Opinión

¿Gasolina a 1,5 euros el litro y diésel a 1,3 en pocos meses?

Si no se recrudecen los conflictos internacionales y el nuevo Gobierno mantiene la actual carga fiscal del combustible, sería razonable inferir que el precio del combustible continuará su descenso

Una mujer reposta gasolina, en Madrid (España).
Una mujer reposta gasolina en Madrid Marta Fernández JaraEuropa Press

El precio de la gasolina y el diésel se ha duplicado en los últimos veinte años. En 2003, y en esta misma época del año, el litro de gasolina costaba 0,8 euros y 0,6 euros el diésel. Hoy ambos combustibles los pagamos a 1,6€/litro. Pero ¿qué podemos esperar en los próximos meses?, ¿es razonable pensar que recuperaremos los precios de hace 2 años?

A los que nacimos en los 70 pero éramos demasiado pequeños para ser conscientes de los terribles efectos de las crisis del petróleo, nos costaba trabajo imaginar que sufriríamos una época de tensiones inflacionistas como la actual. Recordemos que el Banco Central Europeo, nuestra máxima autoridad en materia de política monetaria, tiene como principal objetivo la estabilidad de precios en la Zona del Euro, y que esta estabilidad está tasada en un 2%. El combustible es un elemento esencial en nuestra economía y la de nuestros socios europeos. Su encarecimiento tiene un papel clave en el proceso de crecimiento generalizado de los precios que comenzó su escalada en el verano de 2021 (y cuyo pico lo alcanzamos en julio de 2023 cuando la inflación general alcanzó el 10,8%).

Parece aceptado que en nuestro sistema económico de economía mixta interviene el Estado y el mercado. En el caso del combustible nos enfrentamos a un bien cuyo precio final está distorsionado por los impuestos que lo gravan. La libre actuación del mercado ni está presente ni se la espera. Creo que los economistas, y expertos en el sector, deberíamos hacer mucha más pedagogía al respecto. ¿Sabemos realmente los ciudadanos qué estamos pagando cuando vamos a pagar al mostrador de la estación de servicio? Pero aún mas importante, ¿queremos que siga siendo así? En España hay dos tributos que se aplican a la gasolina y el diesel. Por un lado está el Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH). Este impuesto es de aplicación en todo el territorio español excepto Canarias, Ceuta y Melilla y supone una cantidad fija que se aplica a cada litro de combustible (0,47€ por litro en el caso de la gasolina). En segundo lugar está el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Este impuesto indirecto se aplica al precio final del combustible con un tipo del 21%. La suma de ambos impuestos “contribuye” en más de un 50% al coste en origen. Por tanto, a mayor número de litros consumidos de gasolina y diesel mayor recaudación global por ambos impuestos. A mayor precio del combustible más dinero recauda el estado por IVA. Además hay que tener en cuenta los costes de distribución y almacenamiento y márgenes, que suponen alrededor de un 15% del precio final en el caso de la gasolina. Este porcentaje, sumado a los impuestos que lo gravan, representa un 60% del precio final para la gasolina y un 49% para el diésel.

Previsión

La invasión rusa en Ucrania marcó un antes y un después en el precio del combustible. Tengamos en cuenta que el principal factor que afecta al litro de gasolina o diesel es la cotización del petróleo en los mercados internacionales. El precio de referencia en Europa es el barril de Brent. Su precio depende de la extracción, así como de su oferta y demanda. Este mercado lógicamente es especialmente sensible al entorno geopolítico. Los recientes acontecimientos en Israel y la franja de Gaza suponen un nuevo factor de incertidumbre que puede afectar particularmente a este mercado.

En conclusión, la inflación parece controlada (el IPC de octubre en España fue del 3,5% para la general y 5,2% para la subyacente). Las autoridades monetarias, tanto el BCE como la Reserva Federal, ya nos lo han dicho con hechos manteniendo los tipos de interés. El coste del petróleo, salvo recrudecimientos de los conflictos internacionales, tenderá paulatinamente a bajar. Eso no significa que el precio que pagaremos los consumidores lo hará en la misma proporción. Tenemos un gobierno en ciernes que ha anticipado a Bruselas que en 2024 espera obtener ingresos tributarios adicionales por 7.400 millones. Veremos si también el combustible se ve afectado. En conclusión, si no se recrudecen los conflictos internacionales, y el nuevo gobierno mantiene la actual carga fiscal del combustible, sería razonable inferir que el precio del combustible continuará su descenso. Recuperaría así en los próximos meses el precio con el que repostábamos hace dos años, en el entorno de 1,5 euros el litro para el caso de la gasolina y de 1,3 euros por litro para el diésel.

Sara Herrero es directora académica del Área Business&Talent de EAE Madrid