José Manuel Durão Barroso

El primer ministro de Portugal dice que prioriza salir del rescate en el plazo y sin ayuda adicional

El primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, ha dicho este miércoles que su objetivo es poner fin al rescate de 78.000 millones de euros concedido por la UE -y al programa de ajuste económico asociado- durante la primavera de 2014, tal y como está previsto, y volver a financiarse en los mercados sin recibir ayuda europea adicional.

"Nuestra ambición es poder concluir el programa de ajuste en el tiempo previsto y sin ayuda adicional. Esto para Portugal es una cuestión de honor", ha dicho Passos Coelho en una rueda de presa conjunta con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, tras una reunión del colegio de comisarios con el Gobierno luso.

"Queremos concluir el programa, alcanzando los diferentes objetivos, de forma que podamos volver a los mercados", ha insistido el primer ministro portugués. A su juicio, Lisboa necesita para volver a los mercados restaurar la confianza y la credibilidad en sus finanzas públicas, pero también una estrategia de crecimiento sin el que no será posible garantizar el servicio de la deuda.

Por su parte, Durao Barroso ha dicho que Portugal "ha aplicado con éxito el programa de ajuste"y ha elogiado que "los progresos son notables". No obstante, ha considerado "prematuro"especular sobre lo que sucederá al final del programa puesto que todavía quedan ocho meses para concluir.

Hasta ahora se daba por hecho que Portugal necesitaría al menos una línea de crédito preventiva de la UE al término del rescate para facilitar su vuelta a los mercados.

De entre los países que han recibido asistencia de la UE, España será el primero en concluir su programa sin prórrogas o ayuda adicional, tal y como pedía el Gobierno de Mariano Rajoy. Por su parte, Irlanda está negociando con la troika si debe pedir una línea de crédito preventiva tras la conclusión de su rescate en diciembre. El vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, dijo este martes que la decisión final corresponde a Dublín.