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Reforma fiscal

Europa se divide entre proteger y gravar beneficios

La Razón
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Francia no aplica retenciones mensuales sobre el salario bruto; por Álvaro del Río

Junto al IVA, la principal fuente de recaudación es el impuesto sobre la renta. A diferencia del sistema tributario español, en Francia no se aplican retenciones mensuales sobre el salario bruto en concepto de IRPF. Las únicas retenciones son las cargas sociales, la CSG (contribución social generalizada) y la CRDS (contribución al reembolso de la deuda social), que para ingresos por actividad se eleva al 8%. Lo que sumado a las distintas cotizaciones salariales, de seguridad social y pensiones, eleva al 20-25% según los casos, las cargas aplicables al salario bruto.

El IRPF francés, que se abona en entre abril y mayo para los ingresos del año anterior, cuenta con seis tramos tras la incorporación por el Gobierno de François Hollande de un nuevo escalón máximo del 45% para ingresos superiores a 151.200 euros. El tramo impositivo más bajo es del 5,5% para rentas entre 6.011 y 11.991 euros. Las rentas inferiores a 6.011 euros están exentas de impuestos. Los tramos medios son del 14% entre 11.991 y 26.631 euros; del 30% entre 26.631 y 71.397 euros y del 41% entre 71.397 y 151.200 euros. Por otro lado, el Ejecutivo mantiene una desgravación de 508 euros si el montante bruto adeudado es inferior a 1.016 euros. Una medida que beneficia a siete millones de hogares y que en el caso de las rentas más bajas puede excluirlas de tributar.

El impuesto sobre la renta está sometido a una serie de deducciones fiscales según la situación del declarante: soltero, casado, con hijos, personas mayores o minusválidos a cargo. Es lo que se llama el «cociente familiar», que determina el tipo marginal de imposición. Todo contribuyente dispone además de un 10% de desgravación directa sobre sus ingresos a declarar, además, de otras deducciones por compra de vivienda, inversiones de ahorro, pensiones alimentarias, etc.. Por norma general, un trabajador galo, sin cargas familiares, tributa a la Hacienda pública en concepto de IRPF el equivalente a un mes de salario.

Reino Unido protege a ahorradores y negocios; por Celia Maza

El mínimo exento del IRPF en el Reino Unido se elevó este año a 10.500 libras. Las franjas para el año fiscal 2014-2015 (comienza en abril y no en enero como España), imponen un 20% hasta las 31.865 libras anuales, el 40% para los tramos de 31.866 a 150.000 libras y el 45% para ingresos superiores a 150.000 libras anuales, según los datos oficiales del Tesoro.

En el presupuesto presentado en marzo, el último del Gobierno de coalición antes de las elecciones generales de mayo de 2015, se amplió significativamente el montante anual libre de impuestos de las ISA (Cuentas de Ahorro Individuales), que pasó de las 11.500 libras a 15.000, sin la obligación que había hasta entonces de que la mitad del ahorro fuera en efectivo y la mitad en acciones. Se creó también un «bono de pensionistas» para mayores de 65 años con un interés de hasta el 4% anual para un máximo de 10.000 libras. Y se elevó de 30.000 a 40.000 libras anuales (50.000 a partir de 2015) el tope de inversión en los llamados «bonos Premium».

Para las empresas manufactureras se propuso un paquete de medidas fiscales que abaratan los costes energéticos en 7.000 millones de libras al año. Se doblaron hasta el medio millón de libras los beneficios empresariales libres de impuestos si son reinvertidos, con un coste de 2.000 millones de libras para el Tesoro.

Por otra parte, se subió a un 15 % el impuesto por la compra de propiedades hasta 500.000 libras por parte de empresas y se aumentó un 2% sobre la inflación la tasa sobre el tabaco, aunque bajaron las del bingo y la cerveza y se congelaron la de la gasolina. Con respecto al impuesto de Sociedades, se rebajó un punto, hasta quedar en el 20% en abril de 2015, gracias a un incremento de la tasa sobre la banca, que ascendió al 0,142 por ciento. Esta nueva reducción, por debajo del 28% que existía cuando el Gobierno de coalición de conservadores y liberal demócratas llegaron al poder en 2010, concede al Reino Unido la tasa más baja de cualquiera de los estados miembros del G-7 y también la tasa más baja del conjunto del G-20.

Italia mantiene cinco tramos de cotización desde el 23 por ciento; por Darío Menor

El IRPF en Italia contempla cinco estadios diferentes. Para quien tiene una renta que no llega a los 15.000 euros, es del 23%. De 15.001 a 28.000 euros, asciende hasta el 27%. En el siguiente escalón, de 28.001 a 55.000 euros, esta tasa se sitúa en el 38% para la cuota de renta que supera los 28.000 euros, mientras que el resto se tasa al 27%. El mismo sistema se utiliza para los ingresos anuales de entre 55.001 y 75.000 euros: la cantidad que supere la primera cifra se tasa al 41%; el resto, con la cuota del estadio anterior. El último escalón es para aquellos que se sitúan por encima de los 75.000 euros. Deberán pagar 25.420 euros, la cifra más alta de la escala anterior, además de un 43% de los ingresos excedentes.

Estas cifras podrían ser alteradas en los próximos meses, pues el primer ministro, Matteo Renzi, anunció al principio de su mandato una rebaja valorada en 10.000 euros para los contribuyentes con menores ingresos. En este paquete de medidas que irán desgranándose más adelante se incluye la devolución de 80 euros a los asalariados que ganan menos de 24.000 euros anuales.

Alemania apuesta por las deducciones y las tasas progresivas por renta; por Rubén Gómez

En Alemania, donde apenas existe evasión fiscal, las competencias para establecer y cobrar impuestos corresponde al gobierno federal; mientras que los diferentes estados, los Länder, también obtienen algunos tributos especiales aunque requieren de una autorización previa del Consejo Federal. El IRPF alemán (Einkommensteuer) se trata de una tasa progresiva que se paga en función de la renta, con seis categorías fiscales distintas (Steuerklassen) que varían en función del estado civil, número de hijos o número de personas que trabajan en el hogar. Todos los residentes alemanes han de tributar sobre todos sus ingresos. El tipo oscila entre el 14%, que es el mínimo, al 45% y las rentas por debajo de los 8.004 euros están exentas de tributación. Además, son deducibles las bonificaciones por seguro, los gastos educativos y formativos, los gastos de jubilación, las pensiones alimenticias, los donativos y los gastos relacionados con la discapacidad. Las empresas alemanas tributan en el Impuesto de Sociedades (Körperschaftssteuer), que se sitúa en un 15% tanto por los beneficios distribuidos como por los destinados a reservas, y se evalúa de modo independiente por cada municipio. A dicho porcentaje hay que sumar el llamado «recargo de solidaridad» (Solidaritätszuschlag), equivalente al 5,5% sobre la cuota y que cuenta con el propósito de financiar los costes de reunificación e incorporación de la antigua República Democrática Alemana. Por último, se añade la llamada «tasa profesional» (Gewerbesteuer), que debe pagarlo cualquier persona física o jurídica que ejerza una actividad comercial o industrial en Alemania. El monto depende de la tasa decretada por el municipio y de un coeficiente multiplicador que varias del 14% al 17% de los beneficios, antes de deducir la propia tasa. Podemos decir, por tanto, que los impuestos a pagar por las empresas alemanas suponen aproximadamente un 29% de sus beneficios.