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España, entre los cuatro países de la OCDE con una caída en el poder adquisitivo desde el 2000

Grecia (-12,8%), México (-3,6%) e Italia (-0,9%) son las otras tres naciones que se han visto afectadas por esta situación

Gente comprando en un establecimiento de frutería
Gente comprando en un establecimiento de fruteríaAlberto R. RoldánLa Razón

El poder adquisitivo en España ha sido objeto de una tendencia preocupante en las últimas décadas, según datos recientes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En un grupo de 32 países miembros, España se encuentra entre los cuatro que han experimentado una caída en su poder adquisitivo desde el año 2000, con una disminución del 0,4%. Aunque esta cifra puede parecer modesta en comparación con otros países, es un indicador relevante de la salud económica del país.

En el año 2000, la media de los salarios españoles se situaba en 18.526 euros, y para el año 2022, este número había aumentado hasta los 29.113 euros. Sin embargo, cuando se ajusta este aumento con respecto a la inflación y los incrementos de precios durante ese período, los españoles han perdido alrededor de 116 euros en términos de poder adquisitivo. Aunque España es el país de los cuatro afectados que ha sufrido una menor caída, el hecho de que haya caído en un momento en que la OCDE promedia un crecimiento del 17,4% es motivo de preocupación.

Comparado con otros países europeos, España queda rezagada en términos de poder adquisitivo. Vecinos como Francia, Alemania y Portugal han experimentado aumentos significativos del 20,8%, 17,8% y 3,1%, respectivamente. Esto plantea interrogantes sobre las políticas económicas y laborales implementadas en España y su efectividad para mejorar el bienestar económico de la población.

El desempleo es otro aspecto crítico que afecta al poder adquisitivo de los ciudadanos españoles. España mantiene una tasa de desempleo alarmante del 12,87%, la más alta en la OCDE y una de las más altas en Europa. Esta situación incide directamente en la capacidad de las personas para mantener su nivel de vida y contribuye a la caída del poder adquisitivo.

Además, el gasto en pensiones en España también está en aumento, y la inflación se espera que lo eleve en otros 15.000 millones de euros a lo largo de 2024 y 2025. En 2023, el gasto en pensiones ya aumentó en un 11,4%. Esto representa un desafío significativo para la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones y puede tener un impacto negativo en la economía en general.

Finalmente, la inflación, especialmente en los precios de los alimentos, añade otra capa de preocupación. Aunque ha habido una moderación en los últimos meses, la tasa general de inflación se sitúa en un 2,6%, mientras que la inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como los alimentos y la energía, se mantiene en un elevado 6,1%. Esto plantea la posibilidad de que los precios sigan aumentando lentamente en España, lo que podría erosionar aún más el poder adquisitivo de la población.

En resumen, la caída del poder adquisitivo en España desde el año 2000 es un asunto que requiere una atención urgente por parte de las autoridades económicas y gubernamentales. Con altas tasas de desempleo, crecientes gastos en pensiones y una inflación persistente, es esencial implementar políticas que estimulen el crecimiento económico y mejoren las condiciones de vida de los ciudadanos españoles.