que en Bruselas ya se conocen las circunstancias especiales de España con las comunidades autónomas, las recomendaciones de sus socios incorporaron la necesidad de tomar cartas en el asunto: «Las medidas adoptadas en los planes presupuestarios de 2013 deben ser implementadas en todos los niveles de gobierno, y las autoridades españolas deben estar preparadas para tomar medidas correctivas en caso de desviación de los planes presupuestarios», advirtieron. Pero el encargo hecho por el Eurogrupo a España es muy claro: «Corregir el déficit excesivo en 2016 a más tardar». Por ahora, ningún Estado miembro ha sido sancionado por incumplir su déficit, pero la legislación europea contempla que aquellos miembros de la Eurozona que no hagan sus deberes en materia fiscal y financiera pueden ser sancionados con multas de hasta el 0,2% del PIB.

Sin embargo, las nuevas normas del denominado «Two pack» establecen un sistema de vigilancia gradual, que incluye la presentación periódica cada 3 o 6 meses de un análisis exhaustivo de las cuentas. Esto debería permitir la detección precoz del riesgo de que un país no corrija su déficit excesivo en el plazo fijado por el Consejo, lo que podría ser el caso de España este año. Asimismo, los estados están obligados a proporcionar una hoja de ruta sobre las reformas estructurales que se consideran fundamentales para una corrección eficaz y duradera del déficit excesivo, lo que puede obligar al Gobierno a tomar nuevas medidas de recorte del gasto. El resultado que arroje el análisis del déficit también será tenido en cuenta por Bruselas a la hora de tomar decisiones sobre el fin del rescate a la banca española. El Gobierno desearía dar por concluido ese capítulo a finales de año, pero si no puede demostrar que cumple el 6,5% de déficit, corre el riesgo de que sus socios quieran mantener la línea de crédito abierta para tener más control sobre el futuro.