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Mesa redonda

La electrificación, una oportunidad de país

Los sectores de electricidad, climatización y refrigeración ponen puntos en común y debaten los retos de la descarbonización en LA RAZÓN

Mesa redonda Ifema, semana de la electrificación. Jesus G. FeriaPHOTOGRAPHERS

La transición energética en España se encuentra con creciente demanda, integración de renovables y digitalización del sector, lo que exige la colaboración de todos los actores implicados. En este contexto, la celebración conjunta de las ferias Genera, Matelec y Climatización y Refrigeración (C&R) en Madrid une por primera vez a la generación, las instalaciones eléctricas y la climatización bajo un mismo paraguas.

Para analizar los retos y sinergias, La Razón reunió a Paula Santos, directora de Comunidades Energéticas y Electrificación en UNEF; Carlos Ballesteros, director general de Anese; Óscar Querol, director general de AFME; y José María Raya, CEO de Keyter Intarcon y miembro del comité organizador de C&R. Todos coincidieron en que la unión de estas ferias es un «total acierto» y que España se encuentra ante una «oportunidad de país» para liderar la descarbonización.

Un frente común

El debate arrancó con un consenso claro: la transición energética es un concepto amplio que va más allá de la simple generación renovable. Paula Santos, de UNEF, fue la primera en subrayar la necesidad de un enfoque integral. «Hablamos de sustituir los combustibles fósiles por energías renovables, pero también tenemos que hablar de incrementar la eficiencia energética», explicó. Electrificar es una «oportunidad país» que no busca reducir emisiones y aumentar la competitividad de empresas e industrias y generar ahorros para la ciudadanía.

Carlos Ballesteros, desde Anese, celebró que el foco se esté ampliando desde la generación hacia la demanda y destacó que la eficiencia energética es un pilar transversal a toda la cadena de valor, donde la digitalización es una herramienta indispensable. «Es necesario poder medir, saber cómo se está comportando para poder actuar de una forma correcta», añadió, insistiendo en que la competitividad industrial es el gran objetivo.

Desde la perspectiva de los fabricantes de material eléctrico, Óscar Querol, de AFME, calificó la unificación de las ferias como una «gran decisión». Puso el acento en la importancia de las redes e instalaciones eléctricas, a menudo invisibles para el ciudadano («es necesario que la ciudadanía sea mucho más consciente») y argumentó que la fortaleza de estas infraestructuras es crucial para atraer inversión y fortalecer la industria nacional. «Detrás del interruptor hay una gran cantidad de agentes económicos que hacen un gran trabajo», recordó.

Cerrando la primera ronda, José María Raya, de AFAR-Keyter-Intarcon, enfatizó el papel de la tecnología ya disponible para la descarbonización del consumo. «Dejar de consumir fósiles y pasar a electrificar nuestras necesidades de climatización o de refrigeración es fundamental. Ahora tenemos tecnología para poder hacerlo», aseguró. Raya ve la feria como un «hub tecnológico» que unirá a toda la cadena de valor, desde fabricantes e instaladores hasta ingenierías y arquitecturas, creando un ecosistema de conocimiento, innovación y talento.

Colaboración y talento

La conversación derivó hacia las vías de colaboración necesarias, tanto entre los propios sectores como con las administraciones públicas. José María Raya insistió en la hibridación de tecnologías y en la necesidad de que la administración valore los proyectos no solo por su coste económico, de forma que también «deben de prevalecer los criterios energéticos y las soluciones energéticas en su conjunto», demandó.

Óscar Querol introdujo uno de los mayores desafíos que enfrenta el sector: la falta de personal cualificado. «Ahora mismo todas las industrias y los sectores que estamos aquí sentados nos encontramos con grandes dificultades para encontrar personal cualificado», advirtió. Querol lanzó un llamamiento a la acción, subrayando que, sin profesionales, los ambiciosos objetivos marcados para 2030 serán inalcanzables, pidiendo una respuesta coordinada de la administración.

Paula Santos amplió el espectro de la colaboración, señalando la importancia de involucrar a actores no tradicionales como los ayuntamientos, que son «los que conocen el territorio y están más cerca de la ciudadanía», comentó. Puso como ejemplo el impulso de puntos de recarga o la creación de autoconsumos colectivos en cubiertas municipales como vías para que lo abstracto de la transición se convierta en algo concreto y tangible para los ciudadanos.

Finalmente, Carlos Ballesteros abordó la colaboración público-privada, recordando que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) depende en un 80% de la inversión privada. Según él, los certificados de ahorro energético (un mecanismo que devuelve el protagonismo a los actores privados) han sido un éxito. «Cuando tú generas un mecanismo de financiación en un mercado que no existía, el protagonismo lo devuelve de alguna forma a los actores privados, es un caso de éxito», concluyó, demostrando que, con las herramientas adecuadas, el sector privado está listo para liderar la transformación.

Otros retos

Uno de los puntos centrales de la conversación fue el papel ejemplarizante que debe jugar la administración pública que, según los ponentes, no se está cumpliendo. Carlos Ballesteros señaló que los fondos de recuperación, aunque necesarios, han podido generar una oportunidad perdida «de utilizar unos fondos para dinamizar ciertos factores». Además, insistió en la necesidad de incentivar la colaboración público-privada, especialmente en el ámbito municipal y autonómico para llegar a ese objetivo 2030. Como ejemplo de la brecha existente, mencionó el éxito de los certificados de ahorro energético (CAEs) en el sector privado frente a su nula implantación en el público. Un mecanismo que, según Santos, está funcionando con éxito pero cuyo potencial podría ampliarse.

El debate se adentró en la importancia de la digitalización y el empoderamiento del consumidor para que sea un ciudadano «activo e informado», en valoración de Ballesteros. Sin embargo, la complejidad tecnológica puede generar una desconexión para Óscar Querol. No en vano, un estudio reciente concluye que ocho de cada diez ciudadanos que hacen una rehabilitación integral no tienen en cuenta para nada los criterios de descarbonización.

Paula Santos, por su parte, enfatizó el poder transformador de la digitalización, que va más allá de la gestión individual del consumo, aludiendo a casos de éxito con gemelos digitales.

Una mirada optimista hacia el futuro

A pesar del optimismo por los avances tecnológicos y la disponibilidad de financiación, los expertos coincidieron en señalar dos grandes retos. El primero, una regulación que, en ocasiones, frena el progreso. El segundo, y quizás el más acuciante, es la falta de personal cualificado. No obstante, el tono general de la mesa fue de optimismo y todos subrayaron los avances conseguidos.

Con la vista puesta en la próxima feria del sector, los ponentes extendieron una invitación unánime. Todos los expertos animaron a valorar los logros, a visitar el encuentro y que este pueda ser la plataforma para la internacionalización.