Crecimiento

Alerta del Banco de España: la cesta de la compra costará un 12% más

La institución, que prevé recuperar el PIB prepandemia a finales de año, mejora las previsiones de crecimiento en 2023 hasta el 1,6%, casi cuatro puntos menos que el año pasado, pero empeora cuatro décimas las de 2024. El paro seguirá rozando el 13%

Las nuevas proyecciones macroeconómicas del Banco de España auguran que el PIB español recuperará por fin su nivel previo a la pandemia en el segundo semestre de este año, cuando todas las economías comparables de la eurozona ya lo han recuperado. Todo gracias a la revisión ligeramente al alza del crecimiento en 2023 hasta el 1,6%, desde el 1,3% previsto en diciembre y pese que durante todo el año la inflación subyacente y la de los alimentos se va a disparar. De hecho, el Banco de España revisa ambas al alza. Así, la cesta de la compra se encarecerá un 12,2% por el 7,8% que se preveía en diciembre pasado,

Además, el empuje previsto para 2024 se desinfla al rebajarse cuatro décimas el avance del PIB previsto, al 2,3%. Para 2025, todo se mantiene sin variaciones y el PIB crecerá el 2,1%.

Esta mejoría para el presente ejercicio tiene, sin embargo, varios condicionantes. El primero, es que la actualización está realizada a principios del mes, antes del estallido de la crisis bancaria desatada en EE UU y del hundimiento de Credit Suisse. El segundo, que el mayor crecimiento previsto para 2023 es consecuencia del “efecto arrastre” de 2022, que cerró con un comportamiento mejor del esperado.

La institución aventura que desde la primavera florezca la actividad económica, con un grado de dinamismo “creciente”. En cualquier caso, la mejoría de las previsiones para este año deja el crecimiento 3,9 puntos porcentuales por debajo de 2022 y queda eclipsada por el empeoramiento de los datos de 2024.

El mayor dinamismo esperado para 2023 se traduce en un tímido descenso del desempleo. La tasa de paro prevista para 2023 caerá dos décimas más de lo esperado en diciembre hasta el 12,7%, aunque aumenta una décima respecto a las mismas previsiones para 2024, cuando quedará en el 12,3%. Para 2025, se mantiene la tasa de paro en el 12%.

Respecto a la inflación, el Banco de España revisa a la baja en 1,2 puntos porcentuales la tasa de inflación media en 2023, hasta el 3,7%, gracias al abaratamiento de los costes energéticos. Por el contrario, los precios de los alimentos y el componente subyacente incorporan una revisión al alza. El componente subyacente de los precios, sin energía y alimentos frescos, crecerá un 3,9% este año —una décima más que en 2022— y se desacelerará hasta el 2,2% y el 1,8% en los dos años siguientes. La tasa de inflación general seguirá moderándose hasta el 3,6% en 2024 y el 1,8% en 2025.

El Banco de España sustenta sus previsiones de este año en el análisis de los indicadores de empleo, consumo y confianza, entre otros, sobre el comportamiento de la actividad en el primer trimestre del año. Para los tres primeros meses del año, se sugiere que el ritmo de avance del PIB podría situarse en el 0,3% intertrimestral. Entre los indicadores positivos figura que las empresas anticipan ahora un menor descenso en la facturación para el trimestre en curso que el que esperaban hace tres meses.

Además, se destaca que la creación de empleo se ha acelerado a comienzos de 2023, pero en un contexto de reducción de las horas trabajadas por ocupado. En este sentido, el Banco de España destaca que la afiliación a la Seguridad Social mostró avances mensuales desestacionalizados del 0,2% en enero y del 0,3% en febrero, en ambos casos por encima de las tasas observadas en los últimos meses de 2022.

De acuerdo con la información disponible para la primera quincena de marzo, el dinamismo del empleo se habría intensificado en el último mes del trimestre. Por ramas de actividad, este repunte del empleo —mayor que el esperado— fue bastante generalizado, destacando el buen comportamiento de la afiliación en el sector de la construcción en enero y en las ramas de servicios en febrero. La disminución en el número de horas trabajadas por ocupado se agudiza durante la segunda mitad de 2022, en línea con la tendencia a la baja que la jornada laboral media ha venido experimentando en España a lo largo de las últimas décadas.

Esta leve mejoría se da pese a que el consumo de los hogares presenta “una considerable debilidad”, penalizado por las aún elevadas presiones inflacionistas, el continuado endurecimiento de las condiciones financieras —cuyos efectos sobre la actividad real aún no habrían llegado a materializarse por completo— y los menores colchones de ahorro disponibles.

Cuentas públicas

La senda de reducción del déficit público habría revertido parcialmente en los últimos meses del pasado año, debido a la desaceleración de los ingresos públicos. De cara al cierre del año, los datos de avance del cuarto trimestre de 2022 publicados por el INE, aunque todavía provisionales, confirmarían la desaceleración de los impuestos indirectos, al tiempo que apuntaría a un repunte del consumo público y de las subvenciones en la última parte del año.