Las familias tienen 22.800 millones menos de ahorros y pagan 350 euros más de IVA por la inflación

No hay tregua en los precios, que continúan incrementándose impulsados por el imparable repunte de la energía y los carburantes, detonante principal para que el Índice de Precios de Consumo (IPC) de septiembre haya aumentado dos décimas en relación al mes anterior, pero haya despegado nueve en su tasa interanual, hasta el 3,5%, según los datos avanzados por el INE. Tras este impulso en septiembre, la inflación encadena tres meses consecutivos de ascensos, después de que en julio y agosto subiera cuatro y tres décimas, y vuelve a superar el 3% tras meses por debajo de esta cota y se sitúa en su nivel más elevado desde el pasado mes de abril, cuando alcanzó el 4,1%.

Con esta situación, las familias han tenido que empezar a recurrir al ahorro embolsado durante la pandemia para poder afrontar la facturas esenciales de los hogares. Así, han retirado ya en lo que va de año de sus depósitos bancarios 22.800 millones de euros –3.300 millones de euros sólo en el mes de agosto–, una cifra que irá a más de cara a final de año, en previsión de que los precios sigan al alza, como ya avisan organismos como el Banco de España o la Airef, que sitúan el IPC general en torno al 5% a final de año. Por ello, el dinero ahorrado suma la cifra más baja desde marzo de 2022, 981.500 millones, un 2,27% menos en los ocho primeros meses de este año –el -0,33% únicamente en agosto–. En cifras interanuales, la caída es menor, pero sigue siendo negativa, 12.100 millones de euros menos, un 1,22% inferior al saldo de agosto de 2022, según datos difundidos por el Banco de España.

La decisión de recurrir a los ahorros por parte de las familias tiene que ver tanto con la necesidad de hacer frente al incremento del gasto básico como por la necesidad de que el dinero dé una rentabilidad extra que pueda utilizarse en apoyo a la economía familiar. Por ello, muchos ahorradores han decidido traspasar su dinero a fondos y otros productos financieros porque la mayoría de los grandes bancos –no así las entidades digitales– continúan sin remunerar de forma generalizada el ahorro, por lo que han visto reducido el capital de sus depósitos en beneficio de otros productos más rentables.

Atrás queda el escenario fomentado por la crisis pandémica, que disparó la capacidad de ahorro de los hogares y que fue aumentando de forma sostenida el volumen de los depósitos bancarios en la misma proporción en que empeoraba la crisis económica y se reducía drásticamente el gasto. Esta tendencia de ahorro positivo se mantuvo hasta el verano de 2022, cuando aquel agosto hubo un punto de inflexión, al sufrir una retirada de depósitos de 3.800 millones –cifra muy similar a la de agosto de este año–, justificada porque las familias tiraron de sus reservas para hacer frente a los gastos vacacionales. A esta circunstancia –que se ha repetido este año– se ha unido la subida imparable de precios, que ha llevado algunos productos básicos –como el aceite, el azúcar, la leche, la fruta o las hortalizas– a precios récord.

Por otro lado, el repunte de la inflación en los dos últimos años ha supuesto para una familia española de tipo medio –con unos ingresos en torno a 32.000 euros– el pago de una media de 350 euros más por IVA en los dos últimos años –297 euros adicionales en el caso de la media general de todos los niveles de renta–. Así lo marca el último estudio dedicado al impacto del IVA en los hogares publicado esta semana por Funcas, que advierte de que cada hogar dedicó de media 2.855,8 euros al pago de este impuesto, un 10,2% más el año pasado.

Más de la mitad de este aumento recaudatorio, un 52,5%, vino «determinado por el efecto de la inflación», aunque este pago adicional varió de forma significativa entre el 10 % de hogares de menor renta, un colectivo que abonó 89,2 euros más por efecto de la inflación, y el 10 % de mayor renta, que abonó 684,7 euros más. Navarros, con 341,8 euros, gallegos (340 euros) y murcianos (330 euros) fueron los que mayor carga impositiva acumularon.