Consumo
Los españoles son los europeos que más recurren a la marca blanca para llenar su cesta de la compra
Un 93% de los españoles apoya intervenir los precios de los alimentos, según un estudio de Oliver Wyman
Lo que importa en tiempos de crisis es llenar la despensa sin exceder un presupuesto cada vez más ajustado, una proeza diaria que los consumidores españoles sólo son capaces de lograr recurriendo a las denominadas "marcas blancas". Cada vez más análisis constatan el aumento del peso de estos productos en la cesta de la compra, el último de ellos, un estudio de la consultora Oliver Wyman (realizado en Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Austria y España) que sitúa a los españoles como los europeos que más apuestan por la marca blanca, con más del 54% comprándola en mayor medida para hacer frente a las tensiones inflacionistas, a pesar de que seis de cada 10 encuestados considera que los productos de marca blanca se han encarecido de forma similar a las marcas comerciales tradicionales.
El encarecimiento de los alimentos ha puesto patas arriba la cesta de la compra típica del consumidor español. Según el último dato disponible de la inflación de los alimentos (enero de 2023), la comida es un 15,4% más cara que hace un año, una tasa que podría aumentar en febrero teniendo en cuenta que la inflación general adelantada por el INE ha escalado al 6,1%, frente al 5,9% registrado en enero. Con los precios de los alimentos rozando máximos, el 93% de los consumidores ha modificado sus hábitos de compra para adaptarse al nuevo contexto. Además, de recurrir en mayor medida a marcas blancas, los españoles también optan por prestar más atención al precio de sus marcas de siempre (27%); adquirir productos en formato de ahorro o familiar (30%); comprar más alimentos frescos para cocinar en casa y evitar consumir fuera (26%); reducir su compra de productos orgánicos (9%) e incluso consumir más productos precocinados (6%).
Los supermercados doblan su cuota de mercado gracias a la marca blanca
El auge de la marca propia o blanca está permitiendo a los supermercados aumentar su cartera de clientes, mientras que los establecimientos de productos orgánicos, el pequeño comercio de barrio y los supermercados puramente online o de entrega rápida son los formatos que más se están viendo perjudicados por el encarecimiento generalizado de los alimentos, explica Sam Taylor, Performance Transformation Lead de Oliver Wyman en Iberia. En concreto, en España, los supermercados han duplicado su cuota de mercado respecto al año anterior, con un 53,9% de los consumidores eligiéndolos como su tienda de referencia, frente al 23,5% de hace un año (30,4 puntos porcentuales más, sólo superado por los consumidores holandeses, que en un año han pasado de elegir el supermercado de un 22,2% a un 73,1%). Mientras, todos los demás establecimientos han perdido clientes.
España registra la percepción de aumento de precios más alta
Los resultados del estudio constatan que la actual coyuntura inflacionista ha impulsado al factor precio como el más determinante para el consumidor europeo a la hora de realizar la compra. Para el 80% de todos los encuestados es un criterio muy importante o importante, seguido de la calidad del producto (78,7%) y, finalmente, de la sostenibilidad, que sólo es relevante o muy relevante para algo más del 40% de los encuestados (y no es en absoluto importante para el 5% de todos los encuestados en Europa). En España, la importancia que se otorga al precio es superior a la media europea (83%) y también lo es la sostenibilidad (43%), mientras que la relevancia de la calidad está alineada con la del resto de consumidores europeos analizados (79%).
En cuanto a productos, desde el punto de vista del consumidor, todas las categorías se han vuelto notablemente más caras, pero la carne (el 54% de los españoles cree que se ha encarecido), las frutas y las verduras (54%), junto con los huevos y los productos lácteos (51%) están en la parte superior de la lista. Además, de todos los países analizados, España es el que registra la percepción de aumento de precios más alta.
A la hora de buscar responsables de los incrementos, los españoles tienden a señalar a los minoristas: un 45% les atribuye la culpa principal, consideran que estarían explotando a su favor la espiral inflacionista y encareciendo los precios más de lo estrictamente necesario; otro 16% considera que los responsables son mayormente los productores/fabricantes; otro 33% reparte la responsabilidad a partes iguales y el resto está indeciso.
Un 93% está a favor de intervenir el precio de los alimentos
Para atajar el problema de los altos precios de la compra, los consumidores españoles son de los más favorables en Europa a una intervención gubernamental. Según este estudio, un 93% de los españoles vería de forma positiva que se establecieran límites a los precios de los alimentos, mientras que sólo un 7% cree que el Gobierno debería mantenerse al margen y rechaza la intervención en el estante del supermercado.
Respecto a la intervención pública, un 45% de los encuestados se muestra a favor de pactar un precio máximo para una cesta de la compra básica; otro 45% propone establecer un tope al aumento de los precios de determinados alimentos en función de su categoría o necesidad; un 23% es partidario de que se permitan descuentos muy agresivos en los precios, incluso por debajo del precio de coste; y, finalmente, un 7% cree que el Estado debería subsidiar los cheques de comida.
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