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La startup española EquiCord- YMAS crea el primer medicamento de células madre
Presentado ante la EMA el primer medicamento veterinario del mundo basado en células del cordón umbilical de potros para la artritis de los caballos, EquiCord-YMAS abre paso a la vía humana

El futuro de la terapia celular es un hecho conocido por casi todos. Es cierto que en este sentido, los plazos de aprobación y búsqueda de pacientes son más lentos en humanos que en animales, aunque las posibilidades de las terapias con células madre son inmensas. Con esta premisa nace EquiCord-YAMS, startup española biotecnológica veterinaria centrada en nuevas aplicaciones en animales, como las lesiones en los tendones de los caballos.
Aunque muchos puedan pensar que el uso del cordón umbilical para extraer células madre es algo exclusivo del ser humano, también se emplea en animales. Así lo explica Almudena Pradera, directora científica de la startup española EquiCord-YMAS: “El proyecto comenzó en 2011, cuando me ofrecieron la oportunidad de congelar el cordón umbilical de la mayor de mis hijas. Yo trabajaba como veterinaria de caballos y me planteé aplicar esos mismos principios en el mundo equino”, asegura. Por aquel entonces, ya en algunas ocasiones se extraían células madre para tratar a los caballos, pero se hacía por medios invasivos como la extracción de grasa o médula ósea. Si se tiene en cuenta, como explica Almudena, que las células obtenidas del cordón umbilical son de mayor calidad al tener más capacidad proliferativa e inmunomodeladora, el resultado no podía ser otro que revolucionario. Pero, si ellos como investigadores habían descubierto tal avance, ¿por qué nadie más en el mundo se había dado cuenta? Almudena Pradera cuenta que la razón es sencilla: la higiene del cordón umbilical. Al parir, el cordón cae de la yegua al suelo de la granja mientras que para producir un medicamento debe estar completamente esterilizado.
En torno al año y medio ha sido el tiempo en el que este equipo de investigadores ha invertido para desarrollar una solución antibiótica que permita esterilizar el tejido en el camino de la granja al laboratorio. Quizás pueda parecer mucha la inversión en horas pero en el camino hacia dar con el medicamento, Pradera y su equipo lanzaron su primera solución comercial. Esta se centraba en aplicaciones autólogas del cordón umbilical. ¿Qué quiere decir exactamente esto? Buscaban posibles usos de las células madre del potro en el mismo animal, aunque es cierto que el sector demandaba algo distinto. Lo que realmente se necesitaba era llevar las ventajas de las células madre a cualquier caballo, empleando las células de potros donantes para otros animales. En este sentido, el equipo de EquiCord-YMAS se han centrado en la medicina regenerativa y más concretamente en tratar la artritis que padecen los caballos de competición, logrando una mejoría notable en su cojera en más del 75% de los casos. Las ventajas competitivas del medicamento que han patentado son varias según cuenta Almudena: “Las células madre, por su principio activo que es natural, que no es un producto químico, ofrece unas ventajas fundamentales como es la ausencia de efectos secundarios. Por otro lado, han demostrado un efecto terapéutico durante un plazo muy largo. En el ensayo clínico hemos visto que los caballos que han mejorado con el uso de células madre se han mantenido sanos durante más de doce meses. Por último y es la ventaja más importante: las células, gracias a esa capacidad de regeneración que tienen pueden ayudarnos a frenar la evolución de una enfermedad crónica”, señala.
La startup tuvo también que superar numerosos criterios y estándares de seguridad para evitar cualquier efecto secundario que pudiera existir, al igual que aprobó sin problemas los criterios de calidad y eficacia de cara a presentar su propuesta a la Agencia Europea del Medicamento. Después de un amplio estudio científico en más de 30 centros ecuestres con más de 40 caballos de toda clase y más de 4.500 hojas de documentación, han conseguido demostrar la eficacia del medicamento. Por ahora ya solo les queda esperar. Necesitan que la EMA se pronuncie sobre la idoneidad del avance de estos investigadores españoles, con el fin de cumplir con su objetivo: si todo sale como se espera, en un año podrá ser comercializado el medicamento y posteriormente será la FDA la que someterá a escrutinio esta innovación.
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