Pensiones

Este economista estalla con furia contra el sistema de pensiones: "Necesitamos seriamente una reforma"

Un reconocido académico propone una medida drástica para asegurar el futuro de las pensiones. Argumenta que la generación actual de jubilados es la más afortunada económicamente de la historia

Si el dinero lo recibió por error, debe devolvértelo
Si el dinero lo recibió por error, debe devolvérteloPixabay

El sistema público de pensiones enfrenta grandes desafíos en numerosas economías, marcados por un delicado equilibrio entre el número de trabajadores activos y la creciente población de jubilados. Este desajuste demográfico, acentuado por la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida, pone una tensión considerable sobre las finanzas públicas.

La ecuación es clara: cada vez hay menos contribuyentes sosteniendo a un mayor número de beneficiarios. Esta realidad ha impulsado un debate constante entre expertos y responsables políticos sobre las medidas necesarias para garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo, explorando diversas vías de reforma.

En medio de este panorama de incertidumbre y búsqueda de soluciones, ha surgido una voz especialmente crítica y disruptiva desde el ámbito académico. Un profesor universitario ha lanzado una propuesta radical que cuestiona los cimientos actuales del modelo de pensiones, generando controversia.

La tesis del profesor: ¿Es hora de revisar quién cobra la pensión?

Se trata de Scott Galloway, docente en la prestigiosa Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, cuya perspectiva se basa en una premisa contundente: los jubilados actuales representan la generación más rica que la historia ha conocido, según apunta desde el canal de YouTube The Prof G Pod.

Desde su punto de vista, y considerando el contexto económico, explica que para asegurar la viabilidad del sistema, debería valorarse la posibilidad de dejar de abonar la pensión a una parte de los actuales beneficiarios. Estima que entre el 10% y el 30% de las personas que perciben esta prestación realmente no la necesitan debido a su elevado patrimonio e ingresos.

Galloway argumenta que el esquema actual impone una carga desproporcionada sobre las generaciones más jóvenes, quienes enfrentan mayores dificultades económicas que sus predecesores. Señala la enorme transferencia de riqueza de los trabajadores a los jubilados como un factor perjudicial para el progreso y la acumulación de capital de los jóvenes.

La propuesta pasa por excluir del cobro de la pensión a aquellos individuos que ya se encuentran por encima de un determinado umbral de bienestar económico. Critica también el modelo de cotización, donde perfiles con altos ingresos ejecutan aportaciones similares a las de profesionales con salarios medios. Insiste en la urgente necesidad de una reforma profunda que contemple recortes de costes para evitar que el sistema se limite a enriquecer aún más a un segmento de la población jubilada.

En un contexto donde países como España debaten intensamente sobre cómo asegurar el futuro de las pensiones ante los desafíos demográficos y financieros, voces como la de Galloway, aunque polémicas, subrayan la complejidad y las diferentes visiones sobre cómo afrontar uno de los pilares fundamentales del Estado del Bienestar.